ೀ Tostadas ೀ

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Beomgyu trabajó diligentemente para convencer a Yeonjun de que su cachorro debía entrar al jardín de niños en algún momento. Todavía faltaban dos años para eso, pero con lo dramático que era el alfa últimamente debía hablarle al respecto.

Increíble, desde que Yeonjun perdió a Soobin en el supermercado estaba muchísimo más intenso con el tema de cuidarlo.

Se le hacía lindo, pero a la vez algo estresante.

En casa compartían una habitación como oficina/estudio. Yeonjun tenía su computador en una esquina y Beomgyu sus materiales de arte del otro lado. Respetaban el espacio del otro y usaban audífonos en el caso de que necesitaran aislarse aún más.

Binnie llevaba media hora en su habitación dormido. Por eso no tenía ningún sentido que Yeonjun saliera cada cinco minutos a ver cómo estaba.

Al omega le iba a reventar una vena del cuello si escuchaba la puerta del estudio abrir y cerrar una vez más.

Cuando Yeonjun se sentó por séptima vez y se fijó en su computador Beomgyu dejó de lado la ilustración en la que estaba trabajando y se acercó a su marido para masagear sus hombros.

Yeonjun dió un respingo.

—¿Pasa algo, amor?

—Estás tenso —Beomgyu dijo.

—Sí, un poco... —todavia no volteaba a ver al omega, eso le extrañó al castaño.

—¿A ti te ocurre algo? —preguntó rodeándolo por la espalda con sus brazos y dando un beso en su cuello.

Yeonjun lo miró de reojo.

—Tu...

—¿Yo?

—¿Tu crees que estoy siendo un buen padre?

Beomgyu guardó silencio un instante por la sorpresiva pregunta, luego dejó un beso en su mejilla y respondió con voz suave.

—Eres el mejor alfa, para mí y para nuestro hijo —y agregó—. A pesar de que a veces te compliques demasiado con cosas simples.

—¿Lo dices porque todavía no me hago a la idea de nuestro cachorro yendo al jardín de infantes?

Beomgyu negó, aunque sí estaba relacionado con eso.

—Lo digo porque últimamente no puedes tomarte las cosas con calma.

Yeonjun suspiró.

—Es que cada vez que bajo la guardia un poco todo me sale mal...

Beomgyu se sintió molesto consigo mismo por haber sido tan duro en esas ocasiones en las que Yeonjun metía la pata. Ambos eran padres primerizos, debían ser un apoyo para el otro.

—Lo haces bien, creeme, no existe un manual de cómo ser el padre perfecto —soltó el abrazo para sentarse sobre su regazo. El alfa rodeó su cintura y lo pegó a su pecho.

Beomgyu continuó con su discurso de esposo comprensivo. Le hizo cariñitos en el pelo y desprendió feromonas calmantes. Ambos cerraron los ojos y disfrutaron del momento.

—Soy testigo de que te preocupas por nuestro bienestar —murmuró—. Así como he sido testigo de tu crecimiento, desde que te conocí hasta ahora has hecho tantas estupideces que no puedo contarlas —admitió con una risa que hizo al alfa sonreir—. pero al mismo tiempo has hecho tantas cosas hermosas por mi, que me es imposible no amarte, Yeonjun. Tenemos un hijo juntos, es la mayor expresión de amor posible.

El alfa se estremeció y hundió su nariz en el cuello de su omega, sobrecogido por el amor que los rodeaba. Eso es lo que se empeñaba tanto en proteger.

—Te amo —dijo al borde de las lágrimas.

—Yo te amo también —respondió el castaño.

—Entonces... —el alfa habló con un hilito de voz— respóndeme una cosa.

—Dime.

—¿Por qué ya no me haces tostadas en forma de corazón para desayunar?

Beomgyu abrió los ojos de golpe.

—...¿Tostadas?

—Sí —el alfa conectó sus miradas y frunció su nariz— ya no las cortas en forma de corazón.

—Oh...

Beomgyu trató de hacer memoria.

No hacía eso desde el accidente en el supermercado.

Yeonjun seguía mirándolo intensamente esperando una respuesta.

—Pues... —el omega habló con algo de nervios—. El primer día no lo hice para demostrarte que estaba enojado, pero después solo lo olvidé.

Vió el momento exacto en el que al alfa se le rompió un pedacito de corazón. Eso hizo que se sintiera muy culpable.

—Yo... —Yeonjun se veía muy abatido por la situación— Estas semanas me estuve esforzando demasiado porque creí que seguías enojado conmigo y que lo estaba haciendo todo fatal.

Beomgyu no tardó en procesarlo.

¿Su alfa se había estado presionando tanto a si mismo por unos panqueques en forma de corazón?

Beomgyu sostuvo sus mejillas y le dió un profundo beso, tan lleno de cariño y dulzura que su lobo aullaba dentro de él en busca de demostrar su arrepentimiento.

—Te haré todas las tostadas con forma de corazón que quieras, cuando quieras.

—¿En serio no lo dejaste de hacer para darme una lección?

—Ahora mismo me siento el peor omega del mundo por no notar que eso era tan importante para ti —confesó acariciando su rostro.

—Lo es, es como si me dieras para desayunar amor comestible.

Por la luna, que alguien lo salvara, su alfa era pura miel y Beomgyu quería comérselo.

—Incluso si estoy enojado contigo prometo hacertelas cada mañana —prometió dándole besos cortos.

Yeonjun se sentía feliz y completo de nuevo.

—Es bueno saberlo, porque no puedo prometer que dejaré de ser torpe, moriré siéndolo.

—Así te amo.

Beomgyu recordó, mirándolo a los ojos, por qué Yeonjun y él estaban juntos, cómo es que habían llegado a ser pareja, casarse, vivir juntos y tener un cachorro.

Ellos se eligieron.

Que bueno que Soobin durmió un rato más y pudieron ir a la cama a reafirmar sus votos de bodas, sus votos de amor.

Que bueno que Soobin durmió un rato más y pudieron ir a la cama a reafirmar sus votos de bodas, sus votos de amor

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2023 ⏰

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Choi family. | yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora