Trato Hecho [Banginho]

23

Cuando entraron a su casa, Bangchan estaba dispuesto a subir y encerrarse en su habitación, sin embargo, su plan fue arruinado con las órdenes de su padre.

— Chan, siéntate. — le ordenó Taecyeon mientras entraba a su oficina. El pelingro obedeció. Al pasar los minutos se dió cuenta que su padre agarró una tablet sobre la mesa, la encendió con lentitud para buscar algo un par de segundos. Y se la mostró a Chan — Explícame esto.

No es posible.

Estaba perdido.

El día que pasó en la cafetería junto a Minho, estaba en una pequeña reseña en internet. Él lo tenía todo controlado, no había ninguna señal de paparazzis.

— Noticias de último minuto. — comenzó su padre sentándose en uno de los sofás, frente a él. — El hijo del empresario y jefe de "BangCompany" más conocido como "Bang Chan" fue encontrado acompañado de su pareja, identidad no descubierta. — deslizó su dedo en la pantalla observando más fotografías, desde la salida de la preparatoria y club nocturno hasta el último día en la cafetería. — ¡Impresionante!. — le mostraba cada fotografía y todas mostraban exactamente lo que había sucedido. — ¿Es por esto que defiendes a los homosexuales?. ¡Con razón no traías ni a una mujer a esta casa!. Ahora contestame, ¿es tu novio? —Chan no respondió. — ¡Contéstame, Bang Chan! — el pelinegro negó. — ¿Quién es éste maricón?

— No es nadie, Taecyeon...

— ¡¿Nadie?! ¡¿Y por qué tiene su puta cabeza sobre tu hombro?! — gritó alterado al ver a su hijo heredero mostrando sospechas de ser algo que él repudia. — ¡Aléjate de él!

— No lo haré. — respondió decidido sin una gota de temor por lo que venía a continuación. — Es alguien especial para mí...

— ¿Qué dijiste? — cuestionó levantándose esperando que Chan cambiara aquella respuesta, no esperó verlo frunciendo el ceño.

— Dije que no lo haré, Taecyeon. — recalcó. — No me voy a alejar de él.

— Oh, ya veo. — Taecyeon comenzó a caminar hacia su hijo lentamente, Chan se mostraba confundido y a la vez aterrado ante la sonrisa cínica de su padre. — Te haré cambiar de opinión, hijo mío...

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Changbin caminaba por el parque donde había besado por primera vez a su novio, lo recordaba a la perfección. Tan tímido como siempre, sus mejilla regordetas que tanto amaba y su eyesmile que lo volvía loco. Todo eso... lo había perdido y se maldecía por ello cada día desde que su relación con Felix terminara.

Estaba destrozado, no había duda.

Se recostó en una banca del parque, no encontraba la forma de recuperarlo, era un cobarde y muy orgulloso. ¿Qué ganaría con ello?, nada exacto.

Tenía ganas de llorar, necesitaba al pelirosa, lo necesitaba.

¿Cómo pudo ser tan idiota para perderlo?

Lágrimas recorrieron sus mejillas. Sintió más gotas en su rostro, pero no le dio importancia, hasta que la lluvia lo mojó por completo.

¿Había algo peor que eso? Probablemente no.

Corrió hasta el primer lugar que vió, las mesas al lado de los carritos de comida. Una excelente idea en ese momento, pues entró debajo de una sin hacer mucho esfuerzo.

Su ropa estaba completamente mojada, bufó por lo bajo, seguramente se enfermaría muy pronto...
De pronto escuchó unos pasos aproximándose, cada vez se escuchaban más cerca, hasta que se detuvieron.

— ¿Seo? — Changbin abrió sus ojos exageradamente al escuchar aquella voz que tanto anhelaba.

Era Felix.

Seo salió de su escondite, la lluvia aún caía sobre sus hombros y cabello. Felix suspiró antes de estirar su brazo para cubrirlo con su paraguas.

— ¿Qué haces aquí?. — le preguntó Felix cuando sintió unas gotas que caían por su espalda.

