𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗗𝗜𝗘𝗭

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Tras hora y media de buscar las máscaras de gas, Mew se encuentra en su casa colocándole una máscara de gas a su madre. Ambos parados frente a la puerta de su casa.

-Volveré pronto, mamá. Todo estará bien.- Mew dice.

-Mi hijo... ¿Qué está sucediendo? Puedes por favor ¿Decirme?- Súplica la madre desesperada pues su otro hijo no volvió a casa durante dos semanas y ahora este siempre parece estar involucrado en algún problema.

-Volveré. Lo prometo.

Mew acaricia las mejillas de su madre antes de voltear a la puerta de su casa y salir. Cojea mientras baja los escalones hacia una motocicleta que el moreno trae. Se sienta detrás del moreno sujetándose a sus hombros.

-Falta mi papá.- Dice el moreno antes de arrancar la moto a toda velocidad. Recorriendo las calles con esas chirriantes llantas. Mew cierra sus ojos sujetándose fuerte a los hombros contrarios.

Doblan a una esquina para proseguir el camino recto. Seguida de eso doblan por un callejón que conduce a más callejones.

Llegan a un lugar de mecánica. Se bajan rápido aunque Gulf más veloz al tener piernas ágiles, y este corre a la puerta del sitio. Toca repetidas veces. Sin detenerse.

-Ya voy.- Suena la voz detrás de la puerta.

Este se tarda durante más toques a la puerta. Hasta que finalmente la misma se abre. Cuando sucede, es como si sucediera en cámara lenta.

Al hombre que se revela Gulf le coloca la máscara de gas. Sin restricciones algunas. El hombre va a quejarse de no ser porque contempla el rostro de su hijo. Sus ojos no se lo pueden creer. Es su hijo. El hijo que perdió hace un año atrás. O creyó haber perdido.

Su hijo retrocede de él en cámara lenta con esos ojos color menta.

-¿Hijo?- El hombre pregunta casi sin voz. Usando un uniforme mecánico con botas todo-terreno.

-D--Debo irme ahora, pero... Podría regresar pronto.- Tartamudea el moreno con una pequeña sonrisa.

Su padre lo abraza. Envolviendo su cuerpo en sus cálidos brazos. Gulf mira a la nada sintiendo como su ceño se arruga. No en confusión. Sino con ganas de llorar. Muchas ganas de llorar. -A veces sentía que me mirabas desde algún sitio,- Su padre cuenta.

En efecto, Gulf siempre sacaba una velada en la cuál vigilarlo. Mayormente por las tardes, lo vigilaba como un sujeto encapuchado tras alguna pared, viéndolo ayudar a personas con autos.

-pero nunca estuve seguro.

Sigue llorando pues todas las veces que sentía la mirada de su hijo, al mirar en la dirección que creía estaba ese muchacho, tal se ocultaría velozmente tras la pared.

-Ahora te tengo aquí.- Su padre lamenta. Llorando en su pecho.

-Yo regresaré.- Dice Gulf. -Esta vez regresaré.

Mew se les queda viendo. Observando aquel amor tan parecido al que tiene con su mamá. Sonríe con sus labios un poco esperanzado de que tales puedan seguir viéndose. A Gulf le daba miedo visitar al progenitor por cómo es ahora. Ya no es humano. Ahora es un asesino desquiciado. La sola idea aterra a cualquiera.

El joven moreno se marcha dejando al progenitor atrás por el bien del mismo. Tal siente algo en sus manos así que mira abajo como más puede con la máscara de gas puesta.

Ve una bolsita con ositos de goma depositada ahí. Respinga alzando la mirada, la gracia e esperanza reflejada en ellos.

El dúo siguió el camino en motocicleta. Logran pasar por la tan célebre Casa Azúl. Donde hay un grupo de gente-gato gritando sus quejas a todo pulmón.

𝐶𝐴𝑍𝐴𝐷𝑂𝑅 ✘ 𝑀𝐴𝑆𝐶𝑂𝑇𝐴 • MewGulf, OffGun (MultiBL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora