¿Ardilla o maní?

Side Story III : Beatrice - Episodio 2

Millen Kuficht y Alexandro Carlsberg. Los dos eran amigos cercanos.

Alexandro sonrió ante la apariencia aturdida de su amigo y apartó la mirada del pequeño palacio imperial. Una zona residencial que había sido amontonada por tantas personas que parecía una colonia de hormigas.

La serpenteante cresta de la montaña era tan hermosa como una pintura. Su ubicación no era muy lejana y el área no era muy grande, pero Nalusuwan era la única montaña fuera de la capital. Además, se trataba del único lugar para escapar del ajetreo y bullicio de la capital.

—Dijo que decidiste no hacer el juramento del caballero.

Millen miró el perfil lateral de su envidiable amigo. Cabello castaño brillante y ojos azules similar al de dos joyas. Merecía ser alabado como el perfecto hombre guapo tallado por Dios.

—Realmente no quiero obtener un título.

—¿Por qué?

—Ahhh... —dejó escapar un leve suspiro al recordar la historia que escuchó por tanto tiempo, una que le hacía doler los oídos—. "Tienes que seguir la tradición, cómo todos". Eso es una tontería.

El primer emperador de la familia Graham fue un destacado caballero de origen noble. Entonces, entre los jóvenes aristócratas del imperio, la orden de cumplir con el juramento de convertirse en caballero se ha transmitido como una tradición pasajera durante varias generaciones.

Actualmente, en un imperio sin guerras, solo se trataba de un juramento de caballero sin valor en particular. Sin embargo, el Archiduque Carlsberg tenía en su corazón la esperanza de que Alexandro presentaría el juramento de caballero. Pero a los ojos de él, que era un "verdadero" caballero, solo se trataba de una ostentación.

Alexandro no quiso seguirlo.

—Pero... Su Majestad el Archiduque Carlsberg tiene grandes expectativas de usted.

—Mi padre tiene otros tres hijos además de mí.

Hannah, el archiduque Carlsberg, intentó ceder su título a Alexandro. Aunque no es el hijo mayor, era quién más había destacado entre ellos. Todas las artes literarias y marciales habían sido superadas con éxito. Tanto era su talento que los elogios nunca se habían detenido, pero Alexandro no tenía ningún interés en el título.

—No tengo que ser yo.

Su corazón era así. Ahora que él era un adulto, ya no quería estar atado a su familia.

Como una nube que fluye libremente, quería encontrar su propio destino.

—¡Oye, estás hablando deliberadamente!

Millen dejó escapar un suspiro de alivio.

"Alexandro tiene una idea realmente extraña".

—No tengo idea de por qué el amo de la familia del Archiduque, a quien todos admiran y seguirían por el resto de su vida, se engaña tanto.

Alexandro rió suavemente.

Esta vez, tenía muchas ganas de vivir como quería.

He vivido toda mi vida en el lugar más alto.

"Vive la vida que quieres".

No hagas lo que tienes que hacer, no solo vivas cómo te lo dicen. Realmente quiero vivir la vida que quiero y hacer lo que yo crea. Millen dijo que era una tontería, pero tenía una razón clara para pensar de esta manera.

Alexandro tiene un secreto. Un secreto que no podía contar a nadie. Incluso si lo hacía, nadie lo creería.

"Porque ni siquiera yo era capaz de creerlo al inicio".