𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗡𝗨𝗘𝗩𝗘

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Trece azota la espalda del lisiado contra la puerta frontal. Agarrando su garganta. —¡Ngh! ¿Qué quieres?— Pregunta el lisiado agarrando la mano amenazante.

—¿Sabes lo que eres? Una distracción. No haces más que distraer a mi experimento de su misión.— Gruñe Trece barriendo polvo del material con la espalda de Mew. Este no deja se gruñir sujetándose a su mano con más fuerzas. Pedalea con la pierna que más ejecuta los movimientos.

—¡No! ¡Deja a mi bebé! ¡No lo lastimes!— Grita la mujer.

Aquellas mejillas tiemblan como un mismo terremoto, esas del chico, sus ojos reflejan demasiado terror. Por supuesto que no quiere morir. Dejar a su madre sola cuando sus planes son cuidarla hasta envejecer no es la idea.

Una de las ventanas de la cocina se hace pedazos cuando un individuo la traspasa. El individuo cae sobre una de sus rodillas apoyado de una mano. Centenares de pequeños vidrios caen por su alrededor como si adorasen al individuo o lo estuvieran reverenciando.

Alza la mirada feroz de su rostro. Trece voltea sobre su hombro para verlo. —Vuelve a casa.— Ordena.

—¿Qué demonios haces?— Gulf llega a él con pasos firmes, lo agarra de un hombro para darle la vuelta y pegarle un fuerte puño en el rostro.

Mew cayó sentado en su costado. Palmas de tal apoyadas en el suelo. Tose varias veces con mucho dolor. Salivas agridulces las que traga a causas del dolor. Débilmente alza la mirada para ver a los individuos.

—¿Te atreves a golpearme? Tú NUNCA me golpeas.

—Pues ya va siendo hora de que lo haga, ¿no es así?— Desafía con una sonrisa alocada el moreno. Ronronea usando su garganta antes de tornarse serio: —Vuelvo a preguntar: ¿Qué haces?

—Quiero borrarlo del paisaje. Te está cambiando.

—Él no está haciendo nada.— Gulf gruñe antes de meterle dos puños en ambos costados con rapidez, le mete dos en el mismo pecho seguido lo agarra de los hombros para meterle un fuerte cabezazo que lo tira al suelo.

Trece gruñe arqueando su espalda.

—¿No quieres que lo vea? Esta bien. Pero no vuelvas, jamás,— Gulf se acuclilla en una rodilla. Lo agarra del cuello de su camisa para acortar las distancias entre sus rostros. —a tocar a la única persona que confío.

Mew se sorprende ante el gran peso que contienen esas palabras. Pues él desconfiaba del felino asesino; una elección bastante perpendicular en su caso.

—Vayamos a casa y no volvamos a hablar de esto.— Cuenta el felino ahora poniéndose de pie. Las fosas nasales de Trece sueltan líquidos espesos de sangre. Este se pone de pie eventualmente con un rostro aborrecido.

—Lo siento.— Pide disculpas Gulf en dirección al lisiado. Este se le queda viendo con un rostro pálido por el miedo, pero asiente repetidas veces, disculpandolo.

Gulf pasa de su lado junto con Trece para salir de la casa moderadamente. Cuando la puerta se cierra con la retirada de esos dos, Mew gatea hacia su madre. El metal de su pierna resonando consecutivamente.

—Dios, mi bebe.— Suspira la progenitora reposando la faz sobre el hombro contrario. Este a un lado de ella tratando desatar las ajustadas cuerdas que Trece ató.

—Tranquila, mamá. Aquí estoy. Aquí estoy.— Dice Mew para calmarla. Alicaída está la progenitora. Los próximos llantos de la misma son desgarradores, entonces ya se nota van más allá que del miedo de perder a uno de sus hijos, otra preocupación se suma a la actual. Pequeñas son esas manos que arropan la espalda del varón usando su pecho como almohada para llorar.

𝐶𝐴𝑍𝐴𝐷𝑂𝑅 ✘ 𝑀𝐴𝑆𝐶𝑂𝑇𝐴 • MewGulf, OffGun (MultiBL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora