MI PRIMERA VEZ

PRIMERA CITA

Despues de que ella me curara y se cambiara su uniforme(aunque igual se veia encantadora) nos dirijimos a una pequeña cafetería llamada "J-key" El lugar parecia un desierto, pero habia algo que me hacia sentir muy cómodo. Pronto una joven camarera que traia patines rosas al igual que su uniforme llego con dos pequeños vasos de agua fresca y nos dios el menú.

-Y... ¿este lugar siempre esta asi de solo?- Me miro extrañada.
-¿Acaso no eres de por aqui?- sonrió.
-No, acabo de llegar hace unos dias a esta ciudad, y hoy iba a ser mi primer dia de clases- se quedo impresionada, tapandose la cara por la vergüenza.
La tome de sus delicadas manos, y ella se quedo seria, y pronto sus mejillas se encendieron.
-Este no debe ser tu dia de suerte- me miro sin soltarse de mi agarre.
-Créeme, lo es- ella sonrió aun mas.

-¿Les puedo tomar su orden?- decia aquella chillona voz.
-Si, mmm dos batidos de chocolate, dos hamburgesas especiales y una orden de dedos de queso, por favor- sonrei, yo nisiquiera habia leído el menú.

Cuando se marchó la camarera, ella se acerco y me preguntó -¿Porqué no pediste nada?- ambos reimos.

Hablamos de la ciudad, de su escuela, un poco de ella, sobre mi y sobre todo del porque habia estado en la calle.

-La verdad... fue algo muy tonto, mis amigas y yo llegamos a la escuela, cuando toque la falda de mi vestido, note que me faltaba un boton, entonces vi que se me habia caido en la calle. Fui hasta el y cuando escuche un motor me gire y te vi tan cerca que me quede petrificada.-
-¿Osea que casi muero por un botón?-
-Pero... no es cualquier botón, es el botón- dijo con aire triunfal.

Pase las ultimas 4 horas sentado en aquella cafetería escuchando canciones antiguas de Blink 82, simple plan, etc. Era hora de marcharnos.
Pague la cuenta, junto con una bondadosa propina para la camarera por no habernos molestado mas y salimos rumbo hacia mi moto.

-Me lo eh pasado genial, de verdad muchas gracias  y enserio disculpame, nunca hubiera querido que te lastimaras por mi culpa-

-No te preocupes, la verdad tuve suerte, si no, yo estaria dormido en algun mesabanco, pero, estoy aqui contigo- la tome de la cintura, y la acerque hacia mi. Gemi un poco, mi codo aun me dolía. Ella se separó.
-Es mejor que me vaya, mis amigas estan por salir.-
-Yo te llevo, voy hacia alla-
-No gracias, quisiera caminar un poco- 
y lo ultimo que vi fue sus botines negros llevarla lejos.