DOS

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Mientras camino por el aeropuerto veo como los seres de luz acompañan a los humanos, la gente los conoce como ángeles, y normalmente son guardas de ellos, los ayudan a tomar mejores decisiones y vivir una vida tranquila, obvio no todos tienen uno.

Me pongo en marcha a  Vargas, tardo más de lo que realmente me hiciera en condiciones favorables, tuve que hacerme pasar por reportera para poder ponerme en marcha, viajo en una camioneta llena de reposteros de diferentes televisoras y periódicos, cámaras en mano y micrófonos, la carretera está llena de ángeles y sombras que son los que se llevan a los humanos que perecen en la tragedia, veo como los cielos destellos de luz, de los que estoy segura que mismos que mis compañeros no distinguen. Bajamos  del transporte y comenzamos a caminar, ya que las carreteras han desaparecido, anduvimos  una hora y media sobre piedra, lodo y palos en medio de lo que antes era una ciudad, aun siento lo caliente  la tierra, estoy segura que el deslave es  obra de caos para evitar que Zafira cumpla su misión, la tormenta realizo  su cometido; despertarla, la siento cerca, pero debo buscarla. Debo caminar colina arriba por el deslave de la tierra.

La ciudad se ve devastada, gente sufriendo. prácticamente no ha quedado nada, puedo sentir el dolor de la gente a mi alrededor, es demasiado y mientras más me acerco, más me cuesta mantener el control en mi misma, en mucho el dolor, el sufrimiento, pero también, se puede sentir la solidaridad y cariño de esta gente. Me dirijo colina arriba donde la personas sube y baja, compartiendo alimentos, en busca de sus seres queridos, acompañados de  los seres de luz, veo como un grupo de hombres se esfuerzan por buscar gente que este con vida debajo de las piedras.

Sigo caminando y veo como un ángel esta consolando  una pequeña que esta sentada en la acera de uno edificios en ruinas pero que sirve como albergue, este me mira con esos ojos azules llenos de ternura y puedo sentir la paz que le proporciona aquella chiquilla de cabellera negra y piel morena. Nunca he cruzado palabra con ellos, pero estoy segura que saben quién soy y porque estoy aquí. Incluso a veces siento que saben más de lo que yo sé.

Me acerco a la niña

-hola- le digo

-hola- me responde

- ¿Cuál es tu nombre pequeña?-

-María- responde – tu sabes dónde está mi mamá- me dice con sus ojos llenos de lágrimas, siento la tristeza que lleva, pobre pequeña, no tendrá más de cinco o seis años.

-No María- le respondo con suma sutileza sentándome a su lado.

-espero que vengan pronto por mí, mi mama me dijo que no tuviera miedo, que no me pasaría nada, fue por mi hermano y no  ha regresado- miro al ángel junto a ella preguntándole con mi mirada que le ha pasado a su familia.

-no lo han logrado- responde, su voz están dulce pero firme a la vez, lanzo un suspiro y me forzo a que la tristeza de la demás gente no me afecte, tengo una misión que cumplir. Me dirijo a María

-María ¿tienes sed?- le pregunto y ella asiente con su pequeña cabecita- entonces ve allí donde esta ese grupo de personas y pídeles una botella de agua.

-pero si voy y mi mama vuelve, no me va a encontrar- se me parte el corazón, yo misma iría por la botella pero debo hablar con el ángel un momento.

-no te preocupes pequeña- le digo mientras acomodo su pelo – yo me quedare aquí y si tu mami regresa, iré por ti  ¿vale?- le sonrió

-vale- responde y se aleja, la observo como le jala la playera aun muchacho y este se agacha para ponerle  atención.

-sabes que su madre, no volverá- me dice el ángel, que permanece sentado en la misma posición pero sin perder de vista a María.

-Lo sé, pero eso no me corresponde decirlo y aparte tengo una pregunta para ti- el ángel dirige la mirada hacia mí y puedo ver la  profundidad de sus ojos, es como ver el cielo azul, tranquilo y con una brisa frescas, por un momento esa sensación de tristeza que me embarga desaparece.

-soy Lahel- me dice sacándome del trance y volviendo la mirada a María, quien come un panecillo – se porque estás aquí y que es lo que buscas- dice pausadamente  poniendose de pie- ya era hora que nos hablaras ¿no crees?

-¿ya era hora?- le digo extraña

-hemos estado juntos desde la creación de la tierra, digo así no te sentirías tan sola- esboza una sonrisa.

-sí, lose- digo apenada- solo que aun no entiendo muchas cochas cosas, si se misión, pero hay cosas que no entiendo-

-Las entenderás Zyanya- mira hacia el cielo y cierra los ojos- solo debes escuchar con más atención-guarda silencio unos segundos y abre sus ojos- Zafira esta desorientada, la familia del cuerpo que porta ha fallecido, está en uno de los edificios colina arriba, Dariel estará con ella hasta tu llegada -dirige la mirada por el camino que debo seguir- debo irme, llevan a María a un hogar temporal- se pone en marcha, vuelvo la mirada hacia la chiquilla que habla con una mujer de media edad.

-¿estará bien?- le pregunto a Lahel mientras se pone en marcha, se detiene y voltea a verme.

-¿María?- me pregunta y yo asiento – sí, ella estará muy bien, aún tiene mucho que hacer por aquí- me sonríe y continua hacia María, yo sigo mi camino colina arriba donde Zafira espera por mí.

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⏰ Última actualización: Apr 11, 2015 ⏰

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