𝖮𝖼𝗁𝗈: 𝖤𝗌𝗍𝖾 𝖤𝗌 𝖤𝗅 𝖯𝗅𝖺𝗇

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Habían pasado tres días desde que el show juvenil fue cancelado de la programación televisiva. Durante esos días, el rizado había estado demasiado triste, nada lo animaba, y hasta la fecha seguía así.

El mayor estaba preocupado por su esposo, no quería verlo triste y decaído, le gustaba más cuando todo era sonrisas y felicidad, él no llego a pensar cuánto afectaría el fin de ese show a su esposo.

Había intentado de todo para poder animarlo, pero nada parecía funcionar, el menor seguía igual de triste, no había salido de su habitación más que para ir a trabajar, incluso él le había llevado la comida, almuerzo y cena a la cama.

En esos momentos estaba en la cocina preparando el desayuno del menor, ya era un poco tarde, y él aún no desayunaba nada, eso le preocupaba un poco porque desde la noche anterior se había negado a comer algo.

Preparo un omelet y unos waffles, también pico un poco de fresas, mango y pepino y los acompañó con un jugo de naranja y una malteada de vainilla.

Puso todo eso en una bandeja con patas especialmente para las comidas en la cama y fue a su habitación, al entrar encontró al menor viendo un punto fijo, tenía la nariz y las mejillas rojas por haber llorado anteriormente, y eso le destrozó un poco más el corazón.

-Te traje el desayuno amor -dijo sonriendo poquito

-No tengo hambre -respondió en voz baja

-Tienes que comer algo Harry, anoche no cenaste y seguro te empezará a doler la panza por mal pasarte, además, no quieres enfermar por no comer, o si? -preguntó acercando la comida al rizado

-Es que no tengo hambre, no quiero comer y no tengo ganas de nada -dijo puchereando

-Pues ni modo, vas a comer -dijo dejando todo en las piernas del menor

-No quiero comer Liam -dijo levantando la voz

-Pues no me importa, vas a comer, y más vale que termines todo si no quieres que te interne en un hospital para que te obliguen a hacerlo

-Por favor Li, entiendeme, no quiero nada, no tengo ganas de nada -dijo con voz entrecortada

-No, tu entiendeme, eres mi esposo, no voy a dejar que te deprimas por un simple show, se que marco mucho nuestras vidas, pero no puedes quedarte llorando y lamentandote por qué ya no lo van a seguir, tienes que dejarlo ir y seguir con tu vida -dijo serio

-No quiero!! Quiero que lo vuelvan a producir, o que hagan un último capítulo, no pueden desaparecerlo así como así -lloro el menor

-Es algo que no tú ni yo podemos cambiar, tendrás que acostumbrarte a eso y seguir viviendo -dijo el castaño

-No quiero, prefiero terminar todo antes de hacerlo -dijo sollozando

-Prefieres terminar nuestra relación por algo así? -preguntó dolido

-Prefiero eso antes de olvidar que ese programa existió -dijo decidido

El castaño, dolido por lo que el menor había dicho salió de habitación, al momento de cerrar la puerta dejo que está se azotara y fue a la habitación de invitados, había veces en las que dormía ahí por qué el rizado se la pasaba llorando en las noches y no paraba de golpearlo con los puños cerrados en el pecho ordenándole prender la televisión.

Se encerró en la habitación y una vez ahí dejo salir todo lo que sentía, lloró, lloró como no lo habían hecho antes frente a su esposo, sentía su corazón doler de sobremanera y se sentía aún más roto.

Un Pedacito «Lirry» Original Donde viven las historias. Descúbrelo ahora