Querida tierra del hermoso suelo, TRÁGAME!

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Sonreí y me puse pálida. Me pregúnto que es mejor, ¿ponerse pálida o roja? Pues en mí cuerpo, ninguna de las dos es buena.

Como si fuera poco no podía abrir. La puerta estaba trabada así que ahí estaba yo, con la puerta trabada y el chico con la sonrisa mas perfecta del mundo observándome. DESEABA QUE LA TIERRA ME TRAGARA! Pero no fue así.

Logré entrar a mi casa y vino mi mamá gritando muy fuerte

-Hijita hermosa!-Me abrazó- Como te fue en tu primer día? Hiciste amigas?-Guiño un ojo picaronamente-Conosiste algún... muchacho?-

Sobre que no podía abrir la puerta, debía hablar sobre muchachos con mi madre. Es decir, que verguenza!

-Hola má. Muchachos?-Estaba a punto de contarle, pero no lo hice-...Claro que no...-

-Está bien... Quítate el uniforme y veni a comer, ya está todo listo.-

-Ok.-Dije subiendo las escaleras.

Din, don, din don (Timbre:3)

-Yo voy!- Escuche la voz de mi mamá.

Bajé las escaleras y me encuentro en la puerta a Federico con una mujer. Me puse roja y pálida al mismo tiempo!

-Hola, buenos días-Saludó la mujer-Me llamo Sandra y él-Apuntó a Federico- Es mi hijo, Fede.-

-Hola! Soy Nina y ella-Me apuntó- Es mi hija, Emilia. Saludá, hija.-

-Ho..Hol..-Los nervios me superaban- Hola...-

-Sólo pasábamos para dejarles este regalo de bienvenida.-Le entregó a mi mamá una canasta-Esperamos les guste!-

Mi color normal de piel estaba volviendo y pensé:

--Genial! ahora se van! IUPI!!--

Hasta que mi adorada madre dijo:

-No les gustaría quedarse a comer?-

Aún me quedaba un poquito de esperanza para que dijera que no.

-Porsupuesto!-Dijo Sandra.

Así fue como mi deseo de que la tierra me tragara, aumentó.

 

Amor en la vereda del frente♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora