♯ 𝙞𝙘𝙝𝙞

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Jihyo y Sana se conocían desde que la mayor llegó a Corea por primera vez. No tardaron mucho en llevarse bien puesto que compartían cosas en común.

Sana siempre trató de buena forma a Jihyo, la cuidaba y consentía, si ella estaba cerca, la menor no podía evitar sonreír.

Por eso fue que en algún momento Jihyo terminó enamorada de su unnie. Jamás le había gustado nadie como lo hacía Sana.

No estaba muy segura de que hacer al respecto, lo pensó mucho. Tal vez solo era algo pasajero, pero mientras más meditaba más se daba cuenta que en serio sentía algo por ella.

Así que con gran valentía decidió confesar sus sentimientos.

Pero cada vez que lo intentaba se ponía demasiado nerviosa, siempre terminaba diciendo cualquier tontería. Y ese día no fue la excepción, ya era la octava vez que intentaba confesarse pero se salió por completo de sus manos.

Como antes dije, Jihyo se ponía demasiado nerviosa. Aquellas palabras salieron antes de que siquiera pudiese procesarlas.

—Unnie quiero que me beses.

Sana parpadeo varias veces tratando de procesar lo que la menor le había dicho. La miró y Jihyo tenía una expresión seria en su rostro, sin ningún rastro de que estaba bromeando.

Jihyo por su lado estaba demasiado avergonzada de su repentina petición. Trató de ocultarlo poniendo su mejor cara de póker pero lo que no pudo ocultar fue el sonrojo en sus mejillas.

—Ji-

—¡Te pago!

Su cerebro advertía que debía dejar de hablar, aunque las señales no llegaban del todo bien. Su mente había hecho cortocircuito y hablaba sin pensar.

—¿Pagarme? ¿De qué estas hablando, te sientes bien Hyo?

—Puedo pagarte, tengo dinero —empezó a buscar en su billetera—. Te pagaré cincuenta wones —sacó los billetes.

—Yo-

—Tomalos Unnie —insistió sin mirarla.

Sana sonrió con ternura. Bajo la mano que le extendía Jihyo y acarició su pelo.

—Entonces quieres que te bese.

El sonrojo de la pelinegra se extendió hasta sus orejas sin poder evitarlo. Ya sabía que había dicho una tontería y que probablemente a estas alturas Sana ya sabría de sus sentimientos.

—Lo haré —concedió la mayor.

Se acercó más a Jihyo quien tenía el corazón a millón. No podía creer que enserio su unnie iba a besarla, su ilusión cayó por los suelos cuando sintió unos labios en su mejilla.

Vio a Sana interrogante, éste tenía una sonrisa de oreja a oreja.

—No tenías que pagarme por eso.

—No me refería a eso —bufó.

—¿Ah no? ¿Entonces?

Jihyo no contestó, se limitó a rodar los ojos por el gran despiste de la rubia. 













Créditos a gummyseongie

¡Te pago! Ꞝ SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora