¡No lo hagas!

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Prólogo - ¡No lo hagas!

—Mierda... —murmure para mi mismo. Mientras que caminaba hacia lo que muchos de mis compañeros de trabajo, proclamaron como el "infierno". Si... La estúpida oficina de mi jefe. Es interesante el hecho del porque decidieron llamarla así.

Por lo poco que he escuchado. Es que una vez que pisas la oficina de nuestro superior. Da por hecho que serás despedido inmediatamente.

Y como lo suponía...

—Estas despedido. 

Mierda...

Mi jefe o mejor dicho mi ex jefe pronunció esas palabras al mismo tiempo que tomó los papeles que tenía hace un momento en su escritorio, para arrojarlo fuertemente hacia mí rostro.

—Lárgate de una vez aquí. ¡Eres un maldito inútil!

¿Con que inútil?

Bueno no es como si me interesara las palabras de un hombre que ha estado más tiempo en planes de divorcio que de casado

JAJAJA... Imbécil

—Maldición... ¿Qué demonios voy a hacer?

Estaba apuntó de retirarme silenciosamente, pero al escuchar a mi jefe en ese estado. Sentía la extraña necesidad de patearlo... Lastimosamente no puedo hacerlo con tanta gente merodeando en los pasillos

¡Tch!

—¡Ahh! —habló desconcertado —¿Aún sigues aquí pendejo de mierda?

Me quedé callado por unos segundos pero entendí que no valía la pena seguir hablando con esta clase de tipejos.

Probablemente el no esté ni enterado, pero unas de las razones del por qué su estúpida empresa estaba en la ruina. No era nada más y menos que por la corporación Mei.

Estúpido panda viejo. Desde que perdió desde hace mucho tiempo a su hija. Todo China y Japón se está yendo a la mierda. No sólo por que el era el encargado de casi toda la economía de estos dos países sino también por que su hija era una de las líderes del entrenamiento idol. Por lo que no es de sorprender que todo el mundo se encuentre devastado y de luto solo por la muerte de esa chiquilla. A pesar de los años, su muerte ha sido considerada como una de las más dolorosas...

Quien diría que la última persona la cual estuviera enamorado, terminaría 3 metros bajo tierra.

Dejando eso de lado, salí de la oficina para desconcierto de ese idiota y camine en rumbo por mis cosas. Bueno lo poco que tenía. Fui despedido en tan solo tres meses. Jajaja. Es un nuevo récord. Creo que en mi anterior trabajo había durado alrededor de un mes. Soy realmente increíble... Jejeje...

Luego de eso, alguien entre lágrimas tocó mi hombro.

J-Jin~ —habló entre lágrimas —No puedes irte, eres mi único amigo en esta oficina llena de carnívoros.

Ni siquiera he hablado y esta idiota rápidamente dedujo que fui despedido. ¡Tch!

—Tranquila... —tome un poco de aire para después continuar. —Después de todo, no seré el único.

—¿Ehh..? E-e-espera me estas diciendo que... Buaaaaa. —Hablo ella desconcertada

—Mira la hora que es. —mire hacia el reloj que se encontraba colgando aún lado de donde me encontraba, ignorando completamente su llanto cómico. —Supongo que debería empacar mis cosas.

—¡Jin~

Simplemente lo ignore y camine hacia mí escritorio. Saqué una caja de la parte de abajo y proseguí a guardar mis cosas. Libretas, fotografías de mi familia y de Onee-chan para después terminar guardando algunos papeles sin mayor importancia.

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