Chapitre 1

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Un espléndido mañana de junio de 2019, Tubo se decidió a despertar a su amiga Daniela para ir a desayunar al comedor del hotel. Al abrir la puerta, cuál fue la sorpresa de Daniela cuando se dio cuenta de que él había olvidado el cumpleaños de Daniela. Bajaron y luego pidieron el tradicional desayuno al barman quien los miró raro. Se hizo el silencio en la sala y alrededor de la mesa ya que Daniela estaba triste porque su mejor amiga había olvidado su cumpleaños. Afortunadamente, la hermosa vista matutina de los suburbios de Tegucigalpa salvó el momento. De repente, Tubo se levantó, guiñó un ojo y se fue misteriosamente, con carisma y determinación. La sonrisa volvió a sus labios: pero ¿qué puede estar tramando?

Ella esperó pacientemente, y finalmente llegó el desayuno, era suntuoso, apetecible, se le hizo la boca agua. un café tan negro y profundo como los ojos de Tubo, una jarra de leche de soja, pan dorado crujiente, mermelada casera, huevos perfectamente cocidos y un Rompope para empezar bien el día. ¡Qué alegría! De repente la gelatina de la mermelada empezó a moverse como una ola. Se frotó los ojos, atónita, para asegurarse de que no estaba soñando. Todo volvió a la normalidad y se rio pensando que no estaba despierta.

Pero ahí fue cuando todo salió mal. Ojos, brazos, dientes comenzaron a crecer a los alimentos. Entonces gritó asustada y en ese momento la comida saltó sobre ella. Las tostadas se volvieron gigantesco y abrieron la boca para tragarse su brazo izquierdo. Estaba llamando a Tubo con todas sus fuerzas "¡ayuda, ayuda!" Pero estaba demasiado ocupado envolviendo regalos que Daniela nunca abriría... Mientras tanto, en el hall, a Daniela le salía leche de soja por los ojos, la mermelada le comía los pies y los huevos le tapaban la boca para que no pudiera respirar. De repente, el monstruo del pan se la tragó entera. No quedaba ni una migaja de Daniela. El camarero observaba la escena riendo. Cinco minutos después, el guapo moreno bajó las escaleras con una sonrisa en la cara, orgulloso de sus regalos. Pero la habitación estaba vacía. Se preguntó " ¿dónde está Daniela?" El desayuno estaba intacto y no se veían rastros de sangre. En resumen, no había ningún indicio de que fuera la escena de un crimen. Le preguntó al camarero si había visto a una guapa morena de ojos azules. A lo que él respondió:

"Sí, está muerta :) "

"¿Es una broma jajaja?"

"Absolutamente no ;( "

Su cara se puso verde de la sorpresa, con grandes lágrimas corriendo por sus mejillas. Entonces le explicó que no era la primera vez que lo veía y que era una maldición para los turistas que robaban bolígrafos de las tiendas de recuerdos. De repente se acordó del regalo que ella le había hecho tras su visita al museo arqueológico. Si al menos no fuera cleptómana, se pensó...

Tubo volvió en su país triste, sin su amiga para toda la vida al que no había podido desear su cumpleaños.

Una mañana como cualquier otra...Where stories live. Discover now