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... LOVE & ZOMBIES ˚.*ೃ ❪ capítulo ocho ❫
TODOS ESTABAN DE PIE EN LA sala de transmisión, esperando ansiosamente para ver si Cheong-San había sobrevivido. Soo-Jin caminaba de un lado a otro, preocupada por Cheong-San. Aunque no eran cercanos, Soo-Jin todavía estaba preocupada.
──¡Chicos, miren! ¡Des-Su! ¡Des-Su!
Sus ojos se abrieron ante el apodo y corrió hacia la ventana donde sus compañeros estaban mirando. Se colocó entre Dae-Su y Woo-Jin y miró hacia arriba. Allí, vio a Lee Su-Hyeok agarrando a Lee Cheong-San mientras intentaba patear a un zombi que se estaba aferrando a la pierna de Cheong-San.
──¡Espera, Des-Su!
──¿Estás bien?
──Deja de a abrazarme ──Cheong-San dijo sin aliento.
──No te estoy abrazando ──Su-Hyeok respondió con un jadeo. Soo-Jin no pudo evitar sonreír levemente. Feliz sería una subestimación de sus emociones cuando vio a Su-Hyeok.
Eventualmente, los chicos entraron a la habitación y Soo-Jin no supo que hacer. ¿Debería ignorar a Su-Hyeok? ¿Debería abrazarlo? No, ella no podía hacer eso y no podía ignorarlo.
Fue a dar un paso adelante para preguntarle si estaba bien, pero al ver a On-Jo agarrar su mano, sintió algo extraño y no sabía que era, pero todo lo que sabía era que lo odiaba.
──¡Ciérralo antes de que entren! ¡¿Lo cerrarías ya?! ──Na-Yeon gimió, estampando su pie contra el suelo.
──¡Oh, te callarías la puta boca! ──espetó Soo-Jin, dándose la vuelta con ira. Estaba tan arta de los lloriqueos de las chicas que ya no podía soportarlo──. ¡Cheong-San todavía está por ahí! ¿Quieres que lo dejemos afuera?
──¡Tú sal y atrápalo! ──Na-Yeon le gritó a Soo-Jin, quien se burló──. ¡No eres más que una prostituta, así que no importaría si te conviertes en uno de ellos de todos modos! ──ella insultó.
──¡Soo-Jin tiene razón, perra! ──Gyeong-Su gritó mientras se bajaba del alféizar de la ventana para caminar hacia ella.
──¿Es un crimen querer cerrar la ventana?
──¿Cómo puedes ser tan egoísta? ──Gyeong-Su la miró de arriba abajo y ella soltó un resoplido.
──No te soporto, estúpido subsi.
Na-Yeon fue a alejarse, Gyeong-Su empujó su silla en el asiento detrás de ella y Soo-Jin no pudo evitar sonreír levemente.
