Capítulo 2

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Adeline

-Este vestido me hace gorda- la prenda voló por la habitación hasta caer justo a mi lado.

Esa noche algunos alumnos habían organizado una especie de fiesta de bienvenida para los nuevos y Brianna estaba loca por ir. Se había pasado al menos una hora probándose ropa y más ropa y a mi ya me estaba empezando a doler la cabeza.

Salí de su habitación pasándome una mano por la frente y fui a la cocina a por un vaso de agua. Liam estaba allí, apoyado en la encimera y escribiendo algo en su móvil.

-¿Todavía no ha terminado?-me pregunto casi con ganas de llorar. Le sonreí y le hice un gesto para que no hablase. 

Si no hacíamos ruido podíamos escucharla hablar sobre la ropa que tenía en el armario y como caminaba por toda la habitación.

-¿Y Sue?-pregunto llevándome el vaso con agua a los labios.

-Hace unos cuarenta y cinco minutos que se fue con unos amigos suyos.

Asentí suavemente y me tomé unos segundos para mirarlo de reojo. Estaba vestido con unos vaqueros, una camiseta y llevaba el pelo rubio algo desordenado. El chico era guapo, de eso no había duda. Sus facciones eran suaves y parecían representar perfectamente cada una de sus emociones, haciéndome recordar como esa mañana había pasado de una mueca de desconfianza a una expresión de total amabilidad.

-¡Ya estoy!- Brianna apareció al fin por el pasillo, llevaba un vestido azul eléctrico sin mangas y unos tacones negros, el pelo suelto le llegaba por la cintura y casi parecía no estar maquillada.

Que te habria costado nacer así de perfecta.

Cállate.

-¿Voy bien? ¿Que tal me ven?- dijo mirándose en el espejo y después a nosotros.

Y con nosotros me refiero a que a mi me ignoraba y solo miraba a Liam, el cual le sonrió y asintió.

-Estas muy guapa.

Ella sonrió satisfecha y empezó a caminar hasta la salida seguida de nosotros dos. Salimos de la universidad y, tras caminar durante unos cinco minutos, llegamos a un edificio. Brianna y Liam entraron como si nada, pero yo me quedé estática en mi sitio.

Era una maldita mansión.

Subí las impecables escaleras de mármol y miré cada detalle a mi alrededor. Las puertas eran enormes y parecían ser más caras que toda mi vida, pero lo mejor se vino una vez que entré al edificio.

Lo primero que vi fue una masa de gente caminando por un pasillo a mi izquierda hasta desaparecer por unas puertas un poco más pequeñas que las de la entrada. Podía ver mi reflejo en el suelo y las decoraciones del pasillo parecían estar bien atendidas, había alguna que otra puerta más en el lado derecho y en el izquierdo unos grandes ventanales.

Seguí a toda la gente ya que hacía un rato que había pérdido a Liam y Brianna y mi boca se abrió hasta que los músculos de la mandíbula me dolieron.

Había muchísima gente, muchos de ellos bailaban en una enorme pista de baile improvisada, algunos bailaban, algunos otros estaban sentados en algunas mesas o en la barra y otros iban de un lado a otro, mareándome.

El lugar era enorme, los techos altísimos y la barra a la izquierda ocupaba toda la pared, repleta de camareros que hacían malabares para preparar las bebidas o que simplemente servían a los invitados.

Conseguí llegar hasta la barra y desde ahí miré el resto de la sala, intentando reconocer alguna cara conocida. Pude localizar a Sue en una mesa junto a varias personas y a Liam en el otro extremo de la sala, estaba de pie y hablaba y reía con algunos de los que supuse que eran sus amigos.

Mientras dure el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora