CAZADO

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Daniel Crawford 

Abro mis ojos después de eso y veo como su boca toma la forma de un "O", se amarra el cabello con ese lazo que antes impedía el movimiento de sus manos y va lamiendo de a poco mi pene. Humecta la punta y hace que el contacto de su lengua con mi glande bote pequeños sonidos.

Me acerco un poco más al mueble para que no se le dificulte mucho, y más siendo este su segundo intento de mamármela.

Su vista se conecta con la mía cuando levanta un poco su cabeza. Sus mejillas se tornan de un color más carmesí de lo que estaba cuando le sonrío de forma coqueta.

Después de unos segundos, me toma del tallo y va adentrando de a poco lo que tengo. La imagen de la que me estoy deleitando es un gran factor para que me pueda venir más rápido. La forma en cómo me mira de manera inocente, como si no fuera la misma que me pedía más cuando la empotraba contra la pared. Y cómo se va engullendo de mi polla como si fuera una paleta que no quiere soltar nunca. Las gotas de sudor que caen por el valle de sus senos y como estos mismos volvieron a ponerse erectos por más que jugué con ellos a mi puto antojo.

Todo eso, hace que me venga en su boca. Avisándole antes lo que se avecinaba, fue terca y hasta la consideraría valiente, porque se preparó para mi llegada y saboreó cada gota que pudo recoger de mi cuerpo.

Al principio fue sorpresivo para ella y después un poco asquiento probar de mis jugos, pero la excitación del momento nubló por completo su mente porque quería volver a hacerlo. Cual niña que se rebela contra su madre y siente tanta emoción para repetirlo.

—Rica—alaga—. Quiero más, ¿Eres capaz de darme más?

Me provoca y de mi garganta sale una risa ronca que la hace alzar una ceja.

Me agacho un poco y hago que rodee mi cadera con sus piernas. Le quito ese lazo que solo retiene su cabello, quiero que ese pelaje recaiga en nuestros cuerpos desnudos.

—¿Soy capaz? ¿Por qué no dejamos que tú saques tu propia respuesta al respecto? —de forma hambrienta me lanzo a sus labios abriéndolos a la par con ayuda de mi lengua y ella rodea mi cuello con sus delgados brazos.

Nuestras partes rozan y ella bota un gemido que hace que pueda adentrarme más y reforzar el beso.

Mi polla está baja y necesitará de un poco para volver a ese estado, así que por el momento me concentro en darle placer. Echándola en el mueble y ubicando mi cabeza en la altura de su vulva.

Paseo mi lengua por sus labios que están más hinchados que antes, bombeando a cada rato y derramando gotas de su increíble jugo que es un deleite para mi paladar.

Marie hunde sus dedos en mi cabello y me retiene por más tiempo de lo que creía, disfrutando las lambidas que lanzo a su parte sensible y que hace que grite cual posesa.

Nunca la había visto en este estado, y si esto es lo que debo hacerla para apreciarla así, lo volveré a hacer, sin importar cualquier regla que se me haya puesto antes. 

Muchas gracias por los 7k, se supone que este extra debía de publicarlo apenas llegó pero pues pasaron cosas. 

La última frase nos introduce a una nueva historia, así que estén al pendiente del libro. 

SUNKEN© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora