MI PRIMERA VEZ

MI PRIMERA QUINTA

El dia parecia perfecto, poco sol y poco aire, llegamos cuando ya estaban todos cambiados, Peter estaba en la barra sirviendo algunas bebidas, parecia todo un experto, aunque Harold parecia su único cliente. Trevor e Ian estaban cargando a Loraine y Tammy, luchando por ver quien se caia primero. Y al fondo estaba Anna, recostada bajo el sol, en un diminuto traje de baño azul, su piel blanca hacia que mi mente se nublara.
-¿Tienes novia?- pregunto Aaron.
-No...-
-¿Entonces que es esto?- dijo tocando mi cuello.
-Es un moreton, creó- no parecio muy convencido pero no siguio preguntando, se quito la camisa y salto a la picina, nadando hasta sus amigos.
Segui caminando hasta el borde de la piscina.

-¿No te gusta nadar?- Su mirada me cautivaba de manera extraña.
-Estoy un poco fastidiada...-
-Oh, disculpa- Supuse que a una chava tan guapa, la seguirian muchos chavos en la escuela, y no era mi intención que ella me viese de esa manera, me levante de la silla y me dirigía a la piscina.
-Soy nadadora profesional...- dijo rápidamente -me fastidia estar todo mi tiempo libre en el agua, eso es todo-
-Ah- una gran sonrisa aparecio en mi rostro.

A mi alrededor el ambiente era salvaje, chicos jugueteando, haciendo clavados y maromas, bebiendo, escuchando musica, mientras yo pase las horas hablando con Anna...

-Beck, veniste a ligar con Anna o a la piscina- grito Harold, en un tono amistoso, gritos y sonidos vergonzosos comenzaron a retumbar en mis oidos.
Sin darme cuenta, el sol habia bajado y la noche estaba comenzando...
Entonces apagaron los pocos focos que alumbraban alrededor de la piscina y Harold presiono un boton de un control que tenia y luces de colores comenzaron a teñir el ambiente, de la parte superior del bar surgio una bola disco tan grande como una pelota de playa y todos comenzaron a bailar.

-¿Bailas?- me preguntó Anna.
-Por supuesto- y despues de horas, porfin volvi con los demás, aunque no estaba solo.

Eran las 12 de la noche cuando todos fueron a las regaderas para bañarse y cambiarse... excepto Anna y yo, que no habíamos entrado a la piscina.

-¿Y, que te pareció un dia con nosotros?- decia acostada a mi lado en la misma silla.
-Creo que podrria acostumbrarme- sonreí mientras la abrazaba.
-¿Y que podría hacer yo para mejorar su experiencia señor Hound?- decia con un tono tipico de maestro.
-Solo esto- me acerqué lentamente...
-Ya nos vamos- recibí un pequeño golpe con una toalla de Aaron.