Bad buddy (Historias cortas)

Semana de descanso (final)

El cuerpo del ingeniero fue empujado con fuerza dentro de uno de los cubículos del baño. Pran puso el seguro y se abalanzó a besar a su novio nuevamente, mientras desabotonaba su camisa ágilmente.

El tipo de ojos feroces empujó a Pran para acorralarlo entre la puerta y su cuerpo. Con sus manos recorría la cintura, cadera y trasero de su novio. Y con su boca atacó el cuello blanco, donde dejó marcas de beso que tardarían en borrarse.

Pran jadeaba incontrolablemente
Y decidió que ya no esperaría más. Llevó sus manos hasta los pantalones ajenos y bajó la cremallera, luego hizo lo mismo con los propios y se dio la vuelta para darle la espalda a su novio.

Bajó un poco los pantalones propios para mostrar su trasero al hombre que respiraba con dificultad justo a un lado de su oreja.

- Pat... hazlo ya.

El chico de piel bronceada llevó una de sus manos hacia la entrepierna de su amante y masajeo con firmeza, mientras su mano libre la llevó hasta la boca ajena para insertar dos dedos en ella.

Pran recibió gustoso los dígitos y los lamió de manera lasciva hasta dejarlos completamente empapados. El ingeniero sonrió satisfecho, pues Pran nunca había querido hacer eso, le daba mucha vergüenza.

Cuando los sonidos que Pran emitía eran demasiado obscenos, retiró sus dedos, pues no quería terminar tan rápido. Su novio era muy exigente, era mucho para manejar, pero a él le encantaban los retos.

- Aquí voy, cariño -Pat metió su dos dedos en el estrecho canal del contrario y empezó a estimularlo para que pudiera recibirlo sin tanto dolor.

- Mierda... ¡Pat! -gritó el chico de piel blanca, cuando el hombre detrás suyo alcanzó con sus dedos su punto favorito.

Pat sonrió y sacó sus dedos. Preparó su endurecido miembro y lo alineó con la entrada de Pran.

- Lo pondré dentro ahora, Pran -con lentitud entró y sintió cómo las paredes internas de su novio le daban la bienvenida y lo apretaban dolorosamente.

- Muévete... Pat... muévete ya.

El joven ingeniero atendió de inmediato las súplicas de su amante y tomó con fuerza las caderas del contrario para embestir con dureza.

Ambos gimieron en voz alta y Pat acercó su rostro a la nuca de Pran, donde beso, lamió y chupó. También se deleitaba con el olor familiar que tanto amaba y que tanto lo seducía.

- ¿Así te gusta, bebé? -preguntó el tipo de ojos feroces, mientras aceleraba los embistes y jadeaba.

- Sí, cariño... Me encanta.

Los dos hombres estaban tan entregados a su dulce momento que no escucharon cuando la puerta del baño se abrió. Entró un muchacho dispuesto a orinar después de haber tomado tantas copas. Aunque se quedó paralizado antes de llegar a su destino, pues escuchó ruidos extraños que pudo distinguir un momento después.

- ¿Así bebé? ¿Así te gusta?

- Ahh... sí... justo así bebé... ¿Es bueno estar dentro de mí?

- Jodidamente bueno... ¡Ahh!

El joven olvidó por completo cuál era su misión dentro del baño y salió nuevamente, dejaría que la feliz pareja terminara con su asunto, después volvería.

Dentro del pequeño cubículo, Pat y Pran continuaban dándose amor sin importar el ruido que causara su piel al golpear violentamente, o que la pared del estrecho espacio temblara por sus movimientos bruscos, tampoco que sus voces hicieran eco por todo el lugar. Sólo importaban ellos dos y las emociones que sentían en aquel momento.