— Eso debería preguntarlo yo, Felix.

— Vine a visitar a un amigo, es todo. — habían invertido los papeles, Changbin era más sensible y Felix más frío que nunca.

— ¿Hasta cuándo vamos a estar así?

— ¿Así cóm- ?. — Changbin agarró su brazo.

— ¡Yo te amo, Felix! — exclamó. — Tienes razón no soy alguien que te merece, lo sé mejor que nadie, pero... realmente no puedo vivir un minuto más sin tí. Y duele Felix, duele como no tienes idea. — admitió notando como el pelirosa fruncía su ceño tratando de liberarse. — ¿No lo entiendes?, no puedo escoger a otra persona que no seas tú. Felix, perdóname. Perdóname por ser un completo idiota ese día, perdóname por no haberte tratado como mereces, perdóname... por seguir amándote de esta manera...

Y sin más lo jaló hacia él, rodeando su cintura con ambas manos para juntar sus labios. Quería besarlos, al menos una última vez, pues no se había despedido de ellos. Notó como Felix soltaba el paraguas para comenzar a empujarlo, sin embargo, el agarre era cada vez más fuerte. Logrando que fuese imposible escapar.

Por más que el pelirosa lo golpeara, o no correspondiera el beso, Changbin sabía que aún tenía esa pizca de amor por él. Lo sabía.

— Déja- — cada vez que Felix trataba de separarse de sus labios, Seo los juntaba de nuevo hasta que correspondiera. — Chang-

Felix lo hizo. Le había correspondido, Changbin sonrió en sus adentros, tal vez volvería con el pelirosa y eso lo llenaba de felicidad al máximo.

Eso fue hasta que se separaron. Ambos mojados por la lluvia miraron al cielo, aquellas nubes grises se iban desvaneciendo dejando que el brillante sol ilumine a esta pareja.

— Yo... — el peliazul sonrió de lado juntando sus frentes. — ... no te perdono, pero... también te amo. — y lo volvió a besar, siendo correspondido al momento de chocar sus labios con los de Changbin, él único al que ama y amará.

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Habían pasado dos días desde la ausencia de Chan en la preparatoria, Minho preguntaba a todos sus compañeros si sabían el porqué durante toda la clase. La profesora Sunmi, se dio cuenta de su preocupación ante Chan, ya que, Minho siempre mantenía su mirada en la pizarra cuando ella explicaba, pero ahora solo se dedicaba a observar por la ventana.

— Minho, ¿qué te ocurre?. — Al finalizar la clase, todos sus compañeros salieron del salón, excepto el pelinaranja, así que aprovechó para preguntarle al verlo sentado.

— Nada, profesora.

— Lee, ¿entendiste mi clase?, lo dudo mucho.

Minho bajó su cabeza jugando con sus dedos para evitar la mirada preocupada que la profesora le mostraba.

— Profesora Sunmi, yo... estoy muy preocupado por Chan.

— ¿Sabes Minho?, es realmente extraño que Bang faltara dos días. — se dirigió a su escritorio para recoger su maletín, mientras Min la escuchaba. — Usualmente llega tarde, pero estar ausente, no es lo suyo. Si te preocupa demasiado, sería bueno que lo visitaras, pero trata de no descuidar tus estudios por un novio.

Las mejillas de Minho estaban de un color carmesí, Sunmi soltó una carcajada, conversar con sus alumnos en reforzamiento lo ayudaba a mantenerse "actualizado".

— G-Gracias, profesora Sunmi. — se levantó de su asiento para estrechar su mano con la de la mayor, ésta última le sonrió antes de entregarle un pequeño fólder.

— Si necesitas algún consejo, no dudes en buscarme. — le recordó antes de guiñarle un ojo. — Y dale estos apuntes sobre la clase de hoy. Sabes... Chan es un chico inteligente después de todo, hizo bien al elegirte a tí, Minho.

El pelinaranja rió avergonzado, antes de hacer una reverencia como despedida y salir del salón rumbo al comedor.

— Cuídate, Minho.