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~Pólvora, y un poco de ti~



Los fuertes vientos nocturnos azotaban las velas -Que previamente habían sido atadas a los largos troncos de madera, por los esclavos tripulantes- Con tal brutalidad que lograban mecer el barco de costado a costado, provocando incluso nauseas para aquellos con estómagos frágiles.

Ni una sola estrella se atrevió a aparecer esa misma noche. La noche en la que la siguiente embarcación decidió hacer un pacto con el mismísimo diablo.

— ¿¡Tratará de negociar con Dynamight, señor!?

Espetaron al unísono los asustados "Soldados" del aludido capitán que yacía sentado frente a estos, codeado de variedades de vinos y mangares golosos.

—Como oyeron renacuajos miedosos, esta misma noche ese rufián visitará nuestra embarcación. —Agregó el capitán.

¿Tal vez por ello el clima era tan verraco? Quién sabe, de seguro hasta el clima ha de avisar la presencia de tal tenebrosa deidad.

Pero, más allá de que aquél azabache capitán quisiera convocar a aquél rufián que hacían llamar leyenda. Este estaba igual o más asustado que sus mismos prisioneros, pues la verdad de la situación era que Toya no era el verdadero capitán del barco, este tan sólo seguía ordenes de su superior a quien le importaba una real mierda si esa misma noche todos aquellos terminaban siendo asesinados por el tal Dynamight.

"Dynamight" ha sido la pesadilla urbana por entre los rufianes de aguas saladas. Esta "Leyenda" no tenía mucho tiempo popularizada, realmente no más de ocho años. ¿Pero a quién carajos le importa el tiempo de popularidad, si lo que realmente importaba era lo real del asunto? Pues, digamos que mucho más allá de tan solo leyendas, ese misterioso y solitario pirata realmente existía. El problema era que nadie vivía para contar o su altura, edad, tono de piel, voz, o cualquier otro detalle que ayude siquiera a los soldados del rey a reconocerlo. En pocas palabras, ese bandido podría estar a tu lado como un civil completamente normal, y ni siquiera sabrías de quién se trata.

Pero, ¿Por qué han de temerle tanto?

Ñeh... Historias de miedo no más, ¿No? eso pensarías. Pero no.

Unos afirman que ese pirata controla al kraken otros dicen que a los esqueletos vivientes. Y otros que se aferran a lo más creyente afirman que si te topas con semejante bestia, has de jurar que ni tú, ni tu tripulación seguirán con vida. Aparte de que obvio, tu barco y tu oro le pertenecerán a él.

Así que sí, por eso es tan temido.

Kirishima estaba al costado del asiento del capitán, atado de pies como si de un maldito sacrificio se tratase. ¿tenía miedo?

Por supuesto, pero no podía hacer mucho tampoco, ya que él mismo se ofreció ante los piratas para saldar las deudas de su familia; morir simplemente sería un gaje del oficio.

—¿Y qué será aquello que debemos negociar con tan vil tramposo? —Interrumpió uno de los tantos hombres.

Buena pregunta, ¿No?

¿Qué negociaría Toya con Dynamight? Fácil. Guiarían al solitario pirata hacia la isla sirena, donde este podría gozar del lago de la juventud para sí mismo, en cuanto a cambio, Dynamight le de la ley del parley a esa tripulación entera.

—Sí, yo creo que no deberíamos confiar en él, señor. Por algo es tan temido, ¿No? —Acotó otro hombre.

—Sí, ese pirata sólo es un tacaño. —Interrumpió otro. Y así de uno en uno, la mayoría de la tripulación le dio su punto de vista a el "Capitán"

Pólvora, y un poco de ti.    [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora