Día 1

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AMIGOS CON DERECHOS

Era solo un juego, un pasatiempo, una siempre forma de desahogo carnal.

Era más sencillo que invitar a salir a alguien y crear lazos para después de un tiempo sentirse cómodos para dar el siguiente paso.
El no tenía tiempo ni estabilidad emocional para poder sostener una relación, su ex puede colaborar eso. Pero es mucho más seguro que contratar a una persona de una noche o ir de fiesta para encontrar a alguien que quiera un encuentro casual, a veces estos últimos querían más de una noche y el no estaba para explicar que el solo quería acostarse con alguien para que la mañana siguiente ya no estuviera.

Si, tener un amigo con derechos era mas fácil. Tener a Bruce entre sus piernas era más fácil.

Todo había iniciado con una pelea, como siempre. Pero había escalado lo suficiente para terminar de una manera muy extraña, un beso apasionado no estaba en sus planes.

Quién diría que el gran Bruce Wayne tenía problemas para tener a alguien en su cama para solo una noche.
Pero lo entiende, una vez que lo pruebas quieres mas. Es por eso que una vez más está ahí.

—A la siguiente asegúrate que vea tu mensaje antes de llegar. Dick se quedó a dormir hoy y casi te ve — la voz entrecortada por el cansancio de Bruce también es algo fascinante de escuchar.

Hal asiente y no sabe si su compañero fue capaz de verlo o no, pero sabe con certeza que igual lo ignorara, en ocasiones un poco de peligro hacia saber mejor las cosas.

En la habitación oscura sólo se escucha sus respiraciones después de una sesión de sexo algo intensa, como siempre es cuando uno de ellos tiene algo en sus espaldas.
En este caso Hal tenía mucho en sus espaldas.

No eran problemas económicos o algo relacionado a su identidad de Héroe. Esta vez era algo que desesperadamente buscaba negar, un sentimiento que fue creciendo sin darse cuenta.
“Solo es sexo, solo sexo y nada más.”  Era un mantra que ya no puede asegurar.

—Mañana puedes quedarte, les diré que llegaste temprano por asustó de la Liga. Alfred adora que estés aquí, solo esta vez toca la puerta principal y no la trasera, Damián esta sospechando. — con un ultimo bostezo Hal sabe que Bruce ha caído rendido a su lado. Y maldice eso.

Antes no era así. La primera vez que terminaron haciéndolo en la bodega de la Atalaya ambos habían salido como almas que lleva el diablo cuando cayeron en cuenta que habían hecho.

¡Un mes! un mes entero se tardaron para dirigirse la palabra. Después de ello fue cada vez más fácil aceptar un acuerdo silencioso, así como las reglas.

Solo bastaba un mensaje o una mirada de alguno de ellos hacia el otro para saber que deseaban. Un hotel era el lugar de sus encuentros, a veces el almacén de la Atalaya después de las reuniones, cosa que hacía más emocionante el asunto.

Luego un día… un día Hal sugirió su departamento, estaba más cerca después de una misión y el no tenía para la mitad del hotel, nunca había permitido que Bruce pagará todo, jamás llegaría tan bajo ni aunque tuviera una deuda con Barry a escondidas.
Y cuando Hal se dio cuenta de lo íntimo que era eso Bruce había dicho:
—Vamos.

Fue… excelente. El guío todo esa ocasión, pues Wayne no se sentía cómodo en un terreno desconocido. Al terminar Bruce se fue, como siempre hacia. Últimamente se despedía y no sólo desaparecía.

Luego Hal abrió su bocota otra vez.
—Tengo hambre ¿quieres ir a comer? — Fue como un balde de agua fría darse cuenta que había invitado a Bruce a cenar cuando lo que quería decir era : Tengo hambre, ¿quieres irte para poder yo ir a comer?.

Estaba apuntó de corregirse cuando esos ojos azules brillaron momentáneamente antes de que el mayor dijera : —Si.

Cuando menos se dio cuenta era casi normal salir a comer después de sus encuentros.

Si hubo un cambio en ellos solo la liga lo notaría y más tarde ellos mismos, aunque jamás lo atribuyeron a sus encuentros.

Batman ya no le gritaba como antes y a él se le hacía más fácil obedecer las indicaciones. La liga noto más cosas, pero temieron que señalarlo podría solo revertir el proceso. No le dirán a Batman que se le veía más relajado y feliz, no miraran de más a Linterna cuando este proponía un plan contemplando cada riesgo y no sólo sugeriría lanzarse al ataque, no dirán que Bruce se veía más descansado algunos días y que Hal se notaba más alegré. Y ninguno dirá nada sobre esas miradas y sonrisas que se mandaban. Nadie dirá nada.

Hal sabía que entró a un lugar peligroso cuando está vez Bruce ofreció su cama. Decir que el maldito colchón no tenía nada que ver sería mentira. Ese día cometió un error, se quedó dormido y maldijo a Bruce que lo dejó dormir.

Cuando el sol lo despertó se sintió tan adormecido que aceptó el desayuno que Alfred le trajo. Si ese hombre sabía bien que hacía el en la cama de Bruce o no, tuvo la decencia de no decir nada, ni esa ni ninguna otra ocasión que Hal se quedó dormido. Al principio se despertaba sólo, poco después Alfred le traería comida (que sólo un demente rechazaría) y le diría que Bruce se retiro a su empresa. Hal jamás diría que eso lo hizo sentir triste. Y luego el se iría.

Luego un día, Hal se maldijo aún mas por acostumbrarse a quedarse dormido. Amanecía domingo y no tenía trabajo, ni un llamado de los Linternas, así que se permitió disfrutar de la comodidad que ofrecía ese colchón y (si le preguntan lo negara) el calor que emanaba su compañero. Nunca imagino que lo primero que viera al despertar fuera a este último aún tumbado a su lado. Y tal vez su sorpresa y el movimiento que hizo sobresaltado levantó a Bruce, que aunque también vio sorprendido al castaño no le dijo nada.

El cuerpo de Bruce al amanecer cuando la luz entraba por la ventana fue algo que Hal jamás admitirá que lo hizo estar caliente.
—Buenos días Jordán —La voz ronca de Bruce lo sacó de su ensoñación —Quieres…  Oh, vaya. — Bruce lo miró de arriba abajo con interés. El cuerpo de Hal lo había delatado revelando sus deseos.

—Si sigues mirando te cobraré — le dijo juguetón tal vez podría conseguir lo que quería. Y así fue cuando Bruce cerró con seguro la puerta y se acercó a él para iniciar un beso.

—Damián se fue de pijama da con Jon, así que….

Si ese día no salieron de la habitación, Alfred jamás lo señaló.

Hal pensaba en cada una de los acontecimientos. No sabe en qué momento su corazón empezó a latir con más fuerza ante la presencia de Wayne, ni cuando una sonrisa lo hacía suspirar, pero sabía que tenía que parar.

Solo eran amigos con derechos, nada más, sólo eso. No significaba más para Bruce que encuentros casuales.
No había un significado oculto en las palabras que Bruce le susurraba cuando estaban en la cama, ni había algo que revelar en la forma en la que noto los ojos azules brillar cuando estaban juntos, ni había otras intenciones cuando Batman le cuidaba la espalda, no había más que compañerismo cuando Bruce lo esperaba para irse juntos, no era más que educación que le abriera la puerta de cualquier lugar al que fueran, ni que le tomará la mano bajo la mesa en la Atalaya, o que lo halagara, no había más tras los besos que le daba en las mañanas o antes de dormir, no significaba nada sus abrazos cortos o besos a escondidas que le otorgaba en lugares menos privados. Solo eran amigos con derechos y un amigo hacia todas esas cosas.

Si, un amigo.

Y pensando en eso, sonrió. Por qué al final, lo que él sentía solo era una confusión, los amigos con derechos se quieren y el quiere a Bruce.

—Buenas noches Bruce — susurro devolviendo el abrazo en el que Bruce lo había envuelto dando por último un beso en los labios, por que eso es lo que hacen los amigos con derechos.

BATLANTERN 2022 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora