III

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Al día siguiente muy temprano llama a mi puerta alguien de servicio avisándome qué a las ocho de la mañana me espera la familia real para desayunar y consecutivamente tomarles fotografías a cada uno de ellos.

Así que me arreglé con un pantalón fresco y un top con manga corta y hombros descubiertos «me encanta», salí, y el desayuno pasó cálidamente rápido. Son unas muy buenas personas, no me desprecian, no me miran mal, sólo han tratado de que me sienta cómoda.

Las fotografías fueron planeadas en varios escenarios pero más que nada nos concentramos en el maravilloso jardín real, aunque claro, sin dejar a un lado la biblioteca para Caroline.

En el transcurso el príncipe Adam me guiño el ojo un par de veces lo cuál trato de ignorar ya que mis sonrojos son notables.

Le tomo una foto a Caroline en la biblioteca, algo "distraída", otra corriendo por el jardín, mientras su gran y precioso vestido vuela con el aire, así cómo su lindo cabello rubio.
¿Quién imaginaría que una princesa rubia no es igual a las demás? Al contrario es la mejor princesa del mundo, una rubia ejemplar, de gran corazón.

Tomo una fotografía del Rey y la Reina con sus brazos entrelazados, tal como la maravillosa pareja que han sido.

Consecutivamente una de los cuatro integrantes de la realeza.

Ya casi por terminar e irme a descansar Caroline me pide que le muestre cómo quedaron.

—Oh my god que lindas, salimos espectaculares pero ni creas que sólo serán estas, necesito que captures más ésta hermosa cara y por supuesto la de mi hermanito. —Me guiña un ojo cómo siendo cómplice de algo.

¿Se habrá dado cuenta de los guiños de su hermano y mis sonrojos inevitables? «Oh Dios, qué pena.»

—Uhum sí. —Dice Adam sonriéndome.

—Cla-..cla-..claro, altezas. —Digo torpemente por lo embobada que me deja su sonrisa.

«Alice controlate, ni te topa vv»

—Excelente nos vemos en un rato para seguir. —Dice su hermana.

Au revoir belle. —Se despide él.

Agacho la cabeza para despistar e intentar respirar controlada.

Se retiran, tomo mis cosas y hago lo mismo, yendo a mi habitación para descansar.

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Al rato de eso y de haber almorzado la princesa me pidió que les tomara las fotografías, a lo que obviamente acepté gustosa.

Nos encontramos en uno de los salones y decido atarme el cabello en un chongo para poder trabajar cómodamente, ya que cuando tome las fotos hace un rato tenía el cabello suelto por presentación pero me dio un calor, que no quiero volver a pasar.

Tomo una foto de ella riendo, con una tiara, con una corona, con diferentes outfits e incluso hace que su hermano Adam tome una de nosotras dos juntas.

«Gracias a Dios y a Sophie por ésta gran oportunidad, nunca me había sentido tan feliz y con amistades..»

—Listo Caroline hemos terminado, saliste preciosa aunque ya lo eres, perfecta como una modelo.

—Ayy gracias tú también eres preciosa Alice, quiero mirarlas.

Con mucha emoción ambas nos disponemos a mirarlas.

Es muy sencillo tomarles fotografías, son perfectos así que sólo tienen que pararse ahí sin hacer nada y salen como verdaderos Modelos.

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