Capítulo III

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—Vamos, toma lo que sea y vámonos, Jimin debe estarnos esperando ya.  

Seokjin golpeteaba el piso con la punta de su pie repetidas veces por el fastidio. Llevaban más de una hora en la misma cochina tienda de ropa juvenil y Jungkook seguía sin escoger algún conjunto pues cada que avanzaba a un estante, encontraba una prenda que le gustaba más que la anterior. Era por esto que el mayor odiaba venir de compras con el pelinegro, era hartante.  

—Joder, Jungkook, toma dos conjuntos y vayamos a pagar por el amor de Dios, muero de hambre.  

—¡Puf! ya, ya, estos dos. Vámonos.  

—¡Por fin! —exclama Seokjin caminando a prisa hacia la caja. 

Jungkook vira los ojos y le sigue de cerca.  

Desde aquella noche Seokjin había decidido interactuar un poco más con Jungkook, comenzar a considerarlo como un amigo más. Desde que sus clases se volvieron más relajadas comenzó a salir más tiempo con él, e incluso sin la compañía de Jimin y Taehyung.   

Yendo a centros comerciales, pequeños parques recreativos y demás lugares. Pero sin dudas el peor lugar eran las tiendas de ropa, Jungkook siempre tardaba horas en escoger algo y desesperaba tanto a Jin que este siempre terminaba escogiendo la ropa con la excusa de que era él quien iba a pagar.    

Sin embargo, esta vez Jeongguk se opuso, pues según él, los gustos del mayor eran feos y totalmente contrarios a los suyos. Cuando llegaron con Jimin y Taehyung, quienes también venían cargando varias bolsas de compra, se dedicaron a caminar juntos unas cuadras hasta llegar a la parada de autobuses para volver a casa.  

La tarde había sido buena para los cuatro, una salida entre amigos siempre era buena. El viaje de regreso fue todo risas y fotografías, pues la otra pareja había desarrollado un extraño gusto por tomar fotografías de todo y de todos.   

—Deberás pasarnos las fotos después —le dice Seokjin a su mejor amigo.   

—Sí, aunque pensaba sacarlas y hacer algún cuadro para ambos, ya sabes algo tipo familiar.   

Seokjin vira los ojos, pero asiente.  

—Suena lindo una foto familiar —menciona el peliazul—. Tú y yo somos familia, ¿cierto? —le pregunta a Jimin quien asiente con una enorme sonrisa y le deja un beso en la mejilla.  

—Así es corazón, lo somos.   

Jeongguk observa la escena y sonríe con ternura. Mientras Seokjin sólo lo observa a él con timidez. El menor gira los ojos hacia el rubio y ambos se observan unos segundos, mismos en donde Seokjin logra sentir una extraña sensación dentro de sí. Desvían las miradas y siguen subiendo las escaleras del edificio con las voces melosas de los otros de fondo.     

Seokjin siente sus mejillas arder de vergüenza. Se siente presionado, pero a la vez se siente culpable que las palabras de Jungkook dan vueltas por su cabeza, atormentando su mente. Por supuesto que él quiere que lo ame, para eso lo hicieron. Él debe sentirse mal, incomprendido, triste y usado...  

Pero ¿Y qué hay de mí? Se pregunta Seokjin. Yo también fui usado, estuve triste y me sentí muy mal. Yo, no puedo hacerlo, no aún.   

—Seokjin —la voz alarmada de Jungkook lo saca de sus pensamientos y lo hacen detenerse, girando hacia atrás para verlo unos cuantos escalones abajo.   

—¿Qué pasa? —Jin se apresura a estar cerca de él e inspeccionar su rostro que denota un poco de miedo.   

Jeongguk suelta las bolsas de compra y apoya las manos en sus rodillas, comenzando a respirar con pesadez.  

Robotic Boyfriend || GgukJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora