Dos hombres, una mujer (Bruno-Camilo x ti.)

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Él sonrió como respuesta, al parecer mi frase le hacía bastante gracia, sin embargo, yo moría por besarlo, pero era demasiado riesgoso, después de todo, no estamos en un cuarto, y Bruno lo sabía a la perfección.
Posó su mano en mi cabello, sus dedos se enredaron con facilidad en el mismo cuando este lo despeinó.

- Sigo diciendo que no me gusta ser el segundo. - Recalcó, este tema ya lo habíamos hablado antes, pero no he sido capaz de romper con mi farsa respecto a Óscar.

- Iré a descansar, hoy fue un día algo agotador. -

Bajé mi mirada, una parte de mi no quería que se fuera, sentía como si me faltase algo cada vez que se aleja.. Lastima que esto también lo siento con Camilo.

Como si el hombre leyera mis pensamientos, se acercó a mi y depósito un tenue beso en mis labios.

Este acto me dio escalofríos, pero no pasó demasiado para que acabase llendo a su cuarto, cosa que segundos después, haría yo también.

Me enrolle en las mantas de la cama para luego cerrar los ojos, comenzando a dormir...

- ¡Oye! ¡Despierta! Recuerda que hoy tienes que salir con tu segundo novio.- Dijo Camilo refiriéndose a Óscar, manteniendo esa personalidad extrovertida tan característica de él

- ¿Segundo? -

- Es obvio, después de todo, yo soy el primero. - Afirmó con cierto tono de burla, ahg, si tan sólo supiera que esa frase me acelera el corazón.

- Estúpido.- Dije entre risas para luego levatarme.

Mierda, se me había olvidado que Óscar y yo habíamos quedado para beber algo.

Esperé impaciente la llegada de mi amigo, este estaba al tanto de mis aventuras con esta familia, y estaba anciosa por contarle como ambos se acercaban más al sentimiento que yo ya mantengo.

Esperé como perro espera a su dueño, y si tuviera una cola como la del animal, estoy segura que la movería sin parar al ver a Óscar, lo bueno de este hombre, es que la puntualidad es una de sus cualidades, no demoró en llegar.

- ¡(T/N)! ¡Tu novio! - Gritó Mirabel para llamar mi atención.

Enseguida corrí hacia la puerta para recibir al hombre de cabello dorado.

- ¡Hola guapo! - Dije con entusiasmo mientras lo abrazaba.

Nuestra confianza ha crecido con el pasar de los días, por lo que nuestra forma de tratarnos ha cambiado.

Óscar dejó escapar leves risas para luego dirigirse a la abuela.

- La traeré a salvo. - Dijo con una característica sonrisa de él, luego de ello, la abuela asintió confiada, y salimos de la casa.

- ¿Me extrañaste? - Dije, dando leves saltos al caminar.

Pensar que a este lugar llegué bien malditamente callada y espantada.

- Dejame pensarlo.... No.- Respondió para luego reír, siempre tan alegre, aun así, hice un leve puchero.

- ¿Vamos a beber cosas sanas o cosas no sanas? - Pregunté.

- Sabes que tengo reputación por beber cosas no sanas.-

¡Genial!

Sonreí, esta será una larga noche envuelta en alcohol, eso me gustaba, además, tengo a Óscar para que me cuide, así no hago escándalos, ¿Que podría salir mal?

Aunque bueno, conociéndolo, dudo mucho que me detenga si hago algo mal, usualmente le gusta reírse y luego ayudar.

En fin, Óscar es Óscar.