OMEGA BRIGHT [𝑾𝑰𝑵𝑩𝑹𝑰𝑮𝑯𝑻]

IV

Me encuentro en mi habitación poniéndome el atuendo que mi madre escogió para mí.

Es un traje color rojo que resalta el color de mi piel.

Me miro en el espejo recordándo las palabras que me dijo mi padre la noche anterior "No lo arruines".

Estoy nervioso y creo que debo inventarme alguna excusa, que me siento enfermo, para tan siquiera por esta noche librarme de aquella reunión incómoda.

 Mi madre entra y exclama al verme;

"Oh, mírate, te ves espectacular"  me mira de arriba a abajo mientras sonríe.

"¿En verdad tenemos que ir hoy? ¿No podemos cambiar la fecha para algún otro día?"  le pregunto a mi madre y la miro suplicante, ella se acerca a mí  y me abraza.

"No podemos, cariño. La familia Opas-iamkajorn nos espera".

Yo hago una mueca y mi madre lo nota "Tranquilo, son una buena familia".

Pero sus palabras no me tranquilizan ya que dijo lo mismo sobre los Vihokratana.

♡

Treinta minutos después estamos llegando a la casa de los Opas-iamkajorn, es enorme y muy lujososa.

Bajamos del auto y nos recibe un mayordomo que nos lleva al interior de la casa.

"Los Chiva-aree han llegado" anuncia y de la cocina sale una señora que al vernos se acerca a nosotros y nos saluda alegremente.

"Mucho gusto, soy la señora Opas-iamkajorn, por favor sientanse como en casa, en un momento estará lista la cena".

Unos momentos después nos sentamos en la mesa. El lugar se llena de ruido y risas cuando tres pequeñas aparecen.

"Estás son mis hijas.

En un momento llegará mi esposo junto con Win"  comenta la mujer.Después se dirije a mí:

"He oído de ti, Bright.

Incluso ya había visto algunas fotografías tuyas, pero debo decir que en persona eres más bello".

Siento que me sonrojo y contesto tímidamente con un simple "Gracias".

"¿Tu serás el novio de Win?"

"¿Se van a casar?"

"¿Tendrán muchos bebés?"

"Eres muy lindo, me gustas"

Las niñas me rodean y me bombardean con preguntas, yo solo me rio nerviosamente.

"Niñas, dejénlo en paz, lo están haciendo sentir incómodo" les dice su madre y ellas se quitan de encima mío.

Después aparecen algunas personas que se encargan de servir la comida. Mis ojos viajan por todos esos platillos que se ven deliciosos.

 Faltan dos personas para que podamos comenzar a cenar y después de lo que me parece una eternidad, se escucha una grave  voz:

"Hemos llegado.

Perdón por hacerlos esperar".

El dueño de aquella voz es un señor de unos 50 años. Es un hombre grande y musculoso, sin embargo tiene una sonrisa en su rostro que lo hace ver amable.

A lado de él, se encuentra un chico demasiado alto que de inmediato fija su mirada en mí.

Nos miramos a los ojos por unos segundos hasta que aparto la mirada rápidamente.

Y me siento inquieto cuando lo veo venir hacia mí.