Mil grullas de papel

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Cuenta la leyenda que si haces mil grullas de papel, los Dioses te cumplirán un deseo, sea cual sea esté.

_Tenia tiempo que no hacía esto... Ah~ había olvidado esa leyenda y que yo quería que me cumpliesen un deseo los dioses... Ahora estoy aquí, limpiando este pequeño cuarto que alguna vez fue mi pequeño rincón secreto, vaya que cambian las cosas con el tiempo. 
Noel, un joven de 18 años estaba limpiando su habitación que le fue asignada al llegar a el orfanato "Pequeñas bendiciones", llegó siendo un niño de tan solo 3 años en situación de calle, desnutrido y andrajoso; actualmente era un joven adulto de 18 años, delgado pero con algo de musculatura, alto, inteligente, carismático y una sonrisa que enamoraba a cualquiera. Finalmente había iniciado la universidad, tenía un empleo de medio tiempo en una veterinaria donde haría sus prácticas pues su meta era ser veterinario.
-Veo que estás terminando de recoger tus cosas Noel- hablo una joven mujer de tan solo 29 años, era quien encontró a Noel y lo llevo a el orfanato, Lucía era realmente hermosa, huérfana al igual que él, se dedicó a una carrera para ser profesora y así ayudar a quienes le tendieron la mano cuando no tenía nada, era realmente feliz trabajando aquí y fue ella quien le contó la leyenda de las mil grullas de papel.
Casi termino, solo encontré algunas cosas que me trajeron viejos recuerdos, sigo agradecido contigo por darme está oportunidad Lucy, te prometo que te lo recompensare y... Gracias por ser casi una madre para mí, era demasiado difícil el tratar conmigo- hablo con honestidad ese joven azabache  -Sabes que no fue nada, harías lo mismo por mi y no te preocupes por lo que he invertido en ti, lo hice con mucho gusto- respondió mientras de inclinaba a su lado y miraba lo que llevaba en sus manos hasta encontrar una caja con las grullas de papel. -Cierto, ¿Cuántas grullas llegaste a hacer? Recuerdo verte tan empeñado en hacer tantas grullas para llegar a las mil, ¿Cuál era tu deseo?- hablo con voz nostálgica.  -Tienes razón, solo logré llegar a las ...- Observo la caja donde tenía una cantidad anotada. -¡Oh mira! Llegué a las 999 grullas, solo una para las mil y pedir mi deseo...- Sonrió al darse cuenta de que Lucía ya estaba buscando una hoja de papel.
-Hagamos esa última grulla para que puedas pedir tu deseo ¿Quieres?-
-Por supuesto, pero... Mi deseo ya no tendría sentido, quería una familia y la encontré aquí, supongo que pensaré en otra cosa...- respondió el joven, había algo que quería y necesitaba desesperadamente pero no sabía cómo decirlo sin que Lucía se alterará o decepcionará de él.
-Supongo que entonces tendrás que esperar y hacerlo en tu apartamento, bueno, es hora de que vaya a ayudar a cuidar de los más pequeños, esos niños nunca saben cuándo dejar de hacerme correr de un lado a otro-
-Esta bien... Cuídate y espero que no te hagan correr tanto, ya no eres tan joven como en antaño... Vieja, jajaja-
-Para tu información no soy tan vieja, tengo 29 años pero me sigo viendo como cuando tenía 25- respondió para al final sacar la lengua juguetonamente y salir de esa habitación.

_Supongo que lo último que podría hacer es cumplir con ese deseo de hace 5 años... Sería genial poder remediar aquello... Demonios, esto es tan difícil ¿Realmente me cumplirán ese deseo? Es tan fácil y complicado a la vez, pero de verdad quiero que eso nunca halla pasado... Al diablo, lo haré, si al final no pasa nada entonces no debo de preocuparme por las consecuencias pero si ocurre..._  El joven comenzó a buscar desesperadamente en su mochila, tenía que haber una hoja suelta al menos, pediría ese deseo aquí y si al final no sucedía nada solo podría seguir adelante, encontró la hoja, sin pensarlo tanto comenzó a doblar y cortar los restantes, doblo una vez, dos veces, tres veces y aún más con una sola intención... Hacer una grulla más
A

