Excuse you, I'm a Bitch

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(Leer con fondo negro)

°^°

En una habitación oscura se podían oír leves sollozos que eran ahogados por una almohada. El albino lloraba rogando porque alguien pudiera ver lo que él valía y no solo lo quisieran como un adorno.

Anhelaba amigos, anhelaba tener a alguien de confianza después de tantos años siendo una simple mascota para los demás.

Su hermana le abrazaba intentando contenerlo, pero incluso ella sintió unas terribles náuseas cuando vió a los supuestos amigos de su hermanito usándolo como si fuera una estropajo viejo y roñoso.

Pero ella jamás dejaría a su hermanito solo.

— Demuestrale a todos quién es realmente la mascota.

Los llorosos ojos Cian miraron a su hermana con confusión.

¿Quién es la Mascota?

Un cambio, no solo físico sino uno mental y bastante grande, su hermana lo ayudó cada día demostrando lo hermoso que era, lo fuerte que podía ser y sacando el lado manipulador que había dentro

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Un cambio, no solo físico sino uno mental y bastante grande, su hermana lo ayudó cada día demostrando lo hermoso que era, lo fuerte que podía ser y sacando el lado manipulador que había dentro. Fueron meses en donde pudo ver su verdadera belleza y para cuando el mismo lo notó, la bestia había nacido teniendo a varios bajo sus zapatos.

Literalmente hablando, ya que iba saltando junto a sus dos "amigos" sobre unos tipos tirados en un pasillo.

Después de saltar a todos, se devolvió por el costado volviendo a saltar sobre ellos una vez más en lo que los otros dos chicos hablaban con alguien.

—Oigan, hay uno de ustedes que no se está quejando cuando salto ¿Quién es ése chico valiente?— Con una sonrisa inclinó un poco su cuerpo para poder ver los rostros de los demás.

Para ellos era ver un tierno niño lleno de emoción por conocer a alguien fuerte, entonces el indicado levantó un poco su mano a lo que el albino se acercó dando algunos saltitos.

Los cuales se detuvieron en el momento que su pie rompió la nariz ajena de una patada, la sangre salpicó un poco su zapatilla y un gran quejido hizo eco por el pasillo.

— ¿Qué sucede?— El subcomandante se acercó hacia el de menor estatura el cual le enseñó su zapatilla azul manchada con sangre.

— Ken... Ensució mis zapatillas nuevas. — Susurró elevando la mirada hasta encontrarla con la ajena, hizo un puchero y sin dejar de ver al más alto le dio otra patada en la nariz al chico quedando manchada también su otra zapatilla. — ¡Ah! ¡Mira Kencchin! Ahora tienen el mismo estampado.

I'm a B [Tokyo Revengers/Male Reader][One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora