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POV Jeongyeon

Abrí lentamente los ojos sintiendo una enorme punzada en la nariz y boca, la luz era demasiado deslumbrante, parpadee varias veces para acomodarme a la iluminación del lugar. Me encontraba en una cama, había una cortina rodeándola, lo que no me dejaba ver más allá, me levanté con mucha dificultad para correrla, me recibió una amplia sala con varias camas iguales en la que había estado acostada. Al parecer estaba en una enfermería, bueno, lo necesitaba, sentía la cara ardiendo y me dolía respirar ¿acaso me había roto algo?, maldita sea Mina.

Caminé lentamente por la sala buscando la salida, necesitaba encontrarla para devolverle todos estos golpes, la iba a matar a penas la viera.

-Soldado Yoo, ¿qué cree que está haciendo?- una mujer un poco más baja que yo, con cabello negro largo y un hermoso rostro con una sonrisa de conejo se paró frente a mí.

-¿Qué parece que estoy haciendo?- pregunte molesta- me voy, tengo que asesinar a alguien.

La mujer me miró curiosa antes de pincharme el costado con un dedo logrando que me retorciera de dolor- Soldado Yoo, usted no puede ni mantenerse en pie, dudo que este en capacidad para asesinar a alguien y mucho menos si se trata de la Sargento Myōi.

La miré aún más molesta por mencionar a la troglodita que me había dejado en este estado- ¿la conoce?, ¿quién es usted?

-Por supuesto que la conozco, soy Im Nayeon, la doctora de este pelotón- me agarró de la mano y me arrastró devuelta a la cama- ahora, acuéstese, mañana podrá buscar a la Sargento. Déjeme advertirle que si intenta escapar, me voy a ver en la obligación de medicarla.

La miré incrédula- ¿Todas en esta academia están mal de la cabeza o solo se comportan como perfectas imbéciles conmigo?- intente sentarme pero ella me lo impidió.

-Señorita Yoo, veo que usted no está a acostumbrada a seguir ningún procedimiento ni regla...- la corté

-¿Podrías dejar de hablar de esa forma?, es molesto e irritante- me apreté el puente de la nariz- y si, no suelo seguir normas, así que discúlpame si me ha sido increíblemente difícil entender el funcionamiento de este lugar infernal.

-¿Cómo quiere que hable entonces?- se sentó en la cama- usted tampoco pone las cosas fáciles para las personas de este ''lugar infernal''- me sonrió amablemente.

-Dime Jeongyeon, estoy empezando a odiar mi apellido. ¿Puedo llamarla por su nombre?, no estoy acostumbrada a tanta formalidad- ella rió suavemente, me permití apreciar su belleza, ¿que todas aquí era igual de hermosas?, Chou también era bastante bella, pero el humor de perros que manejaba no me dejaba apreciarlo y ni decirse de Kim, también era bastante guapa. Ahora ni hablar de Mina... NO, ELLA NO.

-Está bien, Jeongyeon- mi nombre sonaba hermoso con su voz, le sonreí ampliamente- déjeme darte un par de recomendaciones con respecto a la Sargento Myōi- suspiré pero asentí, era la primera persona que no me trataba como si debiera saberlo todo y se ofrecía a explicarme algo de manera decente- Esto que estás haciendo, no es algo que puedas ganar, estas en su territorio.

-No sé de qué estás hablando- sonreí inocentemente. Ya me había dado cuenta de que Mina no era alguien fácil de tratar, pero sabía que me estaba metiendo bajo su piel, el odio en sus hermosos ojos no me engañaba.

-Jeongyeon...- suspiró frustrada- ella tiene mucho poder en esta academia, si sigues llevando las cosas de esa manera, pasaras más tiempo en la enfermería que logrando molestarla. Intenta darle otro enfoque a tu plan.

-¿Otro enfoque?, ¿te refieres a jugar su propio juego?- le di una mirada desconfiada- Me niego a callarme mis opiniones, me niego a obedecer cualquier orden que me dé y sobre todo me niego a llamarla ''mi Sargento''- Nayeon levantó las cejas, pude ver diversión reflejada en sus ojos.

Mi Sargento. (Jeongmi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora