Un regalo para Lan Zhan

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Wei Ying acababa de terminar sus clases, y aunque era domingo tenía que tomar un curso adicional de la historia del arte para obtener un crédito extra, ya eran las 4: 00p.m cuando se encontró a Jiang Cheng sentado en la acera afuera de la universidad, se le veía más gruñón que de costumbre mientras frotaba sus cienes con los dedos.

Wei Ying vio la oportunidad de hacerse el gracioso y saltó delante de su hermano gritando hola, este acto saco al Jiang de sus pensamientos con un salto que lo hizo resbalar de su asiento cayendo en el duro concreto de la calle.

—¡Maldición Wei Ying, si no estuviera tan ocupado te rompería las piernas! —Exclamó con un furioso grito que hizo retroceder a todos los transeúntes que estaban cerca.

Wei Ying reía internamente sabiendo que su plan funcionó, pero si lo manifestaba ahora si que le romperían las piernas y ya mucha presión tenían sus extremidades al tener que soportar el " todos los días". En un intento de cambiar el tema de conversación y desviar los ojos asesinos de su hermano decidió preguntar sobre su estado.

Hermanito mío, ¿Qué es lo que te tiene tan pensativo? — dijo Wei Ying en un tono sarcástico, pero con verdadera preocupación, pues nunca había visto a su hermano tan estresado.

¡Nada da que te importe! — volvió a gritar Jiang Cheng

—Dime Jiang Cheng, anda dime, ¿Vas a dejar a tu pequeño hermano con la preocupación? ¿Eres tan cruel? — Exclamó Wei Ying en un tono dramático mientras cubría su rostro con una mano.

¿Acaso no sabes qué día es mañana tonto? — replicó el Jiang con menos molestia que antes.

¿Es lunes? —Respondió con cierta confusión

Es san Valentín idiota—dijo con resignación. Su hermano nunca dejaría de ser el despistado de siempre.

Al escuchar esto Wei Ying sintió que su alma le pesaba, tragó saliva con una mirada en blanco, lo había olvidado. Probablemente Lan Zhan ya le había preparado algo ser especial con una semana de anticipación y el por poco se olvidaba. Imaginaba un futuro donde lo había olvidado y su amado lo miraba con decepción y tristeza.

—Wei Ying, ¿Estas bien? — dijo Jiang Cheng preocupado.

Este sí, si todo está bien— respondió mientras se sentaba a un lado de su hermano replicando el mismo comportamiento nervioso que tenía hace un rato.

¿Lo olvidaste no es así? — Lo regañó Jiang Cheng mientras se daba una palmada en la frente.

No, nunca lo olvidaría—Dijo el Wei con indignación. Jamás admitiría que lo olvidó y esto lo sabía muy bien su hermano.

Bueno, acompáñame, yo tampoco tengo un regalo para Xichen puedes venir conmigo y buscaremos algo bonito para Lan Zhan— dijo Jiang Cheng con una sonrisa mientras se levantaba de su asiento y tendía su mano para ayudar a su hermano a levantarse.

Jiang Cheng no se había olvidado, de hecho, tenía dos semanas buscando el regalo ideal que demostrara su amor a Lan Xichen, pero era complicado, su pareja provenía de una familia de empresarios, no había nada material que Lan Xichen no haya tenido, y aunque sabía que lo que el le diera sería muy especial aun nada lo convencía.

Los hermanos abordaron el auto que compartían y se fueron en busca del regalo perfecto para sus enamorados. Recorrieron durante dos horas varias tiendas de regalos y no encontraban nada que les gustara, después de todo lo más lindo ya se había agotado hace días.

Frustrados salieron e la ultima tienda, se recargaron en el auto a pensar en que hacer, ya eran las 6:00 de la tarde no había mucho tiempo. Entonces Wei Ying observó que al otro lado de la calle había una tienda de materiales de arte donde el a veces iba a comprar cosas y se le ocurrió el plan de hacer sus propios regalos.

Jiang Cheng estuvo de acuerdo y decidió hacerle un álbum de fotos a Xichen, él no era exagerado y mostraba sus sentimientos de manera distinta a su hermano el cual ideo un montón de cosas que le tomarían toda la noche terminar. Cuando regresaban a su apartamento Wei Ying pudo observas como dos enormes perros seguían a dos bolitas de pelo que huían asustadas, el chico no podía quedarse de brazos cruzados y dejar que los animales murieran en garras de los canes.

¡Para el auto! — Wei Ying pegó un grito asustando a Jiang Cheng mientras saltaba de su asiento hacia la calle.

Cuando el pequeño Wei Ying tenía cinco años fue perseguido por una jauría de perros, y aunque afortunadamente su madre adoptiva, Madame Yu, llegó a tiempo para rescatarlo tenía un miedo terrible a esos animales. Tomó valor recordando ese momento donde Madame Yu hizo retroceder a las fieras con solo una mirada asesina, pensaba en que su madre no había criado chicos débiles, entonces corrió aún más rápido siguiendo el sonido de los gruñidos hacia un callejón donde se encontraban en circulo acorralando a las pequeñas bolitas de pelo que Wei Ying distinguió entre las sombras.

No eran solo pequeños pompones peludos, eran dos pequeños conejitos, uno blanco y otro negro, el blanco ligeramente mas grande se encontraba delante del oscuro haciendo chillidos para tratar de salvar a su compañero. Wei Ying se llenó de ternura en su alma, le recordaba a lo protector que era su amado con él y sacando unos metales de la basura hizo el suficiente ruido para espantar a los depredadores. Después de que el peligro pasó, el conejito blanco aún estaba a la defensiva, Wei Ying lo acarició con dulzura y se ganó su confianza. Ambos conejitos se  acercaron frotándose contra la mano del chico, este los cargó y los cubrió del frio con su abrigo. Desde lejos Jiang Cheng, quien había visto a Wei Ying con los pequeños animales negaba con la cabeza mientras se frotaba la frente.

No dejaré que esas bolas de pelo estén en mi auto—replicó Jiang Cheng con severidad, después de todo ya era suficiente el desastre que hacia su hermano en el coche.

Hermano, ¿En serio serias capaz de dejar a estos pequeñitos en la basura a merced de los depredadores? —decía su hermano en tono de suplica mientras sus ojitos grises se humedecían.

No conforme con utilizar la vieja estrategia de los ojos de cachorro, las criaturas peludas secundaron al chico abriendo sus ojitos y poniendo en sus caritas esponjosas la expresión más adorable que podían.

Esto fue demasiado para el corazón del Jiang, quien termino cediendo ante los cómplices que ahora internamente celebraban su victoria.

Esta bien, pero si ensucian algo tu lo limpiarás— dijo en un tono de sentencia y resignación.

¡Desde luego! — exclamó emocionado Wei Ying celebrando la victoria con sus nuevos amiguitos.

Esa noche Wei Ying se encerró en su habitación trabajando en la sorpresa para su querido Lan Zhan, les dio a sus pequeños invitados vegetales picados mientras les hablaba de lo mucho que amaba a su novio. Los animalitos estaban atentos como si de verdad lo entendieran. Jiang Cheng por otro lado terminó a media noche su álbum mientras murmuraba lo loco que estaba su hermano para hablar con los conejos.

Mañana veré que hago con ustedes pequeños— Les susurro Wei Ying a los animalitos que lo miraban con tristeza. El no seria capaz de abandonarlos o dejarlos en malas manos, pero Jiang Cheng no dejaría que los tuviera en el apartamento, entonces se le ocurrió la idea de regalarlos a su novio, después de todo los peluditos eran como ellos en versión conejo, Lan Zhan los cuidaría tan bien como cuida de su amado, de eso estaba seguro.


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Notas de la autora

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Especial de San Valentín, dividiré el one chot en tres partes porque no quierp hacer una lectura densa.✨✨El próximo narrará a Lan Zhan planeando algo especial para su noviecito UwU. En la parte tres será la presentación de sus regalos. Hasta la próxima hermanxs lectorxs❤❣

La vida es mejor contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora