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Yeonjun colocó las esposas en las muñecas de Beomgyu, la cadena se trababa detrás de uno de los barrotes de la cama, de modo que el castaño no podía moverlas del sitio.
—A-amor —gimoteo el omega, totalmente desnudo y listo para que su alfa lo tocara.
Llevaban días, no ¡semanas! sin tener sexo, y por fin tenían la oportunidad de probar esos juguetes que a penas usaron una vez.
Algunos meses atrás antes de que Beomgyu diera a luz.
Yeonjun abrió las piernas del omega y se inclinó para besarlo. Beomgyu estaba que rogaba por ello, pero el llanto de su bebé los detuvo antes de que sus bocas se rozaran.
—La puta madre —Yeonjun exclamó.
Beomgyu soltó una queja llena de mortificación, temblando y conteniendo sus ganas.
—S-sueltame, debo ir a ver a Binnie —dijo con un puchero jalando de las esposas y fallando en el intento de liberarse.
—¿Y qué tal si te dijera que perdí la llave? —soltó con altanería.
—¡No lo hiciste, no mientas! —exclamó removiéndose muy preocupado por el llanto del bebé, y empeorando la situación, porque a Yeonjun siempre le calentó cuando Beomgyu se resistía un poco.
—¿Y si te quedas aquí y yo voy a verlo? —propuso el alfa.
—¿Lo harás?
Yeonjun suspiró bajándose de la cama. Menos mal que no se había quitado los pantalones. Aún.
—Ya vuelvo, no empieces sin mi.
Las cadenas de las esposas tintinearon, Beomgyu le recordó a su alfa que incluso si quería tocarse, no podía.
Dando zancadas el Choi mayor llegó a la habitación contigua, donde su pequeño de tres meses chillaba revolcándose en su cuna.
—Shh shh... —Yeonjun lo calmó, acercándose para cogerlo en brazos y meserlo—. Tranquilo bebé, papá está aquí.
Soobin lloró paulatinamente más bajito, pasando de berrear a fruncir su boquita en pucheros, con las lagrimitas aglomerándose en sus ojitos.
—¿Qué pasa Binnie? —preguntó con tono dulce a su hijo— ¿tuviste una pesadilla? ¿tienes hambre? ¿es el pañal?
El bebé no respondió, obviamente, pero según los instintos paternales de Yeonjun no se trataba de ninguna de esas cosas.
—Que caprichoso eres —le dijo— tu solo quieres interrumpirnos a tu padre y a mi.
Soobin babeaba su puño, viendo a su padre a los ojos.
—Sí, eso pensé.
Yeonjun lo dejó de nuevo en la cuna y lo arropó, tatareando una canción de cuna para que se durmiera de nuevo.
—Duermete Binnie~ duermete ya~ que mi abstinencia me tiene mal~ —y agregó—, duermete Binnie~ duermete ya~ que tus queridos padres quieren follar~
Joder, ¿en serio le estaba cantando eso a su hijo?
Mejor que Beomgyu no se enterara.
Unos instantes después Soobin estaba rendido. Su barriguita subía y bajaba tranquila, y Yeonjun pudo volver a la cama con Beomgyu.
—Amor mis brazos se entumecieron —se quejó el omega sobre el colchón—. ¿Cómo está Binnie?
—Durmiendo —respondió subiéndose a la cama—. ¿Sabes que nuestro hijo es un caprichoso de primera?
Beomgyu sonrió de medio lado—: Oh Junnie, ¿a quién se parecerá?
Yeonjun volvió a la posición en que quedaron antes, sonriendo igualmente.
—Ya me puse soft —admitió el alfa— ¿No quieres tener sexo vainilla mejor?
Los ojos de Beomgyu se cerraron cuando soltó risitas. Yeonjun besó sus mejillas y le quitó las esposas.
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Espero que disfruten de este intento de historia fluff ^^
