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En una de las múltiples playas del continente Kiri, se puede observar como un chico está acostado en la arena, se podía distinguir a simple vista que estaba o dormido o noqueado, este chico es Carlos, quien a sido enviado a este nuevo mundo como un pequeño favor de una diosa peculiar, Carlos no mostraba indicios de querer despertar, el sueño era tal que simplemente no quería ni moverse, y el echo de la arena caliente no ayudaba, eso fue asta que un cangrejo caminó por encima de él, a la altura de espalda, ocasionado un cosquilleo que hizo reaccionar a Carlos el cuál, perezosamente, se talló los ojos, los abrió pero retrajo su párpado debido a la luz del día la cuál le lastimaba la vista por apenas haber despertado, no sabía que sucedía en cierto modo pero sabía que se encontraba en una playa, trató de levantarse pero recordó que aún no podía debido a literalmente olvidar como caminar, eso sería un poco vergonzoso, pero tampoco es como si pudiera hacer mucho, debido a la falta de posibilidad de levantarse optó por darse media vuelta y sentarse en la arena, al hacerlo vio con brillo en sus ojos el hermoso y ancho mar, o al menos por un momento lo intentó debido a su falta de costumbre en la vista para la luz del sol, cuando sus ojos ya se habían acostumbrado siguió contemplando la gran vista que le regalaba esta nueva oportunidad, esto era único para Carlos, no recuerda la última vez que había ido a la playa con su familia, pero estaba seguro que fue hace mucho, debido a ese recuerdo vago recordó que es posible que no vuelva a encontrarse con su familia, al menos en un largo tiempo, pero cuando lo hiciera, les demostraría lo bien que usó su segunda oportunidad, sería el orgullo de sus padres y un modelo a seguir de su querida hermana, jamás se atrevería a decepcionarlos por todo lo que le han brindado, ese sería el momento donde su agradecimiento comenzaría, pero antes, necesitaba algo para poder moverse, o a alguien que lo ayude a cambiar de ubicación, aunque si lo pensaba mejor, en ese lugar sería un buen comienzo, la diosa le dijo que podía invocar cosas, pero jamás negó que podía invocar casa por casa, por lo que una casa individual cabía en la posibilidad de invocación, o eso es lo que al menos quería que pasara, vio al rededor de su ropa, cualquier bolsa, expuesta u oculta, no importa, algo que le ayude a invocar lo que la diosa le dijo, pero su muñeca notó un extraño color azulado, un color que era débil, claramente esto para Carlos no era normal, llevado por la curiosidad Carlos presionó el color azulado el cuál acabó mostrando la pantalla de un tipo de celular dentro de la piel, Carlos pese a lo extraño de la situación solo se sorprendió y movió su brazo dónde se encontraba el celular, izquierdo, para después tocar la aplicación de galería y ver qué estaba vacío, no sabía cómo guardaría imágenes pero todo a su momento, después de salir de la aplicación vió que tenía más aplicaciones disponibles, entre ellas una que tenía el símbolo de un arma y otra que parecía una ciudad en una esfera, al seleccionar el icono del arma notó como un menú de un complejo arsenal de armas se había desplegado en la pantalla, al principio todo era normal, armas humanas era lo que veía, eso lo calmó un poco, pero entre más bajaba más grande era su miedo, armas de Star Wars, Halo, Fouroner, etc. habían aparecido, eso sin duda alguna era un fuerte golpe de información, no solo podía crear una civilización en tierra, con la tecnología de la franquicia de Halo simplemente ya podía llegar a una civilización creadora de mundos, en pocas palabras, de nivel 1 según los Fouroner, esto daba muchas posibilidades ha Carlos, si jugaba bien sus cartas acabaría siendo el dueño de la civilización más poderosa en ese universo, o esas eran sus predicciones, luego cambió de aplicación a la de las estructuras, dentro había múltiples ciudades capitales, aunque solo una de ellas podía ser seleccionada como la capital, el resto quedarían como ciudades importantes, generalmente no era el momento de invocar una ciudad capital sin antes revisar el área, pero cuando alzó la vista notó que estaba por oscurecer, por lo que era importante crear o buscar un refugio, viendo al rededor se dio cuenta que no había una cueva cerca o al menos el bosque detrás de él estaba algo lejos, si pudiera caminar iría al bosque pero su condición actual no le dejaba muchas opciones, volvió a ver su celular en el brazo y entró a un apartado donde solo aparecieron casas, había de todos tipo, mansiones, una casa hotel, una casa militar, incluso había una echa de paja, pero si quería sobrevivir lo haría bien y ocuparía adecuadamente sus nuevas habilidades, buscando una casa que le pareciera bien se le hizo algo de noche, pero para su suerte encontró la casa perfecta para la situación según él, una ves que la seleccionó apareció enfrente suyo, de color verde y algo translúcida, hay entendió que necesitaba espacio suficiente para ponerla, por suerte nada estorbaba en ese momento, cuando seleccionó el lugar adecuado apareció un cuadrado de color blanco con partículas que empezaron a levitar como si fueran luciérnagas, el espectáculo era conmovedor y genial de presenciar, luego los materiales mientras se hacía la casa se estaban formando, como si de nanotecnología se tratase, si podía estudiar adecuadamente este extraño fenómeno podría crear o programar diferentes cosas, aunque si lo pensaba mejor ya sería un completo abuso de habilidades, y todo lo que menos quería era insultar a aquella bella chica con el abuso de poder, o algún otro ser que podría borrar cualquier progreso que haya echo, siempre respetó cualquier religión, es el principal paso para ser respetado, pero cuando esa religión se a vuelto extremista y solo quiere la extinción de sus no creyentes tenía que ser purificada debidamente para que algo así no pasará y evitar que aquél ser los desaparezca, después de estar pensando un rato la casa que había invocado ya había finalizado su aparición he incluso se iluminó sola, a ojos de Carlos la casa era preciosa
