El pelirrojo es el que quiero

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El pelirrojo termino caminando hacia una sala de descanso, el sitio estaba impecable. Los muebles las cortinas, todo estaba limpio y prolijamente ordenado. No había notado que fue hipnotizado, sus pies se movieron solos hacia esa sala apartada de sus compañeros. Mirando alrededor no noto nada raro, al bajar su mirada al piso vio un zapato frente a la estufa.

Eh... ¿hola?... -acercándose con cuidado y una estaca en mano, nadie le respondo y tampoco había movimiento. Al llegar al sofá vio a un joven recostado en este, sus ojos estaban cerrados y sus labios levemente abiertos. Tenía unos rasgos muy delgados y su cabello negro resaltaba su pálida piel. Unas marcas violetas estaban en su rostro, extendió su mano para tocarlo y despertarlo, pero este reacciono y lo tomo de la muñeca. Abrió sus ojos negros que brillaban en un suave carmesí atrapando la mirada del pelirrojo.

E... yo... -esa profunda mirada lo atrapo desprevenido- no... no deberías estar aquí, esas criaturas podrían hacerte daño... -tratando de concentrarse en su tarea- vamos, los chicos no deben estar muy lejos... -tomo al joven de la mano y camino a la puerta llevándolo con el-

Yo, no recuerdo por donde vine... -al salir al pasillo estaba perdido y sintió que lo jalaban al interior del cuarto, el chico pálido lo empujo hacia adentro sin mucho esfuerzo. Sett fue a parar al piso y se voleo a verlo, el contrario agarro la estaca que el pelirrojo tenía y la destrozo con una sola mano. Tenía gran fuerza gracias a ser una criatura de la noche, se acercó a su presa quien se había acercado a la estufa agarrando una barra de hierro que usaban para avivar el fuego. -

Eres uno de ellos... -apuntándole con el arma mientras se miraban a los ojos- ¡¡¡Responde!!!... -moviendo el arma frente a él, la mirada del vampiro estaba cargada de desolación ya que no podía responder. Sett estaba nervioso y el contrario no hacia ni un sonido, este puso la punta de sus dedos en su garganta tratando de explicar en un gesto lo que tenía planeado hacer-

No dejare que me muerdas... -se lanzó contra él, pero en un rápido movimiento estaba en el piso boca abajo con el vampiro sentado sobre su espalda. Ese combate era aburrido para el vampiro y un suave bostezo escapo de sus labios, se había terminado el juego. Se levanto y giro al pelirrojo bruscamente con un movimiento quedando de frente a este, Sett intentaba alcanzar su arma improvisada-

Aphelios detuvo sus esfuerzos al centrar su mirada en sus ojos dorados, su capacidad era hipnotizar. Atraer a la víctima y hacer que olvidara lo sucedido, así hizo que este extendiera su muñeca derecha a él. Tomo su brazo musculado y clavo sus filosos colmillos en su muñeca, cerro sus ojos para disfrutar de la comida. Sett no podía moverse, estaba bajo el encanto de los brillantes ojos color carmesí que lo habían atrapado desde la entrada a la mansión-

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