CAP. 2 💜

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Narrador Omnisciente 

14 DE FEBRERO

Marie contesta la llamada y lo deja en altavoz, pues sus dedos están ocupados escribiendo un reporte que le pidió su jefe a última hora.

—¿Ya tienes el vestido para la cita? —se escucha como alguien le pregunta.

—Sí—logra responderle.

—¿Qué te pondrás?

—Un vestido rojo con tacones del mismo color.

—Sensual—susurra la chica misteriosa.

—Ajá. Oye, nos vemos luego, estoy ocupada ahorita.

—Vale, cuídate y no te olvides de tu cita.

—Ya, ya, adiós—cuelga rápido y se enfoca en la pantalla, en que esa hoja se siga llenando de más palabras referente al trabajo.

—Marie, ¿Ya terminaste? —Daniel aparece haciéndola sobresaltar, otra vez.

—Aún no, señor. En cinco minutos acabo.

—Okey, si en dos no estás en mi oficina te despido—advierte y entra por donde salió.

—Pero es que eres un patético de mierda, deja ahorro un poco más y me largo de tu estúpida empresa.

—Te escuché—alza un poco la voz.

—Bien, ahora tú me despedirás—murmura con malhumor por haber cometido tal acto descarado y que encima su jefe la haya oído—. Por lo menos hoy saldré y podré distraerme.

En ese piso solo había dos personas: Daniel y Marie. Nunca subía nadie más, a menos de que sea un día de juntas o venga un inversionistas. Por lo general, Monette era la que debía bajar a obtener ciertos papeles, sí, era mucho movimiento, pero a su jefe no le gustaba que haya mucho gentío cerca de él.

—Aquí está—llega jadeando porque tuvo que bajar dos pisos corriendo, debido a que su impresora se dañó.

—Llegas tarde—saca el folder de manila de la mano de la castaña—. Hoy es tu último día trabajando ¿De acuerdo?

Esa oración, esa simple oración que dictó con voz burlona y desafiante, hizo que haya una pequeña explosión dentro de la secretaria.

—No, escúcheme bien, me tuve que aguantar todas sus mierdas y fingir que era una buena persona—se acerca de forma amenazante—, tuve que soportar sus miles de desplantes, y gritos, además de su humor de mierda—Daniel a ese instante ya se había parado, y ella rodea la mesa para encararlo—. Usted no me despedirá—lo empuja por el pecho—. Me dará un aumento, tratará mejor, dejará de las miles ideas y venidas, dejará de atormentarme con su comportamiento, y me pagará todas mis vacaciones anuales. ¿De acuerdo? —repite lo que él antes dijo, de forma irónica.

—No sé quién carajos te crees—atrapa sus muñecas y emplea un poco de fuerza en el agarre—para tratarme así, soy tu jefe, te puedo despedir y hacer la vida cuadritos, sabes que no es broma.

—Suélteme—intenta salir de ahí al ver que la reacción de su mayor, no fue como esperaba.

—Vete de aquí, te quedarás trabajando hasta tarde, hay mucho trabajo acumulado, por inepta—la libera.

—No, yo hoy tengo una reunión.

—Conmigo, acá, sí.

Frunce el ceño de forma molesta y se aguanta las ganas de no cachetearlo ahí mismo—. Tengo una cita, vamos, hoy es San Valentín y mi último día de trabajo, porque estoy despedida, ¿No? —ironiza.

SUNKEN© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora