Capítulo 3

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Adeline

-¡Si!- chilló Brianna al verme salir por el pasillo con cara de querer saltar por el balcón, pero saliendo-. Sabía que ibas a venir.

Entrecerré mis ojos en su dirección indignada y la apunte con un dedo

-No, no sabías que ibas a venir, viniste a despertarme a las siete de la mañana golpeando un caldero con una cuchara, me sacaste de la cama de una pierna y casi me pusiste tu el bikini- ella ignoró mi acusación sonriendo y me rodeó los hombros con un brazo.

-Lo que yo dije, que sabía que ibas a venir.

Suspiré contando hasta diez y salimos las dos del piso. Sue, Liam y Mateo ya habían bajado para guardar algunas cosas en el maletero y estaban sentados en el coche. Mateo hablaba sobre algo con Sue mientras Liam miraba su móvil.

Me senté justo en medio de Brianna y Sue y de repente algo se me vino a la cabeza.

-Eh, ¿y tú como sabes que se llama Susie?- dije señalando con la cabeza a la rubia a mi lado. El sonrió y puso una de sus piernas sobre la otra, entrelazando sus dedos sobre su rodilla.

-Pues a ver, todo comenzó una hermosa mañana que..

-Estamos juntos en una clase y el profesor dijo mi nombre completo mientras pasaba lista- le cortó Sue.

Mateo le frunció el ceño y empezó a quejarse de que no le dejaba expresarse y no se que cosas más.

Cosas de Mateo.

No, cosas de un unineuronal.

Unos quince minutos más tarde llegamos a lo que parecía ser un pequeño puerto y me tuve que poner las gafas de sol al salir del coche. Para estar a finales de septiembre, hacía bastante buen tiempo.

Paseamos durante unos minutos por una avenida para llegar al puerto. A nuestro alrededor habían muchísimas personas que paseaban con sus familiares y amigos, algo bastante normal teniendo en cuenta que era sábado, pero ya había visto a tanta gente durante los días de clase que ya estaba empezando a cogerle asco a eso de tener que convivir con más personas.

-Es por allí, los tres barcos del final son los suyos, creo que nosotros vamos a ir en el de el medio.

En ese momento me acordé de cuando el lunes Sue había dicho que sus amigos tenían simplemente unos "barquillos", que no era nada del otro mundo.

Y por un momento quise pegarle. Porque eso no eran unos "barquillos".

Eso era un desgraciado crucero.

Exagerada

Pues sí, pero unos "barquillos" no son.

Eso no te lo niego, podríamos vivir ahí. Y tener una biblioteca con un billar.

Enseguida empecé a pensar cuantos órganos tendría que vender para poder vivir en un barco como ese.

Obviamente, como todos allí habían crecido duchándose con billetes, se acercaron hasta el barco con toda la normalidad del mundo, mientras que Liam tuvo que chasquear los dedos frente a mi cara y a la de Mateo para que dejáramos de mirar los barcos como si nunca hubiéramos visto uno.

Sue y Brianna ya habían saludo a algunos de los chicos que estaban allí cuando nosotros tres llegamos junto a ellos, analizándolos rápidamente con la mirada.

¿A esa chica no la conocemos?

¿A quién?

¿A la rubia de pelo corto que también nos mira fijamente?

Mientras dure el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora