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   Por mucho que no deseara, terminó por cancelar la salida con Felix y su grupo de amigas y amigos

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   Por mucho que no deseara, terminó por cancelar la salida con Felix y su grupo de amigas y amigos.

¿Por qué?

Sencillo, quería pasar tiempo con Chan, tenía razón, si era su novio debía pasar tiempo con él ¿no?

En cambio la reacción de todos al escucharlo fue comprensiva, pues sabían cuanto se querían aquella linda pareja. Y merecían su tiempo a solas, por lo tanto, entendieron y acordaron que sería para la próxima semana.

Y ahora se encontraba en una cafetería junto a Chan, quien ordenaba un café express para él y chocolate caliente para Minho.

Era tarde, las seis aproximadamente, pero a Minho no le importaba.

Estaba junto a Chan y por alguna razón no le molestaba.

Inconscientemente recostó su cabeza en el hombro del pelinegro mientras éste tecleaba la pantalla de su celular esperando su café.

— Channie... —el nombrado giró su cabeza en su dirección para mirarlo, con una corta distancia entre ambos rostros—. ¿Q-Qué estás mirando? —Chan rió por lo bajo ante el nerviosismo del contrario.

— Como aún sigo siendo el capitán, me mandó fotos de las jugadas que harán en el próximo partido. Pero... —apagó la pantalla presionando el botón de al lado para dejarlo a un lado—, tú eres mi prioridad ahora.

Minho levantó su cabeza del hombro de Chan. Lo analizó unos segundos antes de esbozar una sonrisa tímida, nunca antes le habían hablado de aquella linda manera.

Definitivamente, chan era alguien especial para él.

Pero la sonrisa que veía en el rostro del pelinegro se desvaneció en unos segundos transformándose en una mueca de confusión y desesperación.

— Channie ¿pasa al--? —no pudo concluir su pregunta, pues el nombrado había agarrado su mano para llevarlo rápidamente hacia los baños sin decir una palabra.

Entraron.

Chan colocó ambas manos en su cabeza sin saber que hacer y Minho no podía estar más confundido por la acción del más alto.

— ¿Chan? —el pelinegro lo miró, calmándose poco a poco mientras respiraba profundamente.

— Lo lamento. Es sólo que... ví a mis padres entrar aquí —Minho no veía el problema en ello. Hasta quería saludarlos para conocer mejor a los familiares del pelinegro.

— ¿Hay algún problema con eso? —inquirió.

— Lo hay —contestó dirigiéndose al lavabo, abriendo el grifo para lavarse el rostro tratando de pensar como salir de ahí lo antes posible.—. Es complicado.

— Pero solo son simples padres, no veo ningún problema sinceramente.

Chan suspiró, abriendo la puerta para dar un vistazo si sus padres seguían ahí, pero ya no había señales de ellos y eso lo alivió por completo.

Trato Hecho [Banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora