XXXVIII

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Había pasado ya un mes de todo eso, de la llegada de Yerim a su vida. De la llegada de Kahei también, de todo lo que conllevó el nacimiento de su hija

Todo fue como esperó. Pasaba sus días trabajando, yendo a visitar después a Jungeun a su oficina. Daba vueltas por el edificio con ella, a veces la invitaban a comer; la comida del comedor del holding de Jungeun era muy buena 

A veces se quedaba tarde en la noche hasta que Jungeun se iba, cuando el horario de Kahei terminaba, aprovechando para ser ella la que se queda con Yerim mientras Jungeun ordenaba o terminaba de hacer algo

A pesar de que eran buenos momentos para ella, a veces se le hacía incomoda la forma que Jungeun la observaba. Tal vez era porque una vez le preguntó si la podía sacar del edificio y se dio cuenta que fue una mala idea  

—¿Y tu chofer?— Preguntó cuando ya estaban fuera del edificio, para lo único que la dejaba tomar a Yerim y sacarla 

—Allá viene— Señaló un auto que estaba yendo lento hacia ellas 

—Oh...— Lo vio junto con ella llegar

—¿Necesitas que te llevemos?— Preguntó Jungeun de forma amable

—No, me iré caminando— Contestó Jinsoul simple

Con esa respuesta, tuvo que dejar que Jungeun se subiera y le recibió a la bebé. Las cosas que llevaba Jungeun siempre las llevaba un guardia y se subió en la otra puerta. Jinsoul se quedó viendo a la rubia un rato, sin saber qué hacer o decirle. Solo movió su mano en despedida y esta cerró la puerta

Cuando el chofer se sintió listo, partió el auto lejos de ahí camino a casa. Jinsoul por su lado, vio perderse al auto, se puso la gorra que era de la bencinera y la capucha de su abrigo, siendo que hacía calor, dio una última mirada y volteó al lado contrario

Jungeun desde el vidrio que no se podía ver por fuera, por un momento quiso ver a Jinsoul y la vio marchándose a donde sus pies la guíen. Puso su mirada adelante sin más, conociendo el camino de memoria, no se le hacía divertido mirar por la ventana 

De un segundo a otro se escuchó el llanto de Yerim a un lado suyo en la silla. La sacó de la silla y la comenzó a calmar, eso recurría a juegos, darle leche, caricias y muchas cosas. Hacía todo con cuidado y al pie de la letra, de esa forma, la niña terminaba tranquila

A los minutos, ya tenía en sus brazos a la bebé durmiendo mientras en su boca seguía teniendo el dedo que se estaba chupando. La volvió a dejar segura en la silla y le puso el seguro, así todo volvió a la normalidad

Lo anormal empezó cuando su chofer tuvo que tomar otra ruta porque un camino no estaba habilitado, entrando a un barrio para luego salir en otra calle. Dos calles más allá, volvió a estar un camino bloqueado. Paró de golpe y se tuvo que dar la vuelta

El guardia de Jungeun le señaló al chofer donde sería mejor tomar alguna forma sin cruzarse con más señales de peligro por obras. Obras que en realidad no veían. Jungeun con calma, buscó en su teléfono alguna respuesta a lo que pasaba, pero no encontró nada interesante. Por mientras, el chofer se tuvo que dar una vuelta a la manzana

—Está todo bloqueado— El chofer extrañado, perdió la paciencia con el tema, otra vez una señalética que no podía pasar 

—Retrocede, la anterior se podría pasar por el lado—

—¿Estás seguro?, ¿No es peligroso?— Preguntó él haciendo lo que le recomendaron

—Hombre, me bajo y veo— Dio la solución perfecta

—Oye, espera, hay algo atrás y no voy a avanzar, ¿Puedes ver qué es?— Entre tanta oscuridad, intentó ver, pero estar con el retrovisor y con su cabeza hacia atrás no lo ayudaba

Delincuentes con Corbata /LipSoul/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora