CAPÍTULO 11

39 9 0
                                    


Lía

Estoy en el balcón de mi habitación con una taza chocolate caliente mientras estoy sentada sobre la tumbona con una manta encima de mis hombros.

Estoy pensando demasiado sobre lo que sucedió la noche anterior con Andrew, intento pensar en otra cosa o esquivar ese pensamiento pero siempre llego a lo mismo.

No te hagas la qué no, porque si te gustó

¡Tú no sabes nada, déjame!

¡Oh claro, qué lo sé!

-¡BASTA! -le digo a esa voz en mi cabeza, no puedo andar pensando en esas ridiculeces

No he podido hechar ojo en toda la noche por culpa de ese imbécil, decido levantarme para ir a comer fruta ya que me gustan mucho, cruzo el pasillo para ir a la planta de abajo, abro la nevera y cojo las frutas para lavarlas y ponerlas en un recipiente.

-Buenos días  -escucho esa voz que atormenta mis pensamientos, me giro lentamente para encontrarmelo sin camiseta, trago grueso por la maravillosa vista que me está dando, me encanta cómo tiene su abdomen, y su v me dan ganas de repartir besos por ella, me doy una cachetada mental porque parezco una adolescente hormonal.

¡Eres una adolescente!

¡Pero no una hormonal!

-Buenos días -me doy la vuelta para seguir con lo mío y me acuerdo de lo que mi papá dijo que le dijera- Por cierto mi papá dijo que te felicita.

Me doy la vuelta para darle un plato con frutas y me doy cuenta que se a quedado callado, no puedo evitar mirar hacia sus pectorales, están...no lo mencionaré.

-¿Estás bien? -le pregunto porque no me dice nada

-Pensaba que no te importaba -sonríe pero sus ojos no demuestran diversión como siempre, pero creo que me estoy imaginando cosas

-Cierto, no me importas -ruedo los ojos

Estiro mi brazo para alcanzar un vaso y servir jugo pero no lo alcanzo, siento una mano en mi cintura y otra alzándose con facilidad para coger el vaso, giro mi cabeza y me encuentro con esos ojos que atormenta mis pensamientos.

Estamos muy cerca y por inercia bajo la mirada a sus labios pero creo que el imbécil lo hace al propósito porque se lame los labios y eso sólo hacen que cometa una burrada. Esa fue la primera

Me le lanzo encima estampando mis labios con los suyos, no nos damos tregua para respirar, en la manera en que nos devoramos la boca veo que ambos estamos necesitados el uno del otro, siento su mano subir por mis muslos hasta llegar al borde de mi vestido, siento sus manos en mi trasero y eso hace que suelte un gemido en su boca.

Me separo de él para empezar a darle besos húmedos por su cuello, desciendo hasta llegar a su pecho y empezar a repartir besos, sus manos siguen en mi trasero y me levanta fácilmente para subirme en su cintura, empezamos a besarnos nuevamente como si eso fuera lo último en el mundo, me potra contra la nevera después barre con todo lo que hay en el mesón y empieza ascender con besos calientes desde mis tobillos hasta llegar más arriba de mis muslos, levanta su cara para observarme y preguntarme:

-¿Segura que quieres hacer esto? -me pregunta con una voz ronca que solo hace que me ponga caliente, no respondo

Me jala de los tobillos para ubicarme en la esquina del mesón, empieza a repartir besos por mi cuello, sube mi vestido y alzo mis brazos para que le dé mejor facilidad sacarlo, mis pechos quedan expuestos lo único que tengo puesto son las bragas, el idiota vuelve acostarme y esta vez se sube encima pero con sus brazos recostados a ambos lado de mi cabeza, deja un beso húmedo en el medio de mis pechos y se me eriza la piel con tan solo un toque, lo veo sonreír sobre mi expuesta piel, desciende con más besos húmedos por todo mi abodmen, llega hasta dónde está la tela que cubre mi punto cero.

La última carta 🦋 [EN PROCESO] 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora