Santa mierda.
Su cuerpo lo había traicionado por completo.
Había quedado inmovilizado casi al instante de haber escuchado aquel ruido, que pareciera provenir de un piso más arriba.
El ambiente se sentía más que pesado y ganas de salir corriendo no le faltaban.
Estaba en medio de aquella encrucijada.
Gruño por lo bajo.
El sabía y estaba consciente de que en esa casa no había nadie.
De que nadie estaba en el mismo piso que el.
Miro la foto otra vez, pero sus ojos fueron abiertos como platos al ver que había un ligero rastro de una sustancia de color oscuro recorriendo la cara de los integrantes de esta.
Sintió su pecho oprimirse.
Tenía que salir de ahí aunque fuera ensuciando su persona.
Tomó la foto entre sus manos y la metió en su mochila.
Ahora mismo no le importaban las consecuencias, el tenía que salir de ahí.
Iba a darse la vuelta cuando sintió un suspiro atrás de su cuello.
Todo su ser se inmovilizó.
— Las lluvia cae en una espiral mientras el reloj marca las doce, ¿Quién te conoce? —
Sintió un escalofrío.
Aquella voz era de una mujer.
Lo decía de manera pausada mientras respiraba pesadamente.
La frase que dijo, ahí mismo de pie juro que nunca la olvidaría.
Respiró hondo y tomando el suficiente coraje, volteó hacia atrás.
Pero, para su sorpresa...
O desgracia.
No se encontraba nadie atrás de el, ni siquiera más atrás en otras habitaciones de aquella casa.
Ni siquiera en los pasillos.
Bajo el nudo en su garganta.
Quería gritar, pero tal vez alertaría a alguien de su presencia.
Camino hacía atrás para devolverse al lugar de donde vino.
Sentía los tablones de madera temblar bajo el.
Se escuchaban murmullos.
Pero no había nadie.
Allí no había nadie.
Nadie.
Cerro los ojos y tomó la cuerda que uso para bajar, ahora para subir.
Agarro bien su mochila y procedió a escalar por aquella cuerda.
Se agarro fuertemente.
Sentía todo su sistema temblar.
Un humo oscuro salía debajo del piso.
Para prevención de si mismo, optó por no inhalar.
Cuando estuvo arriba del todo en el techo, salió de ahí como si ese lugar quemará por dentro.
Suspiro cuando por fin estaba en un lugar estable.
O eso creía.
Sintió de nuevo un aire caliente instalarse en su cuello.
— Esa noche cegado estaba, cuando abrió los ojos ya nadie se encontraba, ¿Quién eres? —
Era de nuevo esa voz.
Esa voz femenina que lo atormento dentro de la casa.
Su espina dorsal se erizo.
Tenía miedo.
Miedo.
Con una fuerza débil y agallas, lanzo un gancho sin mirar atrás, viendo como se quedaba atorado en una piedra.
Suspiro de alivio.
Sentía una presencia atrás suyo.
La sentía.
Tanto tiempo solo en medio de la guerra le enseño a sentir a los enemigos.
La presencia era una presión extraña.
Sabias que había alguien ahí, lo sentías.
Y si eras atento lo escuchabas.
Pero en ese momento no escuchaba nada, solamente sentía.
Con el corazón apuntó de salir de su pecho, se deslizó por aquella cuerda amarrada al gancho.
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[ Agua que no has de beber ] RebCoy - Rebornplay
FanfictionLa sangre de los dioses se derramó en el suelo de aquella tierra marchita, haciendo que miles de flores empezarán a florecer en un abrir y cerrar de ojos. El niño con un leve rastro de fuego en su cabello dejó de derramar gotas saladas por sus dora...