Capítulo II

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—Recuerda: no le abras la puerta a nadie, a menos que sea yo, no hables con extraños, no atiendas el teléfono, no hagas ruido y no toques nada. ¿Entiendes?   

El pelinegro asintió con una sonrisa adorable colocada en su acanelado rostro. Seokjin tomó sus llaves e hizo un recuento de todo lo que debía llevar antes de salir de su hogar. Sí, llevaba todo.   

—Bueno, ya me voy. Estaré de vuelta a las tres.    

¿Por qué le estoy diciendo todo esto a un robot?   

—Seokjin —llamó Jungkook, antes de que el rubio pudiera cerrar la puerta tras él.  

—¿Qué?   

—¿Puedo ver la televisión?

—Ah... sí, sólo no hagas tanto ruido, y, bueno ya sabes... tengo que irme —y se fue.   

 

     ———

Las clases habían sido bastante aburridas hasta ahora. Seokjin había estado apunto de quedarse dormido en al menos tres materias diferentes. Ahg, hacía calor. Los trabajos eran tan básicos que ya ni siquiera agradecía el no tener nada que hacer en clase. Sus profesores eran gruñones y las clases se volvían más tediosas cuando no las compartía con Jimin.  

A la hora del almuerzo pudo tomar una pequeña siesta esperando por su amigo que estaba presentando un examen y tardaría en salir. Cuando se encontraron, ambos fueron por comida a la gran cafetería común y comieron sus alimentos en el área verde cerca de la entrada principal, bajo un gran árbol con fresca sombra.  

—¿Qué tal ha ido todo con Jungkook?  

—Por Dios, deja de llamar a los robots como si fueran personas.  

—Pero lo son.  

—No, no lo son. Son sólo una imitación, son falsos. Comprende.  

—Como sea —Jimin viró los ojos—. ¿Qué te ha parecido?   

—Pues, ya pasó la etapa en la que lo creía escalofriante... ahora sólo es extraño. No me acostumbro a tener a alguien más en el departamento.  

—¿Qué tal dormir con él? —Jimin le hizo cejitas. Seokjin lo codeó.  

—No le permito entrar a mi habitación. Él duerme en la caja en la que vino, en la sala. Le he puesto mantas y todo.   

—Por Dios, Seokjin, no es un perro —el pelirrosa parecía indignado.  

—Tampoco una persona.  

—¿Por qué lo tratas tan mal? él no te ha hecho nada. Tae duerme conmigo, es alguien demasiado lindo. Deberías darle una oportunidad a Jungkook.  

—Es porque está diseñado para serlo, no porque le nazca ser lindo contigo. Igual es mi robot. Yo sé lo que hago con él.  

Su amigo resopló, echándose su gran bocado de comida a la boca para evitar decir algo más. El más alto lo imitó.    

 

 
———

Cuando volvió a casa, Jungkook estaba recostado en el sillón aparentemente durmiendo. La televisión estaba encendida y presentando un programa de música.  

¿A Jeongguk le gusta la música?     

Era extraño pensar que Jungkook tenía gustos propios porque pues, era un robot. ¿Podía él desarrollar gusto por algo o ya era parte de su sistema? ¿Taehyung también sentirá gusto por algo? ¿Hoseok también?  

Robotic Boyfriend || GgukJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora