Mirada Violeta

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De niños nos preguntan ¿Qué queremos ser de grandes? Unos responden cosas sorprendentes, otros fantasiosas, unos no lo saben, y sólo un pequeño porcentaje está seguro. Los niños crecen, se convierten en
adolescentes y vuelven a preguntar; En este caso casi nadie piensa en
eso, pero, Louis lo ha sabido durante casi toda su vida, sólo que él,
a diferencia de los demás no pudo elegir.
Jaime, su padre, eligió la carrera de su primogénito. Con 15 años
Louis soñaba con convertirse en pintor y ser reconocido, sin embargo,
no pasó así.
Jaime, un abogado de prestigio con anhelo de que su hijo mayor
continúe con su legado, que sea el presidente del bufete de abogados
que maneja. Sólo que Louis nunca compartió ese sueño. Su madre, una
mujer que lo apoyó, pero, Jaime era el de las decisiones.
—Ya vas a terminar la escuela. Y la universidad espera por un futuro
gran abogado, y colega mio, hijo. —Le puso una mano sobre la cabeza y
movió su cabello.
—Si, papá. Todo por verte feliz. —Dijo cabizbajo.
Jaime salió de la habitación de su hijo dejándolo con un dolor en el
pecho, ojos llorosos y maldiciendo por eso, él no quería ser abogado,
pero, al contradecirlo lo podía enviar de nuevo al hospital, varias
veces llegó a dejarlo inconsciente, la mayor fue cuando le contó que
quería ser pintor, Jaime le dijo que ningún hijo suyo iba a ser muerto
de hambre, que sería un abogado cómo él, y allí empezaron los golpes,
varias semanas pasaron para que se le borraran las marcas de todo el
cuerpo: Rojo, verde y violeta fueron parte de la coloración del cuerpo
de Louis. Nadie lo ayudó, absolutamente nadie, su madre tampoco lo
hizo por miedo.
Louis fue maltratado por su padre desde los 10 años, aún así, no dejó
de pintar, con ayuda de su mamá llevaban las obras a casa de una tía
para que Jaime no las notara.
Con temor y todo a que su padre lo descubriera, se inscribió a un
concurso de artes, Sofia le firmó el permiso para que pudiera asistir,
todo a escondidas de su papá.
Al llegar el gran día, Louis se sentía muy emocionado ya que
competiría con su obra "Renacimiento" por una beca para estudiar en
New York. Esa noche su padre estaría fuera de la ciudad por cuestiones
de trabajo, o eso creía.
Aunque era un evento público, no sería televisado, y estaba bien.
Louis asistió solo para no levantar sospechas. Los críticos ya habían
inspeccionado las obras, 49 en total.
Faltando minutos para anunciar a los ganadores, Louis, cómo todos los
demás estaban nerviosos. Su "Renacimiento" es bueno, también otras obras.
Renacimiento es una obra que cuenta una historia de superación,
colores grises y finaliza con colores alegres, utilizando a una planta
de girasol cómo protagonista.
Por el micrófono anunciaron a los ganadores de la siguiente forma:
Obra + autor.
—El tercer premio es un cheque de 500$ y la obra ganadora es...
—Alargó demasiado el suspenso—. Animal, de Helena Herrera,
¡Felicidades!
La chica de unos 17 años pasó emocionada a recibir su premio.
—Continuamos. El segundo lugar consta de un cheque de 1000$ y la obra
ganadora es... —Otra vez el suspenso incómodo e inquietante—. Maniaco
de Ludmila Gutierrez.
La chica de 20 años recibe su premio.
—Bien. El primer y último premio de esta noche consta de 2000$,
también una beca para estudiar en New York en la universidad de artes.
Una oportunidad única. —Louis suspira—. Facilmente no se ve. Los
críticos llamaron a la obra: Suprema, sentimental y con fuerza. Por
eso la obra ganadora es... —Louis da la vuelta luego de que lo agarran
por el hombro, palideció al ver a su papá.
—Hablamos en casa. —Murmura.
—¡Renacimiento! De Louis Gomez.
El sentimiento de alegría que debería haber sentido por ganar el
primer lugar no estuvo. Dudoso, nervioso y aterrado pasó a coger su premio. Rápido caminó para salir del lugar antes que su padre.
—¡Louis! Entra al auto. —Ordena Jaime. Aterrado obligó a sus piernas a no dejar de caminar al oír a su padre—. ¡Al auto ahora! Hay que ir a casa. —Llega hasta donde él, lo agarró por los hombros y encaminó al auto.
—Me decepcionaste. Sofia también, ella ya tiene su merecido, faltas tú.
Dicho eso lo cacheteó que resonó en el auto. Louis ahogó un grito.
—2000$ te servirán para pagar el hospital, y esa beca no la usaras. Tú no serás un artista, eso es para maricas muertos de hambres y un hijo mío no será eso.
En el trayecto a casa lo golpeó al menos 10 veces. Louis no lloró para no darle gusto. Jaime lo adentró a la casa con empujones, golpes e insultos. Sofia al ver la escena se levantó, también tiene los ojos y labios hinchados, también llora.
—¡Déjalo! Me lo vas a matar, Jaime. —Grita Sofia.
—Es mi maldito hijo. Y lo golpeo cada que quiero. Por tu culpa lo hago, lo consentiste demasiado y quiere hacer lo que se le da la gana.
Louis cómo pudo se escapó y subió rápido por las escaleras, cerró la puerta de la azotea. Jaime golpea la puerta diciéndole barbaridades, Louis no lo oye. El dolor en el pecho aumentó, la cabeza dolió demasiado, el corazón a nada de salirse. Caminó hacia el borde de la azotea, todo le dio vuelta, se le volvió todo confuso y necesitaba escapar pronto. Subió la pequeña cerca y la cruzó quedando con mayor altitud. Pequeñas lágrimas salieron de él, suspiró y se dejó caer.
Sofia salio corriendo hacia abajo al oír el ruido, imaginándose lo que no sabía y deseando que no buscó a Louis por el patio. Allí vio lo que nunca una madre quiere ver jamás: El cuerpo sin vida de su hijo. El cuerpo de Louis se encontraba junto al rosal que ellos sembraron cuando él tenía 5 años.
Jaime corrió también y encuentra la escena de su esposa abrazando el cuerpo de su hijo, llorando y hablándole. Él siente ganas de llorar y cuando estaba por hacerlo, Sofia se da vuelta y lo mira.
—No te atrevas. —Murmura—. Tú no tienes que llorarlo, tú lo mataste. —Y ahí vuelve a quebrarse. Acarició el cabello del chico y le besa la frente—. Ya no te duele, amor. Ya no te duele, mi Louis.

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Crónicas de un manicomioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora