Albert Albert, escrito por Yuleni Paredes. Narración hecha desde el punto de vista de William Albert Ardlay, el verdadero príncipe de la colina.
Basado en Candy Candy, la historia definitiva, cuyo personaje protagónico sufrió, incluso más que la protagonista.
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Capítulo 2
Medité una y otra vez, y concluí que lo mejor sería utilizar mi apellido para beneficiar a los huérfanos que son maltratados al igual que ella.
De esa manera, Candy quedaría bajo la protección de la familia Ardlay. Nadie volverá a humillarla, aunque eso signifique para mí perder mi libertad. Tomaré mi posición como cabeza de la familia Ardlay y trabajaré día y noche para beneficiar a las personas necesitadas, aún a costa de mi tranquilidad. Es un sacrificio que hice.
A la fecha de hoy, estoy feliz de mi elección; pues me enteré por medio de mi brazo derecho, Georges, que de camino a México, a orillas de un río, cerca de una arboleda, encontró a Candy cuando iba ser traslada a ese país para que trabajase en un rancho de allá; motivo por el cual la metió a fuerzas en el vehículo. Ella pensó que se trataba de un secuestro, por eso lo arañó y le hizo algunos rasguños... Incluso le dio un mordisco en el brazo. Tuvo que decirle que era mi secretario.
Mi tía se molestó mucho al saber que tomé una decisión de gran envergadura sin consultárselo. Estando seguro de su reacción tras enterarse, opté por enviarle un sobre sellado con la siguiente información:
Por la presente os informo de que he decidido aceptar la petición de Anthony, Alistair y Archibald. He dado instrucciones estrictas para que la adopción de Candy White sea efectiva de inmediato y pase a formar parte de la familia Ardlay.
Atentamente,
William A. Ardlay
Candy progresaba en sus estudios. Específicamente, en sus clases de protocolo, dictado por la señorita Jane.
En esos tiempos, mi sobrino mayor, Stair, construyó un bote con la forma de un cisne blanco. Y pensar que tiempo después, en él, junto con Candy, yo me subiría.
Mis sobrinos querían que Candy tuviera su portal de dulces. Cada uno de ellos tenía su portal, Stair tenía su ingeniosa puerta de agua, Archie el portal de piedra con el bonito grabado y el portal de rosas de Anthony.
Mi corazón se acelera y mis ojos se inundan de lágrimas... "Fue culpa... Fue mi culpa que Anthony...". Fui yo quien decidió adoptarla y fui yo quien quiso organizar esa partida de caza.
Es increíble haberme enterado que sus últimos pensamientos y palabras giraron en torno a mí. Candy se emocionó, de saber que al fin, se enteraría que el chico de la colina era yo, Albert.
"─A tu príncipe lo conociste en esa colina, ¿no es así?" ─él le susurró, continuó informándole─: "La descripción que me diste el otro día de ese muchacho me recuerda que... quizá... cuando yo era pequeño..." ─de pronto, escucharon un crujido proveniente de un arbusto, apareció entre las hojas una gruesa cola de zorro─. "¡Voy hacer yo el que te consiga esos rubíes!" ─exclamó.
La tía Elroy, invadida por la rabia, le había gritado: ─¡Es culpa tuya! Si no te hubiéramos adoptado.
Candy me hizo entender que, durante todo aquel tiempo, habíamos estado compartiendo el mismo pesar. Se disculpó por haber llorado sobre mi camisa, sus lágrimas traspasaron mi piel. Respiro hondo y controlo mis emociones.