Señorita Venezuela

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Complejos físicos. Todo el tiempo vemos por televisión los mal llamados "cuerpos perfectos"; ya saben, hombres con abdominales muy definidos o de "acero", mujeres con cintura pequeña, sin casi busto y trasero. Eso ha traído cómo consecuencia la búsqueda imparable de esas medidas, las chicas —mayormente— se ven en la necesidad de pasar hambre, hacer ejercicios y dietas ilógicas, sin contar las que comen algodón bañado en miel, porque, según dura para necesitar comer otro, y ese es el caso de Joanne:

Una joven de 19 años quien aspiraba con ser modelo. 1,80 de estatura, cabello rubio cenia, ojos negros y un cuerpo bien proporcionado en cuanto a busto y trasero, ello fue por lo que le negaron la oportunidad.

"Rebaja unos kilos, vuelves al quitar esos implantes" Eso la marcaría de por vida.
                               ***

Pasó una semana sin salir, lloraba al ver sus sueños frustrados, y tambien su autoestima por el suelo, todo se derrumbó con la crítica de las agencias, eso la destruyó tan mentalmente que al verse al espejo no se veía ella, sino, a una ella de 100 kilos. A partir de ahí, sólo debía agua, realizaba bastante ejercicio en el gimnasio, y en el parque.

                                 ***

Un día, el chico que le gustaba le dijo que debía parar, que estaba flaca. La invitó a cenar, ella recelosa, aceptó.

—No quiero oírte decir: "No me gustan las hamburguesas" Porque no voy a creerte. A todos nos gustan. —Dijo Andrés sonriente.

Andrés come su hamburguesa mientras que Joanne ni mira la suya.

—¿Sucede algo? Parece que le tienes asco.

—No tengo hambre. Acepté porque insististe. Comí hace poco. —Mintió, pero Andrés le creyó.

—Bien.

El chico le sonrió y terminó de comer. Joanne pidió que la suya la pusieran para llevar.

                              ***
Los dias pasarón y Andrés le repetía que debía comer mas, que no hiciera tanto ejercicio, y visitara un nutricionista. Ella aceptó, pero no lo hizo.

—No entiendo quien te metió en la cabeza que estas gorda. ¡Mirate! —Le pone un espejo enfrente—. Estás demasiado flaca. Ya mismo hablaré con tus papás para buscar una solución.

Habló con los señores Da Costa y dijerón que llegarían en la mañana. Joanne se molestó con él, ella afirmaba que estaba gorda y que nadie la querría por eso. Lo que no sabía es que estaba errada, era hermosa, y él la quería.

                                ***

Aún cuando han pasado varios años quedan secuelas de la anorexia que sufrió. Está físicamente sana, pero la mente de vez en cuando le juega una mala jugada, ya que ella todavía sueña con tener las "medidas perfectas" para tener el cuerpo cómo una "señorita Venezuela".

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Crónicas de un manicomioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora