Capítulo VI

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El viaje de vuelta a Seúl fue más tranquilo. Con las maletas un poco más llenas y los ánimos bajos, el trayecto en tren de tres horas fue realmente sólo para dormir o mirar por las ventanas en silencio.  

Jimin y Tae iban apoyados el uno del otro, viendo por las ventanas, comentando entre sí y de vez en cuando tomando fotografías. Sus manos entrelazadas y sus hombros pegados, mirándose de repente y dándose sonrisitas tiernas dignas de una pareja enamorada.   

Mientras que en los asientos de al lado iban Jin y Jungkook. El mayor junto a la ventana, apoyando su mejilla contra su mano y su vista clavada en el exterior sin mirar realmente lo que pasaba. Jungkook por su parte iba simplemente viendo todo y nada; miraba a los chicos a su lado, miraba al rubio de vez en cuando o veía por la ventana también.  

El menor se detuvo a observar a Seokjin. Admirarlo, más bien. Miró desde sus cabellos dorados hasta sus gastadas zapatillas blancas. Realmente hablaba en serio cuando decía que le gustaba mirar a su chico. Jungkook tenía la firme idea de que este muchacho sentado a su lado era el hombre más atractivo que le pudo haber tocado como pareja.    

Admitía que Jimin también era atractivo, pero no era realmente su gusto. Se imaginaba estar junto a ese muchacho de cabellos rosas y no le agradaba tanto la idea. Simplemente no cuadraban.   

Sus manos picaban en necesidad de tocar a Seokjin. Quería sentirlo. Sentir la suavidad de su camiseta, la tersa piel, sus largos y chuecos dedos. Quería juntar sus manos como los dos chicos de al lado. Quería ir resto del viaje sintiendo el calor de la mano de Seokjin contra la suya, quería acariciar el dorso de la misma y quería que su tacto causara una tierna y avergonzada sonrisa en esos bonitos labios carnosos que cargaba ese chico.   

Quería verlo sonreír a causa de él. Quería ver la felicidad en sus bonitos ojos azabaches hasta que desaparecieran en una singular línea de alegría. Quería ser él, el reflejo que apareciera en sus ojos cuando algo le causara emoción.   

Jeongguk quería tantas cosas de Seokjin.   

Jeongguk quería tanto a Seokjin.  

Sin perder el impulso, el pelinegro tomó su mano y entrelazó sus dedos juntos. Seokjin inmediatamente giró la cabeza y miró la unión para después mirar a Jeongguk a los ojos, sin expresión. El menor simplemente sonrió tímido y se encogió de hombros. Jin no dijo nada, volvió a mirar sus manos juntas y compartió una pequeña sonrisa tímida.   

El pelirrubio no parecía tener ganas de alejar su mano y gran sorpresa se llevó el menor cuando vio a Seokjin sacar su teléfono celular y captar la imagen de sus manos juntas en una bella fotografía.      

Ahora Seokjin le sonrió en grande, sus ojos se hicieron pequeños y sus mejillas se colorearon tan ligeramente de rosado que Jungkook se sintió desfallecer.   

Luego de guardar el móvil, el alto se giró para seguir viendo por la ventana y todo volvió a ser como minutos atrás, pero con la única diferencia de que sus manos siguieron unidas durante el resto del viaje.  

———

Las clases comenzaron tan pronto inició agosto. La cruel rutina donde el rubio se iba desde temprano y volvía hasta tarde dejando a Jungkook solo en casa comenzó de nuevo. Sin embargo, esta vez hubo cambios.  

Jin volvía a casa en aquellas horas libres intermedias que tenía, como, por ejemplo: de dos a cuatro de la tarde los lunes, martes y viernes. De tres a cuatro los miércoles y de cinco a siete los jueves.     

Procuraba pasar más tiempo con el menor, incluso salían juntos cuando Jin quería comer fuera. Iban a los pequeños bulevares a caminar tomados de la mano los fines de semana. Incluso, una que otra vez cuando Seokjin dejaba de lado la histeria, permitía que Jungkook fuera a recogerlo a la universidad o que lo acompañara hasta ella por las mañanas.     

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2022 ⏰

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Robotic Boyfriend || GgukJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora