XXXII

37 9 0
                                    

—Jinsoul, hija. Creo que esto ya lo hemos conversado miles de veces— Expresó la madre acariciando el cabello de su hija que ya no era tan niña

—Lo sé, pero no pasaba hace muchos años— Pero ahí estaba Jinsoul actuando de cinco años, reposando su cabeza en frente de su mayor para que le acaricie

—¿Y eso te hizo más sensible?— Preguntó con aquel tono cariñoso, Jinsoul asintió con la cabeza y la pudo sentir —Ay, Jinsoul. Deja de hacerte ideas de las personas—

—Es que yo...—

—Y no me digas que pensaste que esta vez sería diferente— La interrumpió mientras colocaba la palma de su mano encima de su cabeza —Porque creo que no—

—La verdad, esta vez fue totalmente diferente y yo sabía que iba a terminar así— Confesó con un puchero en su rostro —Y se lo dije varias veces. Así que está bien—

—No está bien, Jinsoul— Reprimió la madre —Si tanto sabías que ibas a salir lastimada de ahí, ¿Por qué te metes cada vez más?—

—Porque Jungeun me gusta mucho más que las anteriores, y la verdad yo sé que siente algo por mí, a la vez sabía que sería muy difícil, casi imposible que todo salga perfecto. Bueno, este es el resultado— Ahora cerró sus ojos al dejarse llevar por las caricias —Pero ahora que viene mi hija en camino, voy a intentar más fuerte—

—¿Estás segura?— Preguntó —Te recuerdo que llegaste enfurecida con ella después que pasó—

—No lo sé. Sabes que el amor lo pone bipolar a uno. Me enoja que no sepa amar— Y ahí iba de nuevo, la mayor solo la dejó ser —Si tan solo supiera aunque sea un poco, que se haya visto el mismo drama que nosotras cuando tenía once, estaríamos en otra situación—

—Tal vez la misma situación, pero sus palabras fueron diferentes— Le contestó con sinceridad, Jinsoul como pudo volteó a verla con reproche —Hija, no corresponde yo andar dándote estos consejos de joven quinceañera a tus veintemil— Se quejó

—Pero...— Le volvió a pucherear como niña —Tal vez si hubiera terminado la escuela, dejaría de pensar que soy esa niña, ¿Ya?—

—Lo que digas— Se rio un tiempo

Hasta que comenzó a sonar el teléfono de Jinsoul la cual estaba tirado al otro lado del sillón. Tuvo que salir de su cómodo espacio, sentarse bien y tomarlo. Por el suspiro que dio al ver el nombre, la mayor comprendió 

—¿Es Jungeun?— Preguntó y Jinsoul le asintió —No contestes si no te hace bien pasar más tiempo escuchándola—

—Lo voy a hacer, puede ser una emergencia— Avisó sin mucho más que hacer y contestó aquel teléfono que sonaba —¿Hola?— Dijo al pararse del sofá

—Hola, Jinsoul— Saludó Jungeun aparentando normalidad —¿Estás ocupada hoy?—

—No, tengo todo el día, ¿Por qué?, ¿Quedó algo en el trabajo pendiente o...?— Fue buscando respuestas

—No, no es sobre trabajo. Lo menos trabajo que hay— Contestó Jungeun otra vez normal —Necesito que vengas a casa, a la noche, a cenar—

—A ver, Jungeun— Cerró sus ojos para calmarse —Si me quieres para usarme otra vez, ya no quiero más de eso—

—No. Esto es algo más...— Jungeun del otro lado, cambió su forma de hablar —Es acerca de mis padres. Ellos quieren conocerte y hablar contigo en persona. Ellos quieren conocer a la madre de mi hijo—

—¿Es broma?— Preguntó con sorpresa —¿Qué monos pinto ahí si tú no quieres?—

—Jinsoul, sé que es algo molesto, hasta para mí. Pero me insisten y me insisten que sea hoy mismo— Explicó con su voz que demostraba lo molesta que se sentía en ese momento —En serio, debes en algún momento conocerlos. Solo que no sé si ahora estás lista para estos juegos del hambre. Si no gustas, ahora mismo inventamos una excusa—

Delincuentes con Corbata /LipSoul/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora