Escasos Desconocidos

parezco psicópata

~ NIC ~

"Hola, no nos conocemos, pero según tus gustos literarios creo que podríamos ser buenos amigos"

Estaba de pie arriba de una silla, leyendo en voz alta la nota que me dejó la chica de ayer. Como si se tratara de un escenario, yo este presentando mi obra y mi abuelo sea un inmenso grupo de espectadores.

- ¿Estas seguro que en ningún lado dice "aléjate de mi psicópata"? dijo riéndose mientras seguía cortando cebolla.

Me bajo de la silla y me siento, con el respaldo en el pecho y cruzó mis manos sobre él.

- Abuelo no soy un psicópata.

- Nic, observarte a esa pobre chica desde que se mudó. Empezaste a leer los libros que ella leía para que te mire.

- Y funciono – digo orgulloso

- No entiendo porque no te acercaste y le hablaste como una persona normal.

- Me daba miedo, el pueblo es muy chiquito como para pasar vergüenza. Veinte minutos después y ya te enteraste hasta vos sin que te lo venga a contar- me levante y moje un pedazo de pan en la olla de tuco, reí al ver la cara de odio que puso. 

- Su mamá es una muy bonita mujer, se llama Clara. La conoci en su  florería. Es muy grande y esta llena de todas especias, ahí compre a las margaritas que están la entrada, pense en comprarte una planta carnivora, pero supe que la ibas a estresar. Clara es muy amable, no me sorprendería que su hija también

- ¿Quién es el psicópata ahora?

- Vos mismo dijiste que es un pueblo chico - respondió riendo- Ahora chau, me vas a llenar todo el tuco de migas de pan. 

Subo por las escaleras hasta mi cuarto, me siento en mi batería y pienso como voy hablarle ahora. Se me viene a la cabeza sus ojos verdes perdidos en las hojas de sus libros, sus pecas reflejadas a la luz del atardecer, su pelo oscuro y largo en un rodete desaliñado.... mierda de verdad parezco un psicópata.

Mis manos empiezan a golpear con las baquetas el instrumento, luego de unos momentos el sonido se convirtió en una canción, "Why'd you only call me when you're high? - Arctic Monkeys". Es increíble como mi cuerpo logra una fuerte conexión con el instrumento, como si fuera una parte de él. Mi mente se pierde en la música, como si sonara tan fuerte que se me hace hasta imposible logra escuchar mis propios pensamientos. Cuando toco, el resto del mundo no existe y el tiempo deja de tener importancia, entro en una atmosfera donde solo soy yo y mi batería.

- ¿¡¡¿NICOLAS ROJAS POR EL AMOR DE DIOS PODES DEJAR DETOCAR UN SEGUNDO Y VENIR A COMER?!!?- me gritaba mi abuelo desde la puerta de la habitación, como te dije el mundo deja de tener importancia cuando hago música y mi abuelo es uno de los que más sufre esto. 

- Abuelo, me asustaste. No te escuche - digo agitado

- Siempre lo mismo con vos Nic- decía mientras se alejaba