Elena:
Es un idiota, imbécil, estúpido, descarado; pero yo más. Lo soy desde que me deje impresionar con ese cuerpo que carga, por sus ojos, boca, piel, caricias…Tonta Elena tonta, que fue de mi autocontrol, me deje llevar por la calentura y ¿qué pasó?, pues lo que es obvio cada vez que te juntas con ese tipo de hombres, solo buscan SEXO y ya, después te desechan como un papel usado, arrugándolo y arrojándolo en la basura como si no fuese nada. No sé a quién odiar más, si a él por permitirle su chulería o a mi misma por caer en ella como principiante.
Jodí la cita con Roger, y como si no le fuese suficiente vino luego a restregárselo en la cara. En mi vida había pasado por tal humillación y seguramente la gente y en especial Roger pensarán que soy más fácil que la tabla del uno, la que abre las piernas con solo hablarle bonito al oído. No quisiera encontrármelo o de lo contrario juro que lo mato, por cabrón.
Estoy acostada en mi cama, en cuanto subí me di un baño y me restregué hasta la medula, intentando sacar su olor de mi piel, borrar sus caricias y besos, y hacer como que no sucedió nada, pero fue inútil, su maldito olor se quedó impregnado en mí; a cada nada recuerdo lo que sucedió y me tiembla todo; temblor que me gusta, que disfruto y que odio.
Las imágenes las tengo en mi mente como una película para adultos, dejándome llevar como nunca antes, desatando ese deseo que sentí en el momento en que esos ojos azules me miraron; la forma en que me le subí encima y me moví como si no hubiese un mañana. Nunca he sido tan suelta, mis relaciones anteriores fueron medianamente buenas, terminaba satisfecha o bueno eso creía hasta hoy.
Roger por su lado reaccionó de la forma que menos esperaba, me dijo que no pasaba nada y que podía entender que Andro me sedujera como siempre hace, me pidió incluso que no lo alejara y que le diera una oportunidad. Luego me dio un abrazo y se marchó.
Por eso me siento tan mal, porque por un lado sí, disfrute, sentí que tocaba las estrellas y que el mundo estaba bajo mis pies, pero por otro, me deprime el hecho de que haya sido un acostón, no pensé en eso cuando me deje llevar y ahora heme aquí, sintiéndome un nombre más en su lista de conquistas.
La noche llega y con ella el sueño, me quedo rendida de tanto pensar y martillarme las neuronas.
El pitido de mi móvil hace que me despierte, esa cosa ha sonado más de doscientas veces.
- Dime – contesto de mala gana.
- ¡Qué humor chica! Alguien no amaneció muy contenta hoy.
- Hola, disculpa por eso, estaba dormida y suelo despertarme con mal genio.
- Ya veo – hace una pausa – Te quería proponer ir a desayunar juntas, con eso de que las clases son más tarde, pero veo que estas de malas.
- No – contesto inmediatamente - ¿Dónde nos vemos?
- Estoy en la puerta de tu casa, ábreme dormilona.
Cuelgo y voy a abrirle.
- Niña pareces zombi, arréglate un poco ese pelo.
- Fue tu culpa, nadie te manda a aparecer tan rápido.
- Bueno, apresúrate y date un baño, te espero por aquí.
- Vale.
Me doy una ducha y cepillo mis dientes, empiezo a vestirme y Lucia se para en el umbral de mi habitación.
- ¡Cuéntame ya! – dice y me señala su móvil, donde aparecemos Roger y yo en la cafetería de ayer.
- ¿Estás saliendo con él y no nos habías dicho? – achina los ojos como si me quisiera asesinar.
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Eclipse
RomanceElla tan dulce y delicada , él tan prepotente e indescifrable; polos opuestos que en sí, jamás se les ocurriría ser el uno del otro. Esta es una historia llena de traición, rencor, dolor y amor; parece loco pero es cierto que a pesar de toda la oscu...