l finalizar la coloco junto a las demás, se arrodilló mientras cerraba los ojos e internamente imploraba que alguna deidad llegara a cumplirle su deseo.
-¿Qué es lo que deseas pequeño mortal?- se escuchó una profunda voz, parecía estar tan lejos pero al mismo tiempo tan cerca que se sorprendió. -Por favor gran señor, quiero volver al 11 de diciembre a las 8:26 pm de hace 5 años, solo quiero eso y lo demás lo haré yo mismo-
-Muy bien, te llevaré a esa noche que tan atormentado te tiene, pero te advierto que no será de la manera en que piensas que será-
-Esta bien, lo entiendo solo... Por favor lléveme a esa noche, no me importa como.-
-Entonces que así sea- Finalizó aquel ser al mismo tiempo que una bruma negra y espesa lo envolvía totalmente hasta que no supo nada más de lo que sucedía a su alrededor pero con la misma facilidad sus sentidos volvieron y se dio cuenta de los detalles... Era una vez más aquel chiquillo de 13 años, miro el reloj en la pared. -8:26 pm... Lo hice, volví, ahora puedo evitar que suceda una vez más pero solo tengo minutos antes de que ocurra- Sin pensarlo dos veces salió corriendo de esa habitación y se dirigió a las cocinas, donde apagó todo lo que encontró en las estufas, cerro y saco aquello que era inflamable y cuando termino se sintió tan aliviado que no se percató del momento en que se sentó en el suelo y comenzó a llorar... Lo había logrado, al fin pudo remediar ese desastre que ocurrió por su culpa en un inicio, _ No puedo creer que lo logré, realmente estoy aquí y evite ese desastre... Podré crecer de nuevo, ya no tendré el peso en mi consciencia y mi corazón... Dios... Esto se siente increíble_
-¡Noel! ¿Qué tienes mi niño? Sabes que es peligroso que estés aquí sin la supervisión de un adulto y... ¿Porque está todo apagado? ¿Noel qué hiciste?- Le hablo una Lucía de 25 años, tan joven como la recordaba de su época, sin resistirse se abrazo a ella que estaba de rodillas a su lado, estaba tan aliviado que no sabía como expresarlo, quería decirle tantas cosas pero a la vez ocultar unas que un nudo en su garganta se asentó y no podía hablar correctamente.
-¡Lucia! Lo logré, la leyenda de las mil grullas es verdad... Yo... Hice una última grulla y... Creí que era mentira... Imploraba porque fuera real... El apareció y... Pedí mi deseo... Yo... ¡Te extrañe!, No sabes cuánto los extrañe a todos y estoy tan feliz que podría besar a Jane y... Estoy tan agradecido... ¡Cierto! El gas se está escapando de los tanques que están en el sótano, hace rato iba pasando y me llegó el olor, me asusté y apague todas las flamas y yo... Emmm... Perdón, traía unos fuegos artificiales de chispas y estuve apunto de lanzarlos...- Hablo entrecortadamente pues el llanto y el miedo así como los nervios por saber que pasaría lo tenían al límite.
-Noel, cariño todo está bien, ahora ayudame a sacar a todos y contactar con los bomberos para que solucionen ese problema-
El ahora joven de 13 años solo asintió y corrió a sacar a todos los que estaban en las instalaciones, mientras sacaban cosas de valor y documentos importantes, el no decía nada solo ordenaba y los demás al verlo en ese modo solo atinaron a obedecer. Apenas vio a Lucía salir y acercarse a ellos cuando la casa detrás de ellos retumbó por una explosión... Un tanque con una fuga había dejado salir el gas... Una vela encendida en el altar a un santo y el tiempo suficiente para que el gas se pudiese esparcir... Los vidrios se rompieron estallando en cientos o tal vez miles de pedazos, todos asustados y gritando... Un reloj de muñeca marcando las 8:51 pm de ese 11 de diciembre... Lo había logrado, salvo a todos aquellos que en su primera vida habían muerto por su culpa, por hacerse el gracioso horas antes y dañar uno de los contenedores más llenos y antigüos de gas... Dios... Estaba tan aliviado de que hubiese podido evitar tantas muertes... Ahora podía disfrutar de una vida más agradable y sin el constante recordatorio de que por su culpa muchos habían muerto...




¡Joven hallado muerto en el antigüo orfanato "Pequeñas Bendiciones"!
Se especula que el joven había ido por algunas ofrendas dejadas entre los escombros de la explosión de hace 5 años.

El joven llamado Noel Lucares era un residente de las instalaciones hasta hace 5 años atrás en donde una explosión acabo con la vida de sus residentes a excepción de él joven en cuestión; según especulaciones el chico estaba arreglando un pequeño altar que se encuentra en el lugar en memoria a quienes perdieron la vida, cuando una pared inestable que sostenía lo poco que quedaba de techo se desplomó sobre él causando su muerte inmediata, hay informes que sospechan de que algunas cosas fueron robadas, pues se hallo una caja con el número 999 vacía y a su lado una grulla de papel manchada de sangre.

Todos decían que los dioses te cumplen el deseo que quieras sin importar que... Más nunca dijeron cómo sería, pues a cambio de quitarse ese peso de su conciencia, Noel fue llevado al pasado solo en su mente, su cuerpo en el presente, transportado a aquel lugar, en esa ilusión es feliz y no tiene ni idea de que en realidad murió para cumplir ese tan anhelado deseo de su corazón...
Bien dijeron que los Dioses cumplen tu deseo sea lo que sea y sin importar como.

Cabe aclarar que la leyenda solo es de las primeras cosas que escribí arriba, sin embargo yo la adapte a mi propia forma de pensamiento para escribir esto, espero no me quieran matar si les cause un sentimiento de tristeza, así que aquí me despido por ahora.

Y HUBO ALGUNA VEZ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora