La flota se movía de un lado a otro de manera tranquila, realmente la marea no estaba picada, y eso era bueno. Más bien lo contrario, estaba sumisa por los momentos. Incluso el ancla estaba totalmente sujeta al fondo de la marea, Pero muy a pesar del suave oleaje, dentro de la embarcación en sí, se estaba desatando un enfrentamiento a mano limpia, que lograba alterar ciertas zonas de la flota.
Kirishima arremetía con azotes limpios y precisos -Como si este hubiera sido entrenado por la armada real- Saltaba alto y caía con un latigazo a su espada de manera bastante audaz. Pero, muy a pesar de que fuera hábil con la espada. No podía igualar a Bakugo. Este siempre lograba bloquear los ataques contrarios de manera tan simple que le provocaban a Eijiro, ciertos arranques de ira.
Pero, ¿Qué podía hacer? Bakugo -Quien se hace llamar Dynamight- Ha perfeccionado el arte de la espada desde sus doce años, Kirishima sin embargo. Sólo jugaba a su suerte.
— ¡Con estos ataques tan predecibles no lograrás nada, Kirishima! —Gritó Bakugo en respuesta a los movimientos sin estrategia del contrario.
Kirishima pelaba por diversión, le era extrañamente estimulante sentir la adrenalina cada que ve el filo de la espada contraria acercarse peligrosamente a su yugular.
Pero, Bakugo muy a pesar de estar bastante lejos de atacar para matar, Tampoco se dejaba influenciar por la "inocencia ajena" de Eijiro.
En pocas palabras, Bakugo no se dejaba montar la pata por Kirishima.
—¡No te distraigas! —Vociferó el de tez bronceada, para en un habilidoso movimiento, interceptar a su "Enemigo" tirándosele encima, para así arrebatar la afilada espada del cenizo.
Bakugo cayó en seco y soltó una respiración cargada de ira, dando por terminado el entrenamiento de hoy. Y no precisamente porque el azabache esté inmovilizándolo, no, más bien ese era el problema y el porqué Eijiro perdió la pelea. —Así no lograrás vencer a un enemigo, pelos de mierda. —Pero aún así, fue bastante sereno a la hora de corregir a su nuevo "Aprendiz"
—Pero logré inmovilizarte, ¡Dynam-Bakugo! —Kirishima sonrió fugaz.
—No seas tan bastardo. A esto que acabas de hacer, se le llama una pelea baja ¿Crees que haces una gracia al encimarte de esta forma? Fácilmente puedo patearte las pelotas y caerías de seco.
Kirishima bajó la mirada pensando en su -Por lo visto, absurda táctica- La idea de Kirishima era tirar al cenizo al piso, y montársele encima para que así su peso no logre hacer más que forzar a Bakugo a rendirse, pero era verdad, tenía demasiadas partes vulnerables con ese ataque. Bakugo tenía razón, si hubiera sido una pelea real, muy probablemente alguien lo hubiera atacado por la espalda, y hubiese muerto.
Sin más, Eijiro suspiró resignado, levantándose y sentándose en el piso de madera. Seguido a él, el cenizo hizo lo mismo, adueñándose nuevamente de su espada.
—Mientras intentabas impresionarme, te hice ocho cortadas superficiales, Kirishima...—Agregó este. Y Kirishima con espanto, se revisó. (Era verdad) —Usualmente le hago diez cortadas a cualquier bastardo que quiera enfrentarme, obviamente las hago profundas y en lugares más específicos del cuerpo, lugares en donde sé que los músculos costarán en cicatrizar. Empleé esa misma técnica contigo, pelos de mierda. Esta vez te dejé con vida porque me eres por ahora de utilidad. Pero si quieres entrar a este solitario y desconfiado mundo, tienes que estar más atento a los detalles sutiles, por lo menos en una pelea. En otras palabras, cuídate de las estocadas contrarias, no mires los ojos de tu oponente mira la punta de su espada y los roces que esta te dé, porque cuando te des cuenta de que la espada te cortó, ya será demasiado tarde. —Espetó el rubio quien para ese entonces, ya se había puesto de pie, rumbo a levantar el ancla y fijar nuevamente el curso.
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Pólvora, y un poco de ti. [Kiribaku]
FanfictionBakugo Katsuki, mejor conocido como la leyenda Dynamite ha sido el terror para todo aquel que se considerara un rufián de los mares. O mejor dicho, un pirata. Todo aquél que fuera emboscado por el demonio de tosca personalidad no viviría para contar...