1. ¿Eres tú?

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Hoy hacía calor, y mucho. Pero ya no importaba... Siempre hacía calor. Ningún día se salvaba últimamente.

—¡Mierda!— las estruendosas voces de un hombre de mediana edad sonaban por todo el vacío local. Era su jefe.

Un vaso se había caído y había chocado contra el suelo con un ruido ensordecedor. Se le había caído a él. Y a nadie más que a él.

Mientras pensaba en el castigo que le caería, una joven hermosa irrumpió en el local llamando la atención de ambos chicos. No estaba sola, un chico un poco más alto que ella la acompañaba y estaban tomados de la mano.

'¡No puede ser! ¡Es ella!' los pensamientos de Nathan inundaban su cabeza lleno de esperanzas.

—Es ella...— susurro Nathan mirándola con esperanzas de ser reconocido.

Tres años atrás...

—¡Déjenme en paz!— Exclamo Nathan mientras lagrimas recorrían sus mejillas.

Estaba cansado, muy cansado. Llevaba siendo molestado toda la mañana y no había dormido bien, estaba cansado y no quería aguantar eso, no ahora.

—Ya paren... Por favor...— aunque se había dicho a sí mismo que no volvería a permitir que le dañaran, sucedió, lo volvieron a hacer y él de nuevo no pudo hacer nada para evitarlo.

—¿¡Y qué nos harás si no lo hacemos!? ¿¡Llamarás a tu mamá!? ¡O es cierto, no le importas!— eso fue la gota que colmó el vaso. Nathan se levantó e intentó darle, en vano, un puñetazo. El chico se enfadó aún más y junto con sus secuaces, le empezaron a golpear más.

—¡Parad de una vez!— una voz femenina interrumpió el constante dolor y paró el tiempo dentro del corazón del joven, quien se encontraba lleno de moratones, heridas y sangre por todos lados

Nathan quedo perplejo ante tal hermosura, una chica preciosa como afrodita, con ojos azules como el cielo, cabello largo castaño con ciertos rizos que la hacían ver aún más hermosa, y su piel delicada como la porcelana.

Todo en ella era perfecto. Todo en ella le encantaba. Quería mirarla más, quería sentirla. Que le dijera que le amaba y que el sentimiento fuera recíproco pero...

—Oooooohhh, ¿qué hace una belleza como tú por aquí— uno de los chicos que con anterioridad le había golpeado, ahora se deslumbraba con la hermosura de la mujer.

La de ojos cristalinos lo ignoró completamente y corrió en dirección al herido.

—¡Estás lleno de heridas y sangre por todas partes! ¡Vamos a la enfermería!—
Y así fue como, su primer amor, apareció en su vida por primera vez.

Pasaron los años Nathan nunca volvió a tener agallas como para preguntarle al menos su nombre, solo la admiraba desde lejos y fue así durante mucho tiempo, las personas se dieron cuenta de que Nathan la observaba y lo comenzaron a llamar "rarito o "acosador"...

Con el tiempo comenzaron a tenerle miedo sobre todo las mujeres, lo evitaban cada ves ya que tenían miedo de que fuera capaz de hacerles algo...La chica nunca se dio cuenta de Nathan ya que era muy sigiloso... Pero después de un año al regresar de las vacaciones no volvió a ver a la chica..

En el presente...

—Es ella...— susurro Nathan mirándola con esperanzas de ser reconocido.

La chica comenzó a acercarse al mostrador con el otro chico aún tomados de la mano, pero se separaron cuando ella empezó a hablar.

—Disculpen, ¿me pueden dar un Mocha blanco y un Frappe, por favor?— la chica miró a Nathan con esos hermosos ojos suyos, mientras sus largas pestañas subían y bajaban con lentitud, haciendo que el de pelo castaño se fijara en ellas y las admiraran. Era la segunda vez que tenía la oportunidad de mirarla tan de cerca y la aprovecharía.

Nathan giró el cuello un poco en dirección a su jefe, mirándole y él hizo un gesto con los ojos indicando que comience a trabajar.

—C-con gusto se lo traigo en un momento— dijo el de ojos esmeraldas nervioso.

—Gracias— contestó la chica mostrando una sonrisa brillante, embelesando al camarero quien aseguró para sí mismo que ese solo acto podría acabar con las guerras/ los conflictos en todo el mundo.

La chica se fue a sentar en una mesa con el otro chico y el de gafas intentó escuchar la conversación, pero por la distancia no pudo distinguir ni una sola palabra y, decepcionado, volvió a su trabajo para que no le regañaran.

Nathan terminó los cafés y, con algo de dificultad, se los llevó a la mesa. Puso los cafés en la mesa, interrumpiendo así su conversación momentáneamente.

—A-aquí está su pedido—dijo el joven camarero bajando la mirada hacia el frío suelo.

—Gracias— respondió la chica amablemente.

'Vamos tu puedes' se dedicó a repetir la voz que se encontraba dentro de la complicada cabeza de Nathan 'Hazlo sé que puedes' continuaba, y no iba a a parar hasta que no lo hiciera. Los chicos comenzaron a hablar con normalidad mientras empezaban a beber lo que habían pedido. '¡Hazlo!' soltó la voz, más fuerte que con anterioridad.

—¿Señorita co-como se llama?— preguntó en un tono alto interrumpiendo su charla, culpándose por ese acto.

—Oh, no tienes que estar nervioso— soltó una pequeña risa tranquila, cosa que hizo que el joven solo se pusiera un poco más nervioso pero a su vez que amara ese acto. —Me llamo Ana Martínez. ¿Y tu nerviosín?—

Nathan se sorprendió un poco y levantó la cabeza con asombro. ¡Le había hablado! ¡Había hablado a aquel chico tímido e inútil sin esperanzas! Era como una luz en su pequeño camino de osucridad.

—M-me llamo Nathan Brown— dijo con una sonrisa nerviosa en la cara.

—Bueno Nathan, ¿cuanto serían de los cafés?— preguntó el chico que iba con Ana.

—Aahhh, se-serían 10 dólares— dijo Nathan mirando a la chica a los ojos, esos preciosos ojos. Parecían diamantes, hermosos diamantes llenos de luz y brillo.

—Bueno...— contestó el chico sacando 25 dólares de la billetera que acababa de sacar de su bolsillo —Lo de los cafés y tu propina— terminó por decir levantándose de la silla al igual que la chica y se fueron directos a la salida.

—A-adiós..— dijo el castaño apenado.

El corazón de Nathan no paraba de latir, no dejaba de pensar en la chica y que al fin le pudo preguntar su nombre. Al fin había podido hablar con ella después de tanto tiempo. Se sentía más seguro, el seguía pensando en ella completamente perplejo, aunque hubo algo que no lo dejaba tranquilo: "¿Quién era ese chico y por qué estaba tan apegado y junto a ella?"

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⏰ Última actualización: Feb 16, 2022 ⏰

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𝕰𝖑 𝖆𝖒𝖔𝖗 𝖉𝖚𝖊𝖑𝖊, ¿𝖓𝖔 𝖈𝖗𝖊𝖊𝖘?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora