Capítulo 2; El Rosal que se ahoga en sangre.
El tiempo pasaba rápido y sin darse cuenta un año entero había pasado. El pequeño Ruth había alcanzado el año de edad. La risa de un bebé se volvió normal en el palacio de las rosas. Las mucamas corrían detrás de un dulce niño con piel dorada como la piel y un cabello lacio y rosado. Le daban lo que el infante deseaba, pero aun así jamás se volvió malcriado y llorón.
Los ojos de melocotón del infante observaban cada lugar y exploraba lo nuevo y preguntaba lo que desconocía. Desde que el pequeño Ruth pudo caminar el ambiente en el palacio se volvió más vivido. Había más trabajo al tener que estar detrás del pequeño Ruth, pero aun así nadie se quejaban pues todos amaban a su futura emperatriz masculina.
Cuando Ruth tenía dos años de edad tuvo una gatita como mascota. La gatita naranja era tan activa como Ruth y ambos se la pasaban la mayor parte del día corriendo y jugando en el patio.
Eran inseparables, si Ruth dormía la gatita también, si Ruth comida la gatita también, si Ruth se bañaba la gatita también. Inesperadamente un día dejó de ser tan activa, con miedo a que estuviera enferma Ruth pidió que la checaran y descubrieron que estaba embarazada. Ruth esperaba pacientemente por la llegada de los bebés gatitos, pero no lograron nacer y tiempo después la mamá gata murió de tristeza.
Ruth le preguntó a su nana Ana porque es que sus gatitos ya no despiertan a jugar con él, así que nana Ana le explicó que murieron, le dijo que la muerte es algo inesperado y sucederá algún día para todos. Ruth lloró por semanas y nunca más volvió a tomar una mascota.
A la edad de tres años, Ruth comenzó a cuidar el jardín y sus innumerables rosas de todo tipo de colores y las regalaba a todos a su paso.
Como cada mes, Javier fue a recibir el informe sobre Ruth, pero ese día en específico se topó con el pequeño Ruth regalando rosas.
—Usted es la nana de Sebatián, ¿veda? —Javier estaba un poco estupefacto que el pequeño Ruth lo identificara como la Nana de su majestad y no como su asistente personal. — Yo sé porque usted siempre está a su lado, lo ayuda y lo cuida. Así como nana Ana conmigo. — Ruth jamás había salido de este palacio y no se había vuelto a encontrar con Sebastián desde el insistente de sus padres, ¿Qué tanto le han dicho las mucamas sobre el emperador? ¿Cosas malas? —Nana Javie, por favor dele esta rosa a mi esposito y dígale que lo amo mucho.
—... —Javier desechó la idea de que estuvieran hablando mal del emperador con Ruth. «Bueno, incluso si todos creen que no surgirá el amor entre este pequeño y su majestad, no pueden ser malos con el niño y envenenar su corazón. Supongo que esperan que él mismo se dé cuenta. » pensó Javier. —Con gustó se lo entrego. Con su permiso. — Javier se despidió de Ruth y camino hacia la oficina de Sebastián.
Javier estaba sorprendido por el pequeño Ruth, aun no estaban casados, pero ya llamaba a su majestad "mi esposito", pero lo que más le sorprende es que haya dicho que lo amaba cuando el único contacto que han tenido fue hace tres años y Sebastián mató a sus padres.
Para ser un niño de tres años, Ruth era muy inteligente, pero seguía siendo ingenuo.
—Su majestad el emperador. — Saludó Javier, caminó hacia el escritorio de Sebastián y depósito una rosa azul. Sebastián dejó de escribir, alzó su mirada a Javier y después levantó una ceja preguntando en silencio qué significaba la rosa. — Es del joven amo Ruth. —Javier tosió nervioso y tomó valor para seguir hablando. — Él dijo que se lo entregara y que le dijera que... — mientras más hablaba Javier, su voz cada vez se volvió más baja. El emperador frunció el seño porque no entendió lo que dijo. —É-Él dijo que... —Javier no tenía el valor de decirle «Oh sí, su majestad, el joven amo Ruth lo llamó "mi esposito" y dijo que lo amaba» ¡Simplemente no podía decirlo porque aún deseaba vivir! Sebastián empezaba a perder la paciencia y comenzó a golpear su dedo índice sobre su escritorio. El tap, tap que sonaba le recordaba a Javier que su tiempo se estaba agotando. —Dijo que... — Sebastián perdió la paciencia y golpeó fuertemente el escritorio. Cuando Javier sintió la muerte soplando en su cuello, gritó. — ¡¡EL JOVEN AMO RUTH DIJO QUE AMABA MUCHO A SU ESPOSITO!!
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Rosas Azules [BL].
FantasiEl emperador Sebastián decidió convertir en su emperatriz masculina al bebé que había sido creado con la piedra de la vida. Después de eso, innumerables críticas comenzaron a circular y la más ruidosa fue la que aseguraban que el amor entre un emper...