Un día como cualquier otro

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En la secundaria Dupont, Adrien estaba emergido en sus pensamientos mientras tomaba apuntes de su clase de química, aunque eso sí, debía de tener cuidado de no tirar algún frasco de fórmula o si no se metería en severos problemas.

Su compañero no era Nino, le había faltado por enfermedad, y Juleka no había venido por algunas cosas de su familia, así que la maestra Mendelieve  optó poner en la misma mesa a Adrien y a Rose por esa clase.

Adrien estaba sumergido en la clase tomando apuntes de lo que a él le parecía importante mientras que Rose estaba en su teléfono viendo las acciones en video del principe Ali:

–Srta Rose –le llamo la atendieron la profesora Mendelieve asustando a la rubia haciendo que casi tire su teléfono –¿Está poniendo atención a la clase? –le interrogó la profesora a Rose.

–Yo… eh… si profesora –le respondió Rose nerviosamente.

–Bueno, en ese caso, respóndame la siguiente pregunta de la clase, ¿Por qué el metal se oxida? –le cuestionó la maestra.

Todos estaban esperando la respuesta de la rubia ojiazul esperanzados de que pudiera salvarse en esta ocasión, pero Adrien sabía que de esta no iba a salvarse, así que el rubio rápidamente fue a la última hoja de su cuaderno y escribe la respuesta para acto seguido arrancar esa parte de la hoja y disimuladamente ponerla en el rango de visión de Rose sin que la profesora se diera cuenta:

–Eh… por el oxígeno –respondió Rose al alcanzar a ver la respuesta escrita de Adrien.

–Correcto Srta Rose, por un momento pensé que estaba viendo los videos del principe Aly otra vez –suspiro la profesora Mendelieve para continuar con la clase.

Rosita suspiro de alivio y fue hasta la última hoja de su cuaderno para escribir algo, una vez que lo termino de escribir arranco la hoja con cuidado para no hacer ruido y deslizarla hacia Adrien. El rubio al ver la hoja optó por leer lo que tenía escrito:

"Gracias" era lo que la hoja decía.

Adrien solo le da una simpática sonrisa a la inocente Rose en señal de que no tiene que agradecerle para acto seguido seguir tomando apuntes de la clase.

Más tarde, aún en la escuela Dupont, la clase de Adrien estaba en la hora final, y en esa hora no todos estaban poniendo atención, Nathaniel estaba dibujando, Chloé estaba limandose las uñas confiada de que Sabrina le pasaría los apuntes, Iván y Mylen estaban comportándose como tortolitos enamorados, Kim y Alix estaban pensando en nuevas apuestas, Rosita también estaba haciendo otra cosa con su tiempo pero tomaba uno que otro apunto, los que realmente estaban poniendo atención a la clase eran Nino, Alya, Marinette, Max, Lila y Adrien, sin embargo, este último se perdió en sus pensamientos por unos momentos pensando en que es lo que le explicará a su compañera de heroísmo cuando se encontrarán, pensaba en que excusa podría darle para justificar su ausencia la noche pasada:

–Sr Agreste –le llamo el profesor de matemáticas al rubio –¿Está poniendo atención a la clase? –le cuestionó el profesor al ver que el rubio se había perdido en sus pensamientos.

–Si Sr –le respondió Adrien.

–Bueno, en ese caso venga a responder el ejercicio de aquí en frente a ver si presto atención a la clase –le pidió el profesor.

Adrien sin poner pretexto alguno se levanta y se dirige la pizarrón en dónde acepta la tiza que el profesor le prestó para escribir en el pizarrón.

Adrien observó el ejercicio matemático por unos momentos pensando en cómo resolverlo en su mente hasta que sus ideas hicieron click, por lo que Adrien escribe todo el procedimiento hasta que finalmente logra resolver el ejercicio:

Chatnoir En AcciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora