Proyecto Chardee

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   El infierno jamás contuvo ni una llama. Aquellos cuentos dónde el rojo vivo se estampaba en la piel, eran solo una ilusión ante el miedo de exponerse a algo que jamás podrías controlar.

  En aquel plano solo existía la confusión, ya que no había un final más horrible que el no poder encajar todas las piezas de un mundo que no tenía respuestas claras.

¿Que era la verdad? Quizás un rompecabezas infinito, dónde ninguna pieza tenía una forma legible, y eso estresaba a cualquier ser pensante.

¿Quien podía tener el talento para armar algo así? Dios era solo un niño, incapaz de entender el dolor que había provocado con su creación. Recuerdo cómo lo ví a los ojos y no sentí ni un rastro de compasión.

   "Me quebró completamente...por qué yo confiaba en él"

    En mi solitario camino había visto el límite del universo, como si fuese una ventana hacia un jardín, y antes de que pudiese procesarlo, había perdido la capacidad de observarlo. 

  Sus órdenes fueron claras, sus brazos me empujaron y aquella caída dolió más que cualquier herida, porque fue lenta.

Cómo una ilusión, mire hacía el cielo y lo observé sonriendo. Jamás fue importante que yo disfrutará de aquel proyecto, solo era otro animal en aquel reino cíclico y perfecto.

Y aunque hubiese dado todo para que no ocurriese, no fui el único que se estrelló. Cómo meteoritos ví la caída de cada uno de mis compañeros.

Intenté levantarlos,  guiarlos, como si pudiese sacarnos de este triste final, el cual enfrente día a día, siglo tras siglo, sin avanzar más que un gramo de arena en el espacio.

  Toda mi especie perdió su oportunidad de sentir, limitados por nuestra propia sabiduría, ya no teníamos acceso a lo más esencial: el sol no acariciaba nuestras mejillas, todas las flores tenían el mismo color, y sin importar que manjar degustaramos, todo era ceniza en nuestras bocas.

"Todo era gris, una habitación gris cerrada y eterna".

Ante la imposibilidad de avanzar, solo nos quedaba el retroceder, así que tras una serie de experimentos, teníamos a Chardee.

  De seguro que para el producto de un infante jugando, era ilógico que desearamos tanto acercarnos a los humanos y su forma de sentir, pero, era esa la llave que nos habían quitado.

  Sentir el alma humana, aquella esencia invisible, pero tan satisfactorio. ¿Cómo poder describir que era sentirse vivo?

  Nos aventaron para que aprendieramos a comer para vivir.Teníamos que cuidar a aquellos primates por qué eran nuestra droga, y para obtener más, debíamos protegerlos.

  No sabría explicar que se sentía, pero por segundos era capaz de escuchar la música y sentir mi pecho vibrar. El poder llorar, conmoverme con la naturaleza que me rodeaba, era todo lo que necesitaba para seguir.

  Pero no estábamos contentos con solo eso, el vivir en un ciclo infinito de cosecharlos para nuestro deleite, era humillante.  Éramos las primera línea de creación, los seres más perfectos, los cuales no cumplieron con el capricho de alguien que solo quería divertirse.

   Conteniamos el conocimiento y la semilla del mundo espiritual, pero no fuimos suficiente para brindarnos el goce del mundo que ayudamos a construir.

  Quizás esa injusticia nos nutria, y nos hizo comenzar con estos experimentos.

Teníamos el poder y las herramientas nos las habían dejado en este diminuto mundo. Solo necesitábamos crear a aquel ser superior, ese que llegó a existir solo una vez y fue destruido.

Ese demonio que poseía la capacidad de sufrir...

En un comienzo todas las Chardee nos salieron bellísimas, poderosas y...sumisas. Una copia de los angeles que creo aquel horrible ser...

   Intentamos guiarlas como luces ante nuestro completo descenso.

   El que sintieran miedo, desesperación y tristeza, nos hacía entender cada vez más como habíamos terminado así.

   Queríamos engendrar a la nueva Lilith en nuestros experimentos, la cuál podría liberarnos.

  Todo esto sonaba realmente bien, pero era una tarea larga, y en relación al tiempo que   habíamos invertido, no teníamos grandes resultados.

 

  En ese instante sostuve a aquella chica de su cintura, ayudando a qué bajara de aquel pedestal en el que se encontraba. Sus brazos cansados y destrozados, eran prueba de su resistencia.

  Mi rostro inexpresivo quería transmitirle calma, ya que la esperanza era el único vocabulario que entendía desde que la había conocido.

  Sabía que aún no habíamos logrado hacer la mezcla perfecta, esa que aquel Dios olvidó, pero....está había logrado avanzar más que las anteriores.

  Su mirada perdida, llena de llanto y tanta rabia, era algo favorecedor para nosotros. Su capacidad de mezclarse con los humanos y de guardar sus sentimientos, mostraban una fuerza y control, que era de admirar.

 
  Nuestro único problema era que de boca en boca, el mundo superior e inferior se habían comunicado. Y la idea de que alguien jugaba a ser Dios no era agradable para nadie.

   Con palabras irreconocibles para cualquier raza tan temprana, logré llevarla a un profundo sueño, provocando que se desmayara entre mis brazos.

" La única posibilidad de cuidar al fruto de nuestro esfuerzo, y del mismo modo, que creciera sin nuestras manos, era avanzar al siguiente nivel."

  Con cuidado la vestimos y peinamos. Un aire nostálgico se instalaba en la sala, porque era como si volviese a ser aquella infante asustadiza.

– Las órdenes son claras. Hay que dejarla con los humanos, pero, ¿Estás seguro que volverá? – añadió una mujer con una mueca muerta.

Solo pude sostener la barbilla de Chardee para observarla mejor ante la poca luz. Intentaba memorizar sus facciones para cuando nos volviesemos a ver.

– Tarde o temprano volverá, por qué despertara su apetito. Y somos los únicos que sabemos cómo extraer ese veneno humano.

Querrá almas al igual que nosotros, y el hambre la cegara – comenté con firmeza, aunque las posibilidades nos jugaban en contra en esta situación.

  Sabía que ambos habíamos velado por el desarrollo de Chardee, y ahora, solo quedaba vaciar su memoria y llenar sus bolsillos con algo de dinero.

   Nuestra luz, el mejor resultado, ahora iba a perderse en el destino y su curso. De alguna forma, el ciclo se repetía:  ahora nosotros empujabamos a nuestra creación a la dolorosa libertad.

Sin tener tiempo de permitirnos despedirnos, el lugar ardía y ante una mirada, solo camine entre las llamas, cerrando mis ojos.

  Veía como se alejaban con aquella chica en una camioneta, y solo pude sonreír. Entendiendo que estábamos más cerca de lo que todos creían.

La única radio del sitio, que luchaba por cumplir su función antes de derretirse, repetía:

  Una explosión arrasó con las instalaciones eléctricas. Al parecer una oficina se quemó y fue la responsable de tal desastre. Hay heridos ...en...

Bitch Demon 666Donde viven las historias. Descúbrelo ahora