Capitulo 1

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Estaba sudado, mi corazón latía, sentía que no iba a poder. Los hierros crujieron fríos y una pequeña chispa salió de ellos. Estábamos rodeados por los dioses.
—Déjame llegar a mi hogar con mi mujer y mi hija.
—La necesidad de los reyes por tener control y poder no tiene precio, pero no los podemos dejar avanzar.
—Si llegan a nuestras tierras, los ancianos, niños y mujeres caerán, no sin antes ser ultrajadas, golpeadas y luego rebanadas. Es bien conocido el sadismo del rey Ur, él quiere tierras y el Jir Otel está mancillando su palabra al rey Utniel.
Ahora debemos luchar contra tantos guerreros como si fueran un nido de hormigas, siento que el brazo me arde, el martilleo en él me hunde y...
Me despierto sudado, mis brazos están temblando y adoloridos, mi respiración es pesada y unos ojos verdes que me miran con amor llegan a mi mente, esos ojos que me siguen desde siempre.
Tengo años sufriendo estas terribles pesadillas, no entiendo lo que me pasa, pues desde chico las tenía, pero no lograba distinguir las siluetas que se asomaban.
Creo que debo buscar ayuda, no puedo seguir así, cada vez son más constantes y me atormentan demasiado.

Irlanda
En otro lado de del mundo, una rubia de ojos verdes esmeraldas se encontraba trabajando en una tienda de antigüedades, que era de su abuelo Jonás y su abuela Olivia.
Acomodaba unas piezas antiguas, entre ellas había una gran espada; en otras palabras, un <<Claymore>>.
Cuando la tomó para observarla, a su mente vinieron imágenes que no entendía. Le recordaban a sus pesadillas que siempre tenía y empezó a mirar una imagen de un rubio alto bien fornido, con unos ojos azules similares al cielo claro, eran hermosos, le transmitían dulzura y amor, eso, mucho amor.
De repente, sintió una angustia ¡Él la llamaba por un nombre, pero no lograba acercársele, quería ver su rostro, pero no podía!
Al escucharlo gritarle: <<Te amo, te amo>>.

America
—Wesley, esas pesadillas no me gustan, no te han dejado tener una vida normal. Ahora que estás a punto de casarte, siento que no resultará.
—James, creo que hablaré con ella y sobre todo porque no la amo. No siento nada por ella, no se lo merece, conversaré con mi tía. También estoy enfadado de que quiera meterse en mi vida según porque <<mis padres hicieron ese maldito arreglo matrimonial>>, cosa que no estoy muy convencido. ¡¡No amo a Elena, me molesta de sobremanera todo de ella!! Ni siquiera me atrae como hombre, no sé por qué le hice caso a mi tía; pero se acabó. Tengo que ser sincero con ella. ¿Sabes? Siempre que tengo esos sueños me vienen unos ojos grandes, hermosos como las mismas esmeraldas, su rostro que no puedo distinguir bien; pero cada vez que esos ojos aparecen: siento que hay mucho amor. Dirás que me estoy volviendo loco, pero siento que algo me quieren decir.
—Yo que conocí a tus padres, te puedo asegurar que no es verdad lo de ese tal arreglo. Si tenía algo tu padre, es que era fiel a sus sentimientos. Cuando conoció a tu madre no hubo poder humano que lo detuviera a defender su amor por ella, el cual al final triunfó. Tú y tu hermana Alyn fueron su recompensa.
—¿Tú la amas, cierto? —el pelinegro se quedó en silencio.
—¡No me digas nada! Yo lo miro en ti y en mi hermana. Sí, mi tía también se ha encargado de imponerle alguien a ella; pero lucha por su amor, sé que te ama, puedo verlo en cómo sufre. No dejes que te arrebaten el amor de tu vida.

Irlanda
Cuando la rubia escuchó que ese joven traía un Claymore en su mano, estaba luchando, eso parecía cuando de repente sintió un pinchazo en su pecho y cerró los ojos, lo primero que vino a su mente: era el mismo joven alto, rubio, muy atractivo. Tenía una vestimenta rara, diferente, como una falda con cuadros, sin camisa. Lo que más la impresionó fue esa mirada tierna y dulce que le transmitía muchos sentimientos hacia él, nunca en su vida lo había mirado. Entonces, volvió a sentir una opresión en su pecho y mucha angustia. Al soltar el Claymore, se desvaneció, cayendo al piso.
Su abuelo, al observar como se desmayaba, se acercó inmediatamente gritando:
—¡Olivia!
—¿Qué pasa? —respondió la mujer, quien al mirar a su nieta tirada en el piso, se puso las manos en la boca—. ¡¿Qué le ha pasado?!
—No sé, simplemente miré que agarró el Claymore y de repente se desvaneció.
Olivia le colocó en la nariz un poco de algodón con alcohol para que despertara, pero no respondía. Tuvieron que llamar a la ambulancia, cerraron la tienda para irse con ella.
En el hospital, los abuelos, muy preocupados y consternados, preguntaban por la salud de su nieta.
—¿Qué tiene nuestra nieta, ha despertado, doctor? Por favor díganos, ¿qué le pasa? Estamos muy angustiados —dijo Olivia.
—Sí, de hecho todo está bien con ella. Sencillamente, no sé qué decirles, por lo que me contaron no le pasó nada grave. Nada más se desmayó, pero no entiendo por qué no despertaba. Aquí tampoco lográbamos que recuperase la consciencia. Sin embargo, como su pulso y ritmo cardiaco se encuentran bien, esperamos a que reaccionara y acaba de despertar. Ella está bien, sus signos vitales están bien. Les sugiero llevarla a un psiquiatra, pues a lo que ustedes me han contado respecto a sus sueños, las pesadillas que tiene, nosotros no podemos ayudarla. Su mejor opción es la que les comente. Bueno, los dejo. Ustedes toman su decisión, pueden pasar y llevársela.
Los abuelos de Cary's Rose estaban muy preocupados por su bienestar, pero lo que ellos no sabían es que ella no es su nieta biológica.
—¿Sabes, Olivia? Buscaré al padre de nuestra nieta. A lo mejor, él sabe algo de sus antepasados y no nos lo ha dicho. Ya ves, cuando falleció nuestra hija, él vino a dejarla diciéndonos que no podía hacerse cargo. Que le trae demasiados recuerdos de nuestra Alana —comentó Jonás, sintiendo un nudo en su garganta y abrazando a su amada.

Un Nuevo AